En oportunidad de la campaña presidencial, escuchamos más de una vez al sector nacionalista que orienta el actual presidente de la República, de que una de las prioridades si se ganaba la presidencia iba a ser la navegabilidad del Rio Uruguay, algo que consideraba “olvidado” y latente.
Dijimos en aquella oportunidad y lo volvemos a reiterar ahora, que se trata de algo inviable. Para que se entienda, la navegación del Río Uruguay al Norte de Paysandú, no es viable salvo que se inviertan muchos millones de dólares y se esté dispuesto a perder su recuperación, al menos en un muy largo período.
Quienes conocen el río saben de lo que hablamos, porque ha habido varios intentos fallidos. Quienes hicieron Salto Grande, nos referimos los comités populares de Salto y Concordia, también lo terminaron admitiendo y se limitaron a construir la esclusa de navegación de aguas arriba, la misma que permanece ociosa hace más de 45 años, y que nadie quiere “apadrinar” porque la realidad indica que la navegación no es viable.
Se nos dirá que hubo períodos en que la navegación fluvial era posible, se iba a Buenos Aires navegando por el Río Uruguay y esto es verdad, pero eran otras las condiciones. El río mostraba mayor profundidad que hoy en algunos puntos que fueron perdiéndola en virtud del limo que arrastraron varias obras.
Igualmente debemos decir que se habla de 70 u 80 años atrás, cuando existían astilleros Mihanovich en Salto, pero esa empresa también dejó de ser viable y sólo existe en la rica historia de Salto.
Ahora, cuando queda poco más de un año de gobierno, se ha admitido que ha sido un error prometer algo que no se habrá de cumplir, es que el puerto de barcazas, anunciado como bombos y platillos y tenemos entendido que hasta adjudicado, quedará definitivamente en el olvido, en las buenas intenciones, pero también entre las utopías de algunos.
Hay quienes piensan que con embarcaciones adecuadas y combinando el transporte fluvial con el carretero, sería posible llegar a los puertos de Río Negro o Colonia. Pero han debido desistir por una razón muy sencilla, no hay interesados en esta vía de transporte, entre otros motivos porque significaría tener que archivar enormes flotas carreteras vigentes al día de hoy.
Todo indica que deberemos seguir esperando y analizando otras posibilidades para ese gran regalo que se nos ha hecho que se llama Río Uruguay.
A.R.D.