¿Por qué los consumidores están dispuestos a pagar precios elevados por determinadas carnes? Es la pregunta desde la que partió un proyecto de investigación del Departamento de Ciencias Animales y Alimentarias de Texas Tech, en colaboración con grupos de Irlanda y Australia, em busca de una respuesta y que ha derivado en L GEN 2000, un proyecto genómico de colaboración financiado con una subvención de 603.960 dólares de la Universidad de Nueva Inglaterra que pretende relacionar las diferencias genéticas en la calidad culinaria de diversas razas, según un comunicado de la citada universidad.

«El proyecto recogerá datos de consumidores de tres países con diferentes métodos de cría de ganado vacuno, recopilará esos datos e intentará aislar los genes que ofrecen a los consumidores la mejor experiencia culinaria», dijo Mark Miller, profesor y titular de la Cátedra Distinguida de Ciencias de la Carne de la Exposición de Ganado de San Antonio.
En Estados Unidos, los consumidores del proyecto de prueba comerán filetes de carne de vacuno alimentada al 100% con cereales. La carne de vacuno producida para las pruebas en Irlanda será 100% alimentada con hierba y la de Australia será una mezcla de ambas, con el objetivo de averiguar si los distintos métodos de cría de ganado vacuno producen una genética diferente.
De esta manera, se examinará la carne de vacuno en diferentes sistemas de producción y la relacionará con el genoma del animal de carne. «Puede ser que tengamos la misma genética en todas partes y que no haya diferencias genéticas, pero tenemos que saberlo», dijo. «Entender las diferencias, o la falta de ellas, nos permite saber cómo gestionar la alimentación y la producción», dijo. «Nos ayudará a maximizar la calidad y la salubridad de la carne de vacuno en relación con todos los productos, como el metano, el carbono y el uso del agua»informó eurocarnesdigital.