Las historias de magia y de caballería supieron beber de las mieles de Hollywood en la gran pantalla, sobre todo cuando se trataba de relatar la leyenda del Rey Arturo, de su espada mágica Excalibur y su mago – mentor Merlín.
Podemos recordar la excelente “Excalibur” (1981) de John Boorman o la más comercial “First Knight” (1995) con la recordada interpretación del ex 007 Sean Connery. En esta oportunidad, es tiempo de apreciar la visión del renombrado Guy Ritchie, quien no solo ha saltado a la fama por haber sido uno de los maridos de la reina del pop Madonna, sino por tener en su haber importantes películas que han destacado con el correr de los años.
Su más reciente descubrimiento fue el rescate del ostracismo de Sherlock Holmes. Hasta esta semana intentaba hacer lo mismo con el Rey Arturo.
Según la crítica y la venta de entradas en la semana de su estreno, no puede augurarse un futuro para la que intentó ser el inicio de una nueva franquicia, pues no alcanzó a tener la empatía suficiente con los espectadores, quienes han preferido ir al cine a ver otras películas de superhéroes, más fantásticos que la leyenda de Arturo y Merlín.
Parece ser que la gente aspira a otro tipo de películas, más del estilo de Marvel, que sigue facturando de lo lindo una semana más con sus “Guardianes de la Galaxia”, pese a haber tenido una mala crítica de inicio, pero que por cierto, los fans no suelen leer.
Lo que en un principio se pensó que sería la trilogía caballeresca del Rey Arturo, parece haber alcanzado su fin muy pronto, pues con un costo de producción multimillonario (175 millones de dólares), apenas alcanzó a facturar en su primera semana de exhibición poco más de 15 millones, y sabiendo que en la segunda semana se recauda menos de la mitad de la semana anterior, y además quedando tercera en el arranque en la recaudación, no pudiendo vencer ni a los “Guardianes de la Galaxia Vol. 2” ni a la comedia de la veterana Goldie Hawn, “Snatched”.
SINOPSIS. Cuando asesinan al padre de Arturo (entonces un bebé), su tío Vortigern (Jude Law) usurpa el trono. Arturo (Charlie Hunnam) –despojado de su derecho a la corona y con una idea muy vaga de quien es él realmente– crece en circunstancias adversas, en los oscuros callejones de la ciudad.
Cuando se ve obligado a extraer la espada de la piedra, su vida cambia drásticamente y se enfrenta a su deber de asumir su verdadero legado, le guste o no.
“ALIEN: COVENANT”
Se sitúa diez años después de los accidentados sucesos que diezmaron la tripulación de la “Prometheus” (2012).
La Covenant es una nave colonizadora cuyo equipo es despertado de la hibernación tras un accidente durante el viaje. Con el capitán muerto, deciden no entrar de nuevo en hibernación y desviarse de su destino proyectado para atender una llamada de socorro.
En ese planeta al que se desvían, aparentemente fértil y de atmósfera respirable, encuentran los restos de la nave en la que escaparon el androide David (Michael Fassbender) y la doctora Shaw. Pero también una forma de vida mutante, adaptable y muy agresiva que les ataca en cuanto desembarcan.
Como se observa, el esquema de la primera “Alien” (1979) se repite sin demasiados reparos: una tripulación que se comporta más como camioneros que como héroes espaciales, efectúa un accidentado descenso en un planeta desconocido atendiendo un SOS. La diferencia: aquí entra en la ecuación David, androide de aviesas intenciones idéntico al propio de la nave, Walter.
Ridley Scott se esfuerza por pulsar determinados botones que inequívocamente asociamos a la saga (salvo a su segunda parte, quizás): una tripulación en superioridad numérica pero que no puede hacer nada para enfrentarse a la ferocidad e implacabilidad del organismo alienígena, cuyo proceso de reproducción y crecimiento es descrito con un detallismo explícito.
“Alien: Covenant” es más interesante cuando se adentra en terrenos inexplorados como con los neomorfos, no solo son espectacularmente agresivos, con un comportamiento sanguinario y velocísimo, sino que tienen una corporeidad genuínamente alienígena, lo que entronca con la extrañeza del primer “Alien”, el xenomorfo primigenio.
Ningún fan de la franquicia va a salir de la película decepcionado. Según gustos y según la radicalidad de cada cual, la inevitable secuencia de sexo y muerte será interpretada como una caída en el tópico o como una reconversión de “Alien” en una franquicia de terror abiertamente comercial. Por eso mismo, los que se quejaron de “Prometheus”, se frotarán las manos.
Llega al cine lo nuevo de Guy Ritchie con “El Rey Arturo: la leyenda de la espada”
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