Los malos ejemplos son la peor forma de tratar de enseñar, porque no hay nada más hipócrita que aquello que reza “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”.
Viene al caso debido a la situación registrada recientemente en materia de accidentes de tránsito que tuvieron como protagonistas a dos legisladores de Uruguay, el senador Daniel Bianchi, ex parlamentario del Partido Colorado y actualmente senador del Partido de la Gente y el edil en la Junta Departamental de Maldonado, por el Partido Nacional, Darwin Correa, los que conducían con un alto grado de alcohol en la sangre.
Lo que debe entenderse en este aspecto es que si los parlamentarios que votaron la Ley Nacional de Tránsito que entre otros aspectos establece la exigencia de control cero para quienes conducen un vehículo, no respetan después dicha norma, estamos en el colmo de la ridiculez.
Nadie debe exigir a otros, las exigencias que personalmente no está dispuesto a respetar, por la sencilla razón que se vuelve la mayor de las hipocresías.
El segundo aspecto a tener en cuenta al momento de analizar este tema es la conveniencia o no de la existencia de los denominados fueros parlamentarios. Siempre lo hemos explicado, los fueros parlamentarios, cuando son bien utilizados son perfectamente compartibles. Vale decir cuando se usan para proteger la integridad de opositores al gobierno o a determinadas acciones ideológicas reñidas con la justicia y los derechos humanos, bienvenidos sean estos fueros.
En cambio cuando se usan para protegerse de delitos comunes, que han sido debidamente robados o los acusados son altamente sospechosos de determinados delitos comunes, como en los casos mencionados, entonces no pueden compartirse, porque estaríamos protegiendo a quien o quienes han infringido la ley y son por lo menos pasibles de ser investigados, como el más común de los mortales.
La Constitución de la República establece que todos debemos ser iguales ante la ley y por lo tanto aquello de que “si conduce no ingiera bebidas alcohólicas”, que ha sido claramente legislado, debe regir para todos por igual así se trate del Presidente de la República o el más común de los ciudadanos del país.
Sabemos que hay iniciativas para rebajar la exigencia de “alcohol cero” y establecerla en 0,3 como existe en muchos países, pero por el momento la ley exige alcohol cero y por lo tanto todos la debemos respetar.
A.R.D.