Siguiéndole los pasos a su papá Francisco Polti, tanto Daniel como su hermana Gabriela, están dedicados por entero al negocio familiar.
Su esposa Adriana, cumple un rol fundamental en cuanto al apoyo que brinda a Daniel en todas sus actividades, así como sus cuatro hijos y una nieta dueña de su disfrute.
Daniel cuenta su trayectoria de 38 años, aunque estuvo desde niño viendo el desarrollo de la empresa junto a su padre y es por ello que se hace un conocedor innato en el rubro de la mecánica y en cuanto a repuestos en general.
Nos acercamos a su local de Brasil y Gutiérrez Ruiz, donde dialogamos de manera muy amena:
¿Cree que por el hecho de ser un emprendimiento familiar usted le sigue los pasos a su papá?
Sí. Papá fue quien me dio el puntapié inicial.
Él era empleado en Barbieri y Leggire y comienza con el emprendimiento siendo yo un niño. Mamé todo esa lucha que el realizó para sacar a flote a la familia.
Es como que lo llevo en la sangre porque estuve siempre entre los fierros.
Y me gustaba lo que él hacía, me gustaban los autos y me conocía todas las marcas.
¿Cómo era trabajar con su papá?
Yo me casé con mi esposa Adriana, que es un pilar fundamental en mi vida apoyándome en todo, a los 24 años y ya estaba trabajando con papá.
Y el hecho de estar con él me permitía tomar decisiones. Era un hombre muy exigente y tenía épocas de altas y de bajas.
Y cuando estaba en la alta, se me hacía muy difícil seguirle los pasos.
Me exigía por ejemplo que me levantara temprano y a las dos de la tarde ya estábamos trabajando de nuevo, haciendo muchas horas en la empresa.
Seguimos juntos siempre adelante hasta que logró en un predio que había adquirido, hacerse una construcción para un guardacoches que está ubicado en 1º de Mayo 350 y ahí también le puso muchas horas.
¿Cómo es que se instalan en una esquina trascendental como es esta?
Porque donde estábamos por Artigas, la flecha de la calle había cambiado en forma contraria y le quedaba muy trasmano a toda la clientela.
Mi padre había adquirido este predio baldío y se comenzó a construir esta edificación.
Hace de esto 29 años.
¿Cuándo se hace cargo usted del negocio?
Yo cuento con 38 años de actividad con la empresa. Papá se retiró pero continuaba visitándonos.
Se instalaba con nosotros y tenía a mucha gente conocida, por haber tenido una vida social muy activa.
Tuvo actividades sociales en la Universidad de la República, en Bomberos, en Club de Leones, en Club Peñarol.
Y en el año 2000 se incorpora mi hermana Graciela en la parte administrativa, la cual me acompaña hasta ahora y estamos muy cómodos trabajando. Es una excelente compañera que también hace su gran entrega, para que llevemos adelante juntos la empresa.
¿Cómo es la demanda en la parte automotriz?
En la actualidad es exigente.
La mayoría tiene su coche y la gente quiere los repuestos ya y a veces hay que acudir a Montevideo, recurriendo a la tecnología, sacándole foto al repuesto a solicitar con precisión, para que se envíe el repuesto requerido.
Y con el tiempo uno se hace conocedor de mucho y sabe dónde acudir para encontrarlo, así cómo hacer para no mantener mercadería estancada.
Por ello hay que ser muy cuidadoso en el stock.
¿Cuál ha sido el cambio más difícil que ha tenido que atravesar la empresa?
Yo alcancé a vivir las dos épocas.
En toda empresa está la época alta, la media y la época baja. Creo que la crisis más difícil, fue la del 2002 y salimos adelante como salieron todos.
En la época en que trabajaba papá había algunas casas de repuestos, pero luego fue pasando el tiempo y se volvió más competitivo el mercado.
Entonces uno tiene que adaptarse a ser más eficientes, más competitivos.
Buscar mejores precios y lograr esas dos cosas fundamentales: calidad y precio.
¿Todavía conserva clientes del comienzo?
Sí, todavía contamos con ellos.
Clientes de cuando todavía estábamos en calle Artigas 1742.
Clientes que nos han acompañado todos estos años de manera constante y estamos muy agradecidos por ello.
¿Cuál cree ser la clave para una empresa exitosa?
Primero tenerse confianza en lo que uno emprende y ser siempre responsable sobre todo con la gente, además de uno mismo.
Y siempre tratar de brindar lo mejor de uno.
Mucha entrega y servicio.
Si mira para atrás en su trayectoria, ¿qué ha recogido?
Lo que más hemos recogido, ha sido el relacionamiento con la gente y eso es muy placentero. Aprendimos mucho del trato con el cliente.
Y lo que vemos es el respeto que debemos conservar con él.
Sea el que viene a buscar una gran cosa o una de menor consumo. Eso uno lo va aprendiendo: a cuidar el cliente.
Es el respeto hacia los demás.
¿Una razón para comprar en Polti Repuestos?
Confianza en lo que está comprando y calidad, intentando brindar el mejor precio de nuestra parte.
¿Un recuerdo lindo de la época de su papá?
El hecho de haber trabajado tanto tiempo con papá, ya es bastante.
Al «viejo», le gustaba festejar los acontecimientos y se lanzó a promocionar los amortiguadores, entregándoselo al cliente ya colocados.
Hizo una fiesta con todos los mecánicos donde se pasó una película enfrente al negocio, en el local de la planta alta de Coca Cola.
Se invitó a gente preparada desde Montevideo en tema de amortiguación y se hizo un brindis, culminando en una fiesta muy particular.
Ese es uno de los recuerdos más agradables que guardo de las actividades que realizaba papá con el negocio.
¿Emprendería este mismo negocio?
Sí. Siempre me gustó lo que hice durante todos estos años.
¡Y seguro que lo volvería hacer!
Daniel Polti Juanena, Principal de Polti Repuestos: «Cumplimos 52 años en el medio»
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