Los Decanos en tiempos de decisión.
Se constituyó en el máximo goleador de la Copa Nacional de Selecciones a nivel de mayores. Un total de 18 goles jugando tres partidos de menos por lesión, cimentaron el poder de una vigencia auténtica a la hora del gol. En la medida que se fue aproximando el final de la disputa, la interrogante salpicó áreas y acumuló sentidos: ¿Qué futuro para Jonathan dos Santos?
Y sobre todo, cuál base económica para que Salto Uruguay se desprenda del ejecutor de piolas contrarias. Todo apunta a que Dos Santos no se prolongará en el club, pero en tiendas decanas tienen en claro que
«no lo regalaremos y queremos garantía de futuro».
Cuando en Salto Uruguay marcan estos aspectos, es una manera de simplificar el pensamiento: cobrar el club lo que tenga que cobrar por concepto de la transferencia (está en su derecho legítimo), pero también garantías vitales para el futbolista. Que el ámbito de su nuevo club, sea el apropiado, si de recompensa económica se trata y condiciones básicas para él y su familia.
La dirigencia decana pretende salvaguardar el futuro del jugador, quien días atrás llegó a los 23 años de edad.
DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Algunas semanas atrás, el interés formalizado de Wanderers de Artigas. Igualmente de Cerro Largo profesional, quien milita en la Segunda División. Los arachanes surgirían como potenciales adquirentes del pase, pero el hecho es que los goles de Dos Santos, movilizaron a contratistas, empresarios, en algunos casos al margen de esa garantía que Salto Uruguay pretende.
Opciones en algunos casos, descartables en la primera de cambio, teniendo en cuenta la flacidez de respuesta económica. Igualmente desde el exterior, afloran chances en torno a Dos Santos.
En Salto Uruguay no ha faltado el análisis en la semana que pasó, y aunque «no tenemos tanto apuro, sabemos que tampoco esto puede irse más de la cuenta en el tiempo, si de definición se trata». Ocurre que el momento más explosivo del goleador, es justamente este y en alguna medida los 23 años obligan a resolver. Sabido es que quienes manejan transferencias y se juegan a la alternativa de captar talentos, lo hacen en razón de futbolistas adolescentes. Se admite que en el caso de Jonathan dos Santos «no se trata de un jugador de futuro», sino «de presente».
En buen romance tiene relación con el tiempo de Salto Uruguay en la temporada del fútbol local que estará llegando. Con Jonathan, la estatura posible de alcanzar es una y sin Jonathan, es otra. El «Pipo» Rodríguez relojea la secuencia. No es para menos. Es el DT.
El hincha de Salto Uruguay tampoco margina de la memoria, el peso de una elocuencia misma: desde el año 2000, los decanos no son campeones salteños. Un silencio de quince años. Para el hincha, como hecho objetivo, no es un hecho más. Es un hecho doliente.