La oveja sigue siendo el animal más noble a la hora de defender el capital del productor. Capaz de adaptarse en los campos más difíciles y subsistir en las condiciones más hostiles, en la que ningún otro animal es capaz de subsistir sin cuidados especiales.
Proporciona una carne exquisita cada vez más requerida por los mercados internacionales, además de una lana valiosa y siempre demandada.
En épocas difíciles en que la lana no valía nada y la oveja llegó a valer igual que un pollo o menos, hubo productores que se jugaron a este noble animal, aún cuando no resultaba rentable precisamente.
Sin embargo a largo plazo la inversión no sólo ha dado resultado, sino que los dividendos han llegado a ser muy buenos.
El aporte y la orientación de instituciones como el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Central Lanera Uruguaya (CLU) e instituciones de los propios productores agrupados, resultaron muy importantes a la hora de mantener la población de lanares en las condiciones adecuadas y con los avances genéticos que requiere.
Este apoyo permitió también ir superando tanto la calidad de la lana que se produce al punto que hoy es posible encontrar en el Norte los lotes de lana más fina que produce el país y que poco tienen para envidiar a lo que se produce en otras naciones.
Teniendo en cuenta en las condiciones en que se produce es esta una potencialidad invalorable para la zona, como también lo es la posibilidad de llegar a los animales de carne que son más demandados por el mercado internacional.
Las razas carniceras, las que producen mejor carne y se adaptan con mayor facilidad, en especial a los campos duros del Norte uruguayo.
Pero felizmente hoy ha llegado la hora de cosechar el fruto de la perseverancia, de la confianza en el lanar porque el noble animal ha respondido a esta confianza.
La carne ovina cuenta con una muy buena demanda internacional y la lana, aún con sus altibajos sigue siendo un producto noble que ayuda a la rentabilidad de la producción lanar.
El posicionamiento de la carne ovina uruguaya en el mercado internacional no ha sido fruto de otra cosa que de la confianza del productor ovino, de la abnegación de una labor que no siempre era bien vista.
Cuando nadie daba un peso por la cría y producción ovejera, ellos confiaron en este animal que ha respondido de la mejor manera.
El monumento a la majada que fuera enclavado en el by pass de las rutas 4 y 31 por la buena visión entre otros de la cooperativa CALSAL ha sido un acierto, nada más emblemático para la región del Norte Uruguayo que la producción ovejera.
A.R.D.
La oveja sigue siendo el animal más noble a la hora de defender el capital del productor. Capaz de adaptarse en los campos más difíciles y subsistir en las condiciones más hostiles, en la que ningún otro animal es capaz de subsistir sin cuidados especiales.
Proporciona una carne exquisita cada vez más requerida por los mercados internacionales, además de una lana valiosa y siempre demandada.
En épocas difíciles en que la lana no valía nada y la oveja llegó a valer igual que un pollo o menos, hubo productores que se jugaron a este noble animal, aún cuando no resultaba rentable precisamente.
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Sin embargo a largo plazo la inversión no sólo ha dado resultado, sino que los dividendos han llegado a ser muy buenos.
El aporte y la orientación de instituciones como el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Central Lanera Uruguaya (CLU) e instituciones de los propios productores agrupados, resultaron muy importantes a la hora de mantener la población de lanares en las condiciones adecuadas y con los avances genéticos que requiere.
Este apoyo permitió también ir superando tanto la calidad de la lana que se produce al punto que hoy es posible encontrar en el Norte los lotes de lana más fina que produce el país y que poco tienen para envidiar a lo que se produce en otras naciones.
Teniendo en cuenta en las condiciones en que se produce es esta una potencialidad invalorable para la zona, como también lo es la posibilidad de llegar a los animales de carne que son más demandados por el mercado internacional.
Las razas carniceras, las que producen mejor carne y se adaptan con mayor facilidad, en especial a los campos duros del Norte uruguayo.
Pero felizmente hoy ha llegado la hora de cosechar el fruto de la perseverancia, de la confianza en el lanar porque el noble animal ha respondido a esta confianza.
La carne ovina cuenta con una muy buena demanda internacional y la lana, aún con sus altibajos sigue siendo un producto noble que ayuda a la rentabilidad de la producción lanar.
El posicionamiento de la carne ovina uruguaya en el mercado internacional no ha sido fruto de otra cosa que de la confianza del productor ovino, de la abnegación de una labor que no siempre era bien vista.
Cuando nadie daba un peso por la cría y producción ovejera, ellos confiaron en este animal que ha respondido de la mejor manera.
El monumento a la majada que fuera enclavado en el by pass de las rutas 4 y 31 por la buena visión entre otros de la cooperativa CALSAL ha sido un acierto, nada más emblemático para la región del Norte Uruguayo que la producción ovejera.
A.R.D.
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