Desde hace diez días comenzamos un nuevo proyecto, en un equipo de la Segunda División del fútbol. Hablo del club Deportivo San Pablo Municipal. Se trata de un proyecto de la municipalidad del pueblo de San Pablo Tachachico. Lamento únicamente que en este domingo que pasó perdimos nuestro partido de local, pero somos parte de una transición con el equipo. Cambios y una adaptación que va siendo normal. Cuando aparece un nuevo entrenador, siempre se plantean casos como estos, en que no es de un día para el otro que se alcanza los logros. Somos parte de un plantel muy joven. La gran mayoría lo son. Solo tres mayores de edad con algo de experiencia. Es un lindo proyecto para trabajar a mediano plazo y hacer una buena base para el próximo torneo”.
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Los encuentros a la distancia con PABLO QUIÑONES suelen originarse desde EL PUEBLO.
Las vías de comunicación, Internet mediante, simplemente que lo posibilitan. El diario de Salto ha significado en enhorabuena, un puente tendido con Pablo y quienes habitan por estos lares, donde las añoranzas y los afectos, son partes siempre de la cuestión fermental. Cuestiones humanas.
Pablo no deja de echar un vistazo al Salto que no archiva, porque además la memoria recrea siempre. Su tiempo en River Plate y la selección, aquel golazo a Artigas el 25 de marzo de 1995 que implicó la última consagración de Salto a nivel del Campeonato del Litoral. Después, emigrando a Montevideo, con Peñarol, y Rampla Juniors, hasta que llegaría la hora de levantar vuelo. Y se fue a El Salvador.
PABLO, EL FÚTBOL Y
LA FAMILIA TAMBIÉN
“En el plano familiar todo bien, pero no falta en uno, el extrañar a la familia que está en Salto y en Buenos Aires. Pero es la vida que nos toca y como todo, hay que darle para adelante y buscar el mejor futuro”.
Semanas atrás, Pablo Enrique Quiñones para compartir el reencuentro con otro de los uruguayos que alista en el fútbol de aquel país centroamericano: Carlos Bueno.
“Coincidimos en que su equipo vino a jugar en la ciudad donde vivo y lo esperé al terminar el partido. Personalmente con Carlos Bueno no compartimos equipo en Peñarol, solo cruzamos saludos allá en Montevideo. Aquí mostró mucha humildad y conversamos de fútbol y demás. Casualmente hoy (por ayer lunes), iríamos al mar a la casa de un amigo a pescar y pasar el día. Pero como Carlos anda sentido de los gemelos tenía cita con el doctor, para desarrollar determinada terapia, así que lo dejamos para otro día”.
La acentuación de los conceptos de Pablo, a la cuenta de los uruguayos que alistan en clubes de El Salvador, “porque no son pocos y a la mayoría les va bien. Ni que hablar del caso del Nicolás Fagúndez. El “Zurdito” es uno de ellos y su equipo “Aguila”, está en los primeros lugares”.
Pablo Quiñones. En la América Central, de algunos años a esta parte. Descubriendo los surcos del destino. La pelota siempre. La añoranza también. Al fin de cuentas…. los recodos de la vida.
