Por los goles, por el fútbol, por las copas levantadas
Fue extraño. Cuando los jugadores de la selección Sub 17 retornaron después de cinco meses de ausencia a consecuencia de la pandemia, el técnico Wilson Cardozo tiró la frase, «porque los veo con más madurez, desde lo futbolístico a lo humano. Algo para bien ha pasado. A tal punto que ya no hablo de un equipo, hablo de un plantel para responder. Somos bastante más que un equipo titular».
En el primer turno, Salto viajó a Colonia y ofreció la primera versión: ganó 3 a 0. Más allá de la distancia, el plantel se trasladó el mismo día del partido.

La inclusión de un jugador salteño que había acumulado la quinta amarilla (Tomás Medina), determinó el reclamo de Colonia. El Tribunal le concedió la razón.
En el desquite Salto debía plasmar una victoria mínima de tres goles para resolver por penales. Pero gatilló a la medida de la necesidad: clavó el 4 a 0 y clasificó.
UNA TRAS LECCIÓN
TRAS OTRA
En semifinales, el Salto que goleó 3 a 0 a San José en terreno sureño. El 1 a 0 en Salto y el paso a la final ante Paysandú. 3 a 1 allá y 4-0 aquí. Inapelable campeón.
Lo real es que Salto alcanzó seis imposiciones consecutivas. Ganó afuera y adentro.
Una lección tras otra.
Al fin de cuentas, solo fue restando admitir aquella sentencia de Wilson, el DT: más madurez en todos los planos. Con otro aspecto a favor: la suma del máximo goleador de la Copa fue salteño. 11 goles de Enzo Zapata. Por lo tanto, el dueño de la estadística.
La verdad de ese reinado. El copetudo Salto Campeón del Interior.
«JUGÓ EL MEJOR
PARTIDO DE TODOS»
En menos de 15 días, Wilson Cardozo y Emanuel Priario debieron reacondicionar al Salto Sub 17, para afrontar el duelo ante Torque. O sacarle lustre al plantel para que volviese a ser el que fue. Y fue nomás.
El 5 a 0 del miércoles frente a Torque para quedarse con la Copa Integración AUF-OFI. Los que lo vieron en el Parque Charrúa el miércoles a la tarde, coinciden: «fue el mejor partido de todos. No se la pasó bien al comienzo, pero cuando se acomodó en la cancha, no dejó de desnivelar».-
De los cinco goles, tres desde los zagueros centrales Matías Lucas y Valentín Gauthier. Dos goles en el primer tiempo; tres en el segundo. La lotería consumada. La copa para elevar.
Prolongación de la «esencia» Salto. Y frente a ello, cabe preguntarse si en el fútbol salteño somos conscientes del valor implícito de esta generación campeona.
Es la primera vez en la historia de estas decisiones, que una definición surge por goleada. Y un detalle: esta selección jugó CUATRO partidos como visitantes. En los cuatro SIEMPRE, un mínimo de tres goles. De 12 puntos jugados fuera de casa, 12 ganados.
¿Hace falta sumar alguna cuestión más o es la hora de bajar el martillo?
Resulta obvia la respuesta. Demasiado obvia.