back to top
sábado, 17 de mayo de 2025
20.5 C
Salto

¡¡Bravo Profesor Zeni!!

- espacio publicitario -
Diario EL PUEBLO digital
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/sj0u
Quien escribe estas líneas fue su alumno de la materia Sociología en el año 1994, cuando cursaba mi 5º año de preparatorio. Luego este profesor integró la mesa examinadora de Derecho cuando la di de forma libre un año después. El profesor Zeni, fue para sus alumnos mucho más que un docente de la disciplina que profesaba, siempre fue un hombre que enseñaba mucho más que sociología y derecho; enseñaba para la vida. Siempre usaba algún tiempito de sus brillantes clases para hacernos ver dónde estábamos parados en la realidad y qué futuro nos deparaba. Nos hablaba de valores.
Entre tantas cosas enseñó e inculcó el valor de la solidaridad. Recuerdo que por cada bolilla dictaba unas 50 o 60 preguntas para que contestáramos teniendo como fuente a los textos que exigía el curso; textos tales como de la entonces joven socióloga Adriana, Marrero y el experto Ely Chinoy; textos sumamente escasos en nuestro medio y de alto valor económico.
A quienes contestaban las preguntas porque contaban con los textos él les pedía (previo al escrito mensual de evaluación) que dictara las respuestas para todo el grupo, y de esa forma todos contábamos con las respuestas y por supuesto, todos los estudiantes contábamos con las armas para el escrito que consistía en unas 10 preguntas extraídas del montón.
Durante el desarrollo del curso el profe Zeni siempre usó su voz para alentar a aquellos con mayores dificultades, ya sea por problemas económicos, falta de motivación o simplemente porque no les gustaba la materia; siempre usó la súplica alentadora de: «no se me entregue compañero…». Y cuando tenía que dar algún sermón lo hacía con mucho humor y todos entendíamos sus sermones dados con mucha altura, era para nuestro bien.
El punto más interesante de aquel programa de Sociología fue para mi el «Ruralismo» y toda aquella explicación del éxodo rural o mejor dicho la emigración campo – ciudad. Decía el profe que sobre esto todos sabíamos algo de la realidad y hasta podíamos sacar la guitarra y pallar. Recuerdo que todos en el grupo aportamos algo, porque quién no tenía un pariente o amigo que vivía en el campo y se había mudado a la ciudad o algún vecino recién llegado del campo que pasaba a vivir en el hormigón cambiando la rutina de criar animales, ordeñar o plantar, por la rutina de vender quiniela y tómbola en el portal de su casa. Ese fenómeno hoy en 2013, a casi 20 años de aquellas clases se sigue dando.
En los pasillos el profe Zeni también nos mostraba sus otras facetas, la de buen padre de familia, la de periodista comprometido con su medio, la de amante del fútbol y en especial de los chiquitos del Baby Fútbol y también de un interesado por el fenómeno OVNI (objetos voladores no identificados).
Este profe tiene muy buenas anécdotas sobre apariciones y avistamientos de ese fenómeno en nuestro medio y cuenta con pruebas suficientes de lo que dice. En aquel momento este profe se desempeñaba como corresponsal del diario capitalino La Mañana, una verdadera joya que lamentablemente dejó de salir a fines de los años 90.
Hay mucho para hablar del Profe Zeni, y reconozco que me quedo corto en su valoración. Los jóvenes de hoy                 tomar, y sobre todo utilizar siempre su legado proveniente de su voz de aliento; la de nunca bajar la cabeza, la de no dejar nunca de sonreír y ante las dificultades que nos brinda la vida recordar siempre su más popular frase, la frase que lo hace inmortal y que dice: «esto recién comienza».

Quien escribe estas líneas fue su alumno de la materia Sociología en el año 1994, cuando cursaba mi 5º año de preparatorio. Luego este profesor integró la mesa examinadora de Derecho cuando la di de forma libre un año después. El profesor Zeni, fue para sus alumnos mucho más que un docente de la disciplina que profesaba, siempre fue un hombre que enseñaba mucho más que sociología y derecho; enseñaba para la vida. Siempre usaba algún tiempito de sus brillantes clases para hacernos ver dónde estábamos parados en la realidad y qué futuro nos deparaba. Nos hablaba de valores.

Entre tantas cosas enseñó e inculcó el valor de la solidaridad. Recuerdo que por cada bolilla dictaba unas 50 o 60 preguntas para que contestáramos teniendo como fuente a los textos que exigía el curso; textos tales como de la entonces joven socióloga Adriana, Marrero y el experto Ely Chinoy; textos sumamente escasos en nuestro medio y de alto valor económico.

A quienes contestaban las preguntas porque contaban con los textos él les pedía (previo al escrito mensual de evaluación) que dictara las respuestas para todo el grupo, y de esa forma todos contábamos con las respuestas y por supuesto, todos los estudiantes contábamos con las armas para el escrito que consistía en unas 10 preguntas extraídas del montón.

Durante el desarrollo del curso el profe Zeni siempre usó su voz para alentar a aquellos con mayores dificultades, ya sea por problemas económicos, falta de motivación o simplemente porque no les gustaba la materia; siempre usó la súplica alentadora de: «no se me entregue compañero…». Y cuando tenía que dar algún sermón lo hacía con mucho humor y todos entendíamos sus sermones dados con mucha altura, era para nuestro bien.

El punto más interesante de aquel programa de Sociología fue para mi el «Ruralismo» y toda aquella explicación del éxodo rural o mejor dicho la emigración campo – ciudad. Decía el profe que sobre esto todos sabíamos algo de la realidad y hasta podíamos sacar la guitarra y pallar. Recuerdo que todos en el grupo aportamos algo, porque quién no tenía un pariente o amigo que vivía en el campo y se había mudado a la ciudad o algún vecino recién llegado del campo que pasaba a vivir en el hormigón cambiando la rutina de criar animales, ordeñar o plantar, por la rutina de vender quiniela y tómbola en el portal de su casa. Ese fenómeno hoy en 2013, a casi 20 años de aquellas clases se sigue dando.

En los pasillos el profe Zeni también nos mostraba sus otras facetas, la de buen padre de familia, la de periodista comprometido con su medio, la de amante del fútbol y en especial de los chiquitos del Baby Fútbol y también de un interesado por el fenómeno OVNI (objetos voladores no identificados).

Este profe tiene muy buenas anécdotas sobre apariciones y avistamientos de ese fenómeno en nuestro medio y cuenta con pruebas suficientes de lo que dice. En aquel momento este profe se desempeñaba como corresponsal del diario capitalino La Mañana, una verdadera joya que lamentablemente dejó de salir a fines de los años 90.

Hay mucho para hablar del Profe Zeni, y reconozco que me quedo corto en su valoración. Los jóvenes de hoy                 tomar, y sobre todo utilizar siempre su legado proveniente de su voz de aliento; la de nunca bajar la cabeza, la de no dejar nunca de sonreír y ante las dificultades que nos brinda la vida recordar siempre su más popular frase, la frase que lo hace inmortal y que dice: «esto recién comienza».

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/sj0u