El sábado, cuando dio inicio la fase de eliminación directa del Mundial, los musulmanes en todo el mundo comenzaron su mes de ayuno desde el amanecer hasta el anochecer. Es la primera vez que el Ramadán coincide con el Mundial desde México 1986 y provoca un dilema para los futbolistas musulmanes.
Algunos de los futbolistas musulmanes que participan del Mundial comenzaron el sábado el Ramadán, un mes de ayuno que

representa un verdadero dilema para muchos jugadores.
“Yo no puedo unirme porque estoy trabajando. Lamentablemente no es una opción para mí”, dijo Mesut Özil, alemán de ascendencia turca que ya había adelantado antes del certamen que no podría celebrar el Ramadán.
Durante el mes de ayuno, los musulmanes devotos no comen ni beben desde el amanecer hasta el anochecer. Y también está prohibido fumar o mantener relaciones sexuales.
Özil no es el único jugador que tiene ese dilema religioso. El francés Karim Benzema, el suizo Xherdan Shaqiri o los belgas Marouane Fellaini y Moussa Dembele, aún en competencia, también son musulmanes creyentes.
Sin embargo, un portavoz del equipo suizo anunció que ningún jugador ayunará durante el Mundial y en la selección francesa tampoco está previsto que algún integrante vaya a cumplir con los preceptos musulmanes.
EL CASO ARGELINO
En el conjunto argelino la situación es distinta. Para los jugadores, que sorpresivamente avanzaron a los octavos de final y el hoy se enfrentarán a Alemania, la religión juega un rol muy importante.
“Este éxito es para los argelinos de todo el mundo, para todos los árabes y todos los musulmanes”, destacó el delantero Sofiane Feghouli, quien al igual que muchos compañeros de su equipo reza antes de cada partido.
El sábado, cuando dio inicio la fase de eliminación directa del Mundial, los musulmanes en todo el mundo comenzaron su mes de ayuno desde el amanecer hasta el anochecer. Es la primera vez que el Ramadán coincide con el Mundial desde México 1986.
Pero el Corán establece excepciones. Según el libro sagrado del islam se permite romper el ayuno a “quien estuviese enfermo o de viaje”, pero agrega que deberá reponer posteriormente los días no ayunados.
La decisión, en última instancia, recae en cada jugador y en su conciencia, señaló el teólogo islámico y presidente de la organización turca islámica Ditib, Izzet Er. “El Corán tiene unas reglas claras y los jugadores saben qué hacer con ellas”, subrayó.
OTRAS POSTURAS
Sin embargo, las opiniones difieren en cuanto a los efectos para la salud, incluso dentro de la FIFA.
El director médico del organismo rector de fútbol mundial, Jiri Dvorak, no cree que haya desventajas para los musulmanes durante el Mundial. En tanto, su colega Michel D’Hooghe no recomienda el ayuno durante la época en que se disputa la extenuante competencia.
“Si yo estuviera a cargo de los jugadores, meditaría la posibilidad de una excepción”, enfatizó el belga.
“Tengo el mayor respeto por las creencias religiosas de cada jugador”, agregó el miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, pero desde “el punto de vista puramente médico es más saludable mantener durante este tiempo una ingesta regular de alimentos”.
“Todavía sabemos muy poco acerca de los efectos del ayuno”, dijo recientemente Ron Maughan al “New York Times”. El profesor de nutrición deportiva en la Universidad de Loughborough, en Inglaterra, investigó los efectos del ayuno sobre el rendimiento deportivo y vaticinó que no tienen un “gran efecto sobre el fútbol”.
Según Maughan, a diferencia de otras disciplinas deportivas como el maratón, en el fútbol es posible cumplir sin riesgos para la salud con las normas religiosas y aún así rendir plenamente con la exigencia deportiva.
Sin embargo, para muchos de los jugadores musulmanes que opten por ayunar durante el Mundial lo tendrán más fácil en Brasil: las once horas entre el amanecer y la puesta del sol, por ejemplo en Río de Janeiro, significan unas cinco horas menos de ayuno todos los días en comparación con los países europeos en esta época del año.