Sería un error

Cuando escribimos estas líneas lo hacemos pensando en el análisis, en la necesaria evaluación de lo que se ha hecho o se piensa hacer y no “buscando cabezas”, para decapitar. Sencillamente es nuestra función opinar y esto es decir si entendemos que está bien o está mal, el asunto que motiva dicha opinión.
Esto viene al caso dado que el gobierno que está instalándose, seguidamente como todos los gobiernos tendrá aciertos y errores. Que se habrá de equivocar, ni que hablar. El tema es cómo obrará cuando entienda que ha cometido un error.
Obrará con la humildad que es necesaria en estos casos o si lo hará con la falsa soberbia de quienes no admiten el error y prefieren seguir adelante, al costo que sea. Sería bueno que asumiera aquello de que “lo cortés no quita lo valiente” y no por cometer algún error, debidamente asumido perderá puntos.
Obviamente que tampoco pretendemos ser dueños de la verdad, ni estamos “vacunados” contra el error en nuestras apreciaciones, sencillamente tratamos de decir en voz alta lo que nuestro leal saber y entender nos indica en cada caso.
El tema puntual que motiva esta reflexión es el referente a los preparativos para la asunción del próximo presidente de los uruguayos, José Mujica. En un principio Mujica había sostenido que el costo correría por cuenta de su sector político, para que no tuviera que pagarlo el Estado. Ahora, según leemos en “la diaria”, gente afín a Mujica habría “invitado” a diez empresas importantes en el Uruguay a “donar” 15 mil dólares cada una a efectos de financiar este acto, que no dudamos será una gran fiesta popular.
La donación se haría al gobierno actual, que preside el Dr. Vázquez (quien tendría que autorizar las mismas). Según la mencionada publicación, que menciona como fuente a una de las diez firmas contactadas a estos efectos “lo que nos explicaron es que todo esto tendrá difusión pública más adelante y que la idea es hacer todo muy cristalino”.
Con todo respeto, nos atrevemos a decir que recurrir a empresas privadas para financiar esta fiesta, por más “transparente” que se haga la rendición de cuentas, sería a nuestro entender un grueso error.
Quiérase o no, sería establecer un compromiso, sino formal, al menos moral con estas empresas a quienes se habría recurrido para hacer la fiesta.
Se estaría borrando con el codo el criterio utilizado para dar transparencia a los fondos que se utilizan en las campañas partidarias, tema en el que finalmente se dispuso por ley las limitaciones del caso y la obligación de dar a conocer en tiempo y forma la procedencia de los mismos.
De seguirse el camino que se anuncia, se crea un precedente muy peligroso. Es más, nos preguntamos qué pasaría al menos en la credibilidad popular, si una de estas empresas es investigada durante el próximo gobierno en relación a cualquier tema fiscal y sale “indemne”. Despertaría resquemores, seguramente fundados ¿verdad?.
No es bueno, en especial para el propio gobierno entrante, que se establezca este precedente. Después de todo. La fiesta la va a hacer el propio pueblo y por lo tanto, si hay dinero que se haga y si no lo hay, que se omita el espectáculo, porque seguramente el calor del pueblo estará asegurado de todas formas.
Alberto Rodríguez Díaz.