La foto data del partido de la víspera entre Salto Fútbol Club y La Luz, jugando por la última fecha de la liguilla en la Primera División Amateur. Nótese la tribuna del este del Parque Juan José Vispo Mari, virtualmente sin público. Consecuencia inevitable de la pérdida de chance.
El equipo se puso en ganancia por 1 a 0, con gol de Federico Pereira, quien llegó para incorporarse desde Rincón de Valentín. Después se sucedieron los goles del equipo capitalino, inclinando la balanza. El 2 a 1 fue adverso. Revés «naranjero».
Tras los resultados generales de la fecha final, Salto termina quedándo con la sexta plaza de la liguilla, sin chance de pelear por los ascensos posibles.
Para la dirigencia de Salto Fútbol Club, seguramente que llegará el momento de la evaluación. Rescate de lo bueno y análisis de lo pendiente. Qué se hizo, qué faltó, qué aspectos hacen a la sintonía de la pretensión y que es posible enmendar en materia de omisiones.
O sea: que es lo que tiene que cambiar el año próximo, para que Salto pueda alcanzar mayor rédito deportivo y combatir por la ilusión suprema del ascenso.
Mientras un tiempo va fluyendo a favor: la convocatoria a futbolistas juveniles y más de 500 gurises registrados. En paralelo, misiones sociales, como la de ensanchar la carpeta de asociados. No está mal. Y es válido.
Lo cierto es que más allá de cuestiones deportivas y resultados finales (más que aceptable producción en el primer tramo, incluso con victorias consumadas como visitante), una cuestión vital por sobre todas: EL HECHO DE HABER VUELTO SALTO FÚTBOL CLUB, después de 17 años de ausencia en el esquema de campeonatos de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
El equipo en sí o el club en sí, igualmente con una deuda en el horizonte: generar un MAYOR ENAMORAMIENTO CON LA GENTE.
Cómo lograr y sobre la base de qué, resortes de quienes ostentan el mando del club.
Desde ellos la respuesta, tendrá que transformarse en acción.
Después de todo, es la que vale. La que sirve. La ineludible. La impostergable. Lo es.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
