En la noche del pasado jueves se cumplió en Biblioteca Municipal una instancia de café literario organizado por el Taller Municipal “Horacio Quiroga”, que orienta Leonardo Garet. Fue una velada de muy buen nivel en cuanto a los contenidos que se leyeron pero presentada, además, de forma sumamente original, con lecturas a varias voces y otros elementos de teatralización.
Rocío Menoni, Alcides Flores, Roberto Machado, Sonia Hornos y Juan Carlos Ferreira fueron quienes leyeron cuentos de su autoría, pero participaron además otros talleristas en el momento de la lectura de diálogos. En una segunda parte del encuentro, Alejandra Guglielmone, Sonia Hornos y Myriam Albisu realizaron lectura de una serie de poemas que les pertenecen.
Garet: el taller aguarda respuesta de las autoridades para publicar
En la apertura hizo uso de la palabra Leonardo Garet, quien destacó el trabajo de un taller literario como espacio de trabajo y mucha exigencia. Expresó asimismo que el Taller Literario “Horacio Quiroga” tiene gestiones ya realizadas desde hace un tiempo para la publicación de algunos libros individuales, así como de uno colectivo, y aún aguarda respuesta de las autoridades municipales (cabe señalar que entre el público presente estaba el encargado de Talleres Artísticos de la Intendencia, Carlos María Cattani). “Ese es el deseo que tiene el taller, ver en una obra su trabajo”, dijo Garet, y agregó: “entre tanto, consideramos que es buena cosa darlo a conocer en forma oral, mediante una lectura como lo vamos a hacer esta noche”.
Para dar comienzo al segundo momento del espectáculo, dijo Garet que las tres escritoras que darían lectura a sus poemas, de poder publicarlos en libro, serían un valioso aporte a la literatura de Salto.
Una actividad en
dos partes
De dos partes constó la actividad del jueves. En primer lugar, de un ejercicio realizado en público, un verdadero trabajo de taller. En la segunda, la lectura de poemas.
El ejercicio presentado consistía en un dictado de diez frases con que cada tallerista debía crear un cuento. Las frases fueron las siguientes:
1- Entonces, ¿no sabías nada?
2- No, hasta que ella me lo contó.
3- Cambiaron las cosas, me parece.
4- Hasta entonces todo era normal.
5- ¿Quiénes fueron?
6- Vos los conocés.
7- En secundaria estudiamos juntos.
8- Va a ser necesaria mucha voluntad.
9- Roberto ni idea tiene de lo que se le viene.
10- Pero de esta conversación nadie debe saber nada.
En los cinco trabajos que fueron presentados, el autor leyó la parte narrada en tanto otros talleristas leían la voz de los personajes.
Un ejemplo
A modo de ejemplo del ejercicio presentado, transcribimos seguidamente el trabajo de uno de los talleristas, Alcides Flores:
Entonces, ¿no sabías nada?- Preguntó Américo Laguna apenas se calmó de la tos, como si no esperara respuesta, como si no le interesara. Ya no contempló el fuego y abandonó el asiento para ver por la ventana como caía la lluvia.
No, hasta que ella me lo contó- Se limitó a seguir Carlos Nelson (el hermano de Roberto) sabedor de que no decía toda la verdad, que se guardaba algo por las dudas.
Cambiaron las cosas, me parece- Manifestó pensativo Américo, y enseguida volvió a sentarse como demostrando poco interés por lo que le pudiera decir el joven.
Hasta entonces todo era normal- Continuó Carlos Nelson; él sabía que su hermano era terco y cuánto había insistido para ver a sus hijos. Sabía que los extrañaba, pero la verdad, no podía asegurar si no era un pretexto para acercarse a ella.
¿Quiénes fueron?- Preguntó esta vez más enérgico el hombre mirando al joven, decidido a tener más información.
Vos los conocés- Sí, él conocía a mucha gente capaz de prestarse a tanta barbaridad y también conocía a los Pelegrini, por eso sabía que no habían sido ellos. Su hija nunca le había dicho de movimientos extraños.
En secundaria estudiamos juntos- Dijo esta vez pensativo. Y era verdad, con Roberto habían estudiado juntos, después había venido el viaje al sur y el regreso, y por la distancia habían perdido contacto, hasta ayer cuando les llegó la noticia.
Va a ser necesaria mucha voluntad- Pensó. Sería muy difícil encontrar testigos. Pero Laguna estaba dispuesto a comenzar un trabajo silencioso y a poner todo el tiempo que fuere necesario para dar con la verdad.
Roberto ni idea tiene de lo que se le viene- Por ahora era el único y principal sospechoso. Todos sabían de su relación con la joven por más que ellos estaban separados. Además se lo había visto merodeando por la zona del incendio.
Pero de esta conversación nadie debe saber nada- La frase quedó colgada en el aire y el hombre delgado, el dueño de la tos rebelde volvió a su reducto para desde su asiento volver a contemplar el fuego y meterse en él en busca de una buena coartada.
Alcides Flores
