El estrés es un mecanismo normal y sano de nuestro cuerpo el cual surge por afrontar una determinada situación o reto cotidiano.
Hoy en día se habla mucho del estrés y sus posibles causas. ¿Pero sabías que manejar el estrés es posible y merece la pena para nuestra salud poder sentirnos bien?
Las causas que pueden ocasionar estrés son muchas, pero al mismo tiempo no tiene por qué ser malo, ya que es indispensable para nuestra vida, sirviéndonos como estímulo o mecanismo de respuesta frente a determinadas situaciones que atraviesa el ser humano.
La vida está llena de acontecimientos qué nos producen bienestar, tranquilidad, alegría, satisfacción; pero hay otras que son lo contrario y nos producen otras sensaciones como el nerviosismo, tensión, miedo, inquietud. Si sabemos reconocerlo y controlarlo lo podremos vivir sin consecuencias negativas, ayudando de esta manera al aumento de la autoestima, incrementar el buen rendimiento, concretar metas.
Pero si no aprendemos a manejarlo ni controlarlo comienzan a ser perjudiciales, esto ocurre cuando no se recuperan las energías o recursos generados, produciendo un desgaste en el organismo o una sobrecarga; y es ahí que impiden el buen desarrollo y funcionamiento normal.
El estrés causa muchos síntomas físicos, psicológicos y emocionales, como por ejemplo dolores de cabeza, falta de energía, agotamiento, falta de concentración, insomnio o exceso de sueño, inquietud. Cuando estos síntomas se mantienen en el tiempo y no le damos la importancia necesaria, se van asociando a otras patologías como la depresión, enfermedades cardiovasculares, ansiedad, entre otras.
Por ello el saber manejar las situaciones de estrés, nos permite disponer en cada momento de nuestras vidas el nivel adecuado para vivir y afrontarlo. Sabiendo que algunos factores que generan estrés son las situaciones difíciles de la vida, la sociedad con sus exigencias, el estilo de vida que llevamos.
Es necesario mejorar o redireccionar algunos hábitos para afrontar el estrés:
- Adaptarse positivamente a las situaciones de tensión, buscando realizar técnicas de autocontrol.
- Realizar ejercicios físicos, teniendo un efecto positivo en la prevención del estrés.
- Practicar ejercicios de respiración, relajación (yoga, pilates).
- Evitar hábitos poco saludables como fumar, consumir alcohol o llevar una dieta no saludable.
- Aprender a poner límites, si sabemos que este se origina por un exceso de tareas en el ámbito laboral o familiar.
- Tratar de llevar un orden en nuestras actividades cotidianas.
- Frecuentar la naturaleza ayudará a fortalecer la salud física y emocional.
- Buscar momentos de disfrute personal o colectivo.
Es muy importante apreciarnos más y aprender nuevas formas de hacer las cosas, de pensar y sentir, lograremos así disminuir mucho más nuestras fuentes de estrés negativo.
Lic. Daniela Todoroff
Psicóloga
