Después de estar un tiempo fuera de nuestro querido Uruguay, me acostumbré a escuchar que la gente me diga «no vuelvas, acá la cosa está fea, quédate ahí». Sin duda pueden haber lugares más lindos, se puede trabajar mejor o hacer más dinero pero no se compara con estar alrededor de la gente que realmente importa.
Me he dado cuenta y lo ves en casi todos los uruguayos que están afuera, que añoran su vida en Uruguay. Siempre pensando en la familia, los amigos, las rondas de mates, los asados.
Viajar te hace conocer nuevas culturas y hay veces que no llegas a entenderlas del 
todo, pero es parte de la historia y como se fue definiendo cada sociedad. Hay unas en la que no se les da tanta importancia a la familia, se pierde la conexión entre amigos y familiares pero hay otras en que se tiene muy presente.
Para el mundial logramos juntar a los pocos uruguayos que habían donde estábamos, pero nos quedó esa espina de no poder verlo con amigos ya que se siente muy diferente.
Por eso en esta última etapa nos juntamos para ir a ver el partido contra Francia en París.
Nos encontramos con uruguayos por todos lados y fue extraño porque el uruguayo en el mundo es un espécimen muy difícil de encontrar y ahí había un montón. Gente que se había ido desde Estados Unidos o otras partes del mundo solo para ver esos amistosos. Te das cuenta lo que genera la selección o el sentirse uruguayo.
Esta última etapa, la destinamos al reencuentro. Fuimos hasta Inglaterra a verlo a Diego que no lo veíamos desde nuestra partida.
Fuimos invitados a un asado que increíblemente fue hecho con carne uruguaya y nos deleitamos después de tanto tiempo.
En Italia nos juntamos con Luis, que arrancó en moto desde Malasia y que estamos muy orgullosos de él por esa travesía y por haber cumplido uno de sus sueños y con dos amigos italianos que conocimos en Tasmania mientras trabajábamos en las granjas. Fue hermoso revivir esa etapa que tantos buenos recuerdos nos trae.
Decidí ir a visitar a un amigo en Valencia porque sé lo lindo que es que te lleguen visitas. Aproveche a conocer más unos parientes que hace bastante tiempo están establecidos por aquí y que me recibieron excelente.
Desde mi salida estaba decidido a volver para las fiestas. El año pasado las pasé lejos de todos y era la primera vez que lo hacía. Fue una experiencia inolvidable y muy diferente a lo que venía acostumbrado. Este año mi familia estará toda reunida y será única.
Aparecerán las preguntas clásicas de qué te gustó más o qué te dejó el viaje. Lo mejor fue el intercambio cultural y haber hecho amistades con personas de todo el mundo. Se conocen lugares hermosos pero mejor aún es conocer gente hermosa.
Mi padre una vez nos dijo guarden este paisaje en el alma y mi hermana contestó «cómo lo hago?»; está claro que es ahí donde guardaré este viaje.
