“La idea es ir descubriendo y rescatando lugares de devoción al Padre Pío”, decía el periodista Ramón Eduardo Rodríguez cuando días pasados EL PUEBLO le consultó sobre la publicación digital que junto a su esposa, Silvia Huayek, empezaron recientemente a divulgar. La misma se llama “Unidos por Padre Pío”, acaba de salir el primer número y el segundo se prevé que sea en agosto. Sabido es que este matrimonio, oriundo de Villa Constitución y actualmente radicado en Paysandú, viene trabajando en el tema desde hace mucho tiempo. De hecho, Ramón es autor de varios libros sobre el Padre Pío. De alguna manera, dijo, esta publicación es como una continuación de los libros. Quienes quieran comenzar a recibirla pueden comunicarse con el propio autor, al 094 024 648
A MODO DE PRESENTACIÓN
“Concebimos este material como un aporte más a la tarea colectiva de sostener especialmente presente al Padre Pío, su obra, su mensaje, su legado. En lo particular, es un aporte más que se suma a los libros que hemos publicado sobre la temática y a las diversas acciones de visibilización que procuramos desarrollar cotidianamente. En general, es un aporte más al trabajo que, en el mismo sentido, cumplen tantos y tantos hermanos; algunos desde los grupos de oración tanto presenciales como virtuales, otros aprovechando los recursos de las tecnologías de la información para hacer divulgación, otros a través de la contundente acción del boca a boca, dando testimonio, siendo referencia, animando a creer. Cada una de esas manos, de esas voces, de esas energías, es fundamental, insustituible; si ese trabajo no se hiciera seguramente algún her- mano quedaría sin recibir el mensaje. Ahora, es cierto que esta faena necesita más fuerzas y que es tan mágica que se amolda a las posibilidades de cada cual. Nuestra intención es que esta revista nos vincule con cierta asiduidad, que porte contenido, en general, atemporal, constituyendo un medio lo más accesible que se pueda, en todos los sentidos. Hace ya varios años publicamos nuestro primer libro dedicado al amado Pío, conste que nos costó vencer las dilaciones hasta que la llamada pandemia generó la oportunidad. Creíamos que esa publicación satisfaría nuestro deseo y con ella cerraríamos la experiencia. Pero resultó ser la primera de varias que aparecieron en la medida que fuimos bendecidos con el apoyo de muchos hermanos. Estas páginas evidencian ese proceso y también son resultado de la bendición de tanta amorosa compañía. Pero queremos que sepas que, al fin y al cabo, estas concreciones son manifestaciones de la vida de una familia que tiene al Padre Pio como referencia, como inspiración, como modelo, como factor de unidad. En buena medida, casi que todo lo que hacemos, casi todo lo que nos pasa de bueno, casi todo lo que nos ocupa, tiene que ver con la devoción al santo de los estigmas. Por eso conviene dejar en claro que cuando abordamos estas cosas no hay esfuerzos ni sacrificios, no nos ponemos en el lugar de abnegados heroicos; por el contrario, disfrutamos lo que hacemos y nos entregamos a la tarea con la esperanza de que sea de utilidad para alguien. Sabemos que es poquito pero está hecho con consciencia y desde el amor, como pequeña ofrenda hacia aquel que nos motiva y que sí es un modelo de dar y darse a Dios y a los demás de manera infinita”.
¿EL SANTO DE LOS URUGUAYOS?
(Nota extraída de la revista)
La devoción uruguaya hacia el Padre Pío se inició prontamente, cuando todavía era un joven sacerdote, casi que en simultáneo con el fervor evidenciado en algunas regiones de Europa y particularmente en su tierra natal, Italia. Aunque también es cierto que la adhesión no se manifestó con la misma intensidad en las diferentes zonas del suelo oriental, heterogeneidad que todavía se descubre; mientras que en algunos departamentos el capuchino es altamente reconocido en otros no lo es tanto.
Pero, independientemente de ese dato, es real que existen devotos en muchos rincones del país. Nos lo confirma la tarea de difusión que iniciamos hace unos cuantos años y que nos ha puesto en contacto con hermanos de los más variados sitios de la geografía nacional; aunque esa perspectiva está condicionada por una serie de factores que relativizan la profundidad de la mirada. Entonces viene en nuestro auxilio el paciente, esforzado y meritorio trabajo que durante largos años ha desarrollado Esperanza Cánepa y que sintetiza, comparte y proyecta en el sitio www.padrepio.uy. La página propone datos biográficos del santo, testimonios de sus intercesiones, historias de devotos, oraciones y emplazamientos de reliquias y lugares dedicados a su devoción. A lo largo y ancho del Uruguay ha logrado detectar algo más de 60 espacios que honran al capuchino. Se trata tanto de sitios erigidos exclusivamente para su alabanza como aquellos casos en los que su imagen fue incorporada en algún lugar que no necesariamente es central. La larga lista incluye sitios referenciales, altamente conocidos, caso de la gruta de La Aurora que es un indiscutido emblema regional en la materia, como iglesias de diversa relevancia, espacios públicos, centros asistenciales, domicilios particulares e inclusive algunos comercios. Cánepa presenta cada uno de esos destinos con su correspondiente georeferenciación, con fotos y datos de su historia.
Para una mirada que enfatice en el aspecto cuantitativo el aporte resulta revelador; la presencia del Padre Pio en los paisajes uruguayos es significativa. Pero hay más, aun cuando destaquemos la profundidad del relevamiento es evidente que la nómina no contempla las decenas de pequeños santuarios o altares que se crean en casas de familias, en algunos casos con cierta exposición pública. Diríamos que esas manifestaciones de gratitud, esos testimonios de fe, emergen permanentemente, todo el tiempo, como evidencia del fortísimo trabajo de aquel que, según él mismo anunció, está haciendo mucho ruido desde otros planos y que en vida terrenal tuvo una conexión especial con este territorio y su gente.
También es cierto que sería muy parcial pretender medir el reconocimiento de los uruguayos hacia el santo partiendo de la contabilización de esos espacios; claramente la devoción es inconmensurable. Pero es interesante observar cómo en muchos casos de la experiencia íntima del encuentro con Dios, en este caso a través del Padre Pío, resulta la necesidad de materializar algo para compartir, buscando que el bien llegue a otros; todo lo que viene a confirmar la incues- tionable dimensión social de la fe.
Hace algunos años, en el proceso de preparación del libro San Pío de La Aurora (2020), tuvimos la oportunidad de entrevistar al sacerdote Guillermo Buzzo, entonces párroco de San José Obrero (Paysandú) y de la Capilla Santa Teresita de la ciudad de Quebracho, que graficó esa adhesión, diría que casi nacional, en estos términos, «…extrañamente el Padre Pío está muy ligado a Uruguay. la fama que tiene acá no es común en otros países de América Latina».