Entrevista a Isidra Solari
Tras un informe realizado hace un par de semanas por EL PUEBLO, surgió la posibilidad de hacer una serie de entrevistas referidas al Parque Solari. Es por este motivo que hoy dialogamos con Isidra Solari, quien preside la Comisión de Amigos del Parque Solari, y que en esta charla, nos trae un poco de historia para valorizar el presente y potenciar lo que aún queda por hacer por un espacio verde reconocido internacionalmente.
– Los espacios verdes que hay en nuestra ciudad, ¿nos definen como sociedad?
– Si, todos los espacios verdes de una ciudad definen a la gente que los usa. Las plazas, las calles, están hechas a propósito de que la gente se encuentre. Son los espacios que nos pertenecen a todos, donde todos somos iguales, donde la gente tiene el gusto de encontrarse, donde no hay diferencias sociales, donde hay un diálogo de todos entre todos, por eso hay bancos bajo árboles que dan sombra para que puedan sentarse y encontrarse. Esa es la virtud de los espacios verdes más grandes.
– ¿La sociedad entiende eso? Le pregunto porque pareciera que no cuidamos como sociedad a nuestros espacios verdes.
– Eso es verdad, pero también hay una evolución que si uno ve, hay determinadas casas que han puesto macetas afuera para mejorar así a su vereda. Todo eso pasa también porque los espacios nos revelan, en la forma en que los tratamos así somos. Hay una enseñanza que hay que hacer, hay que poner muchos bancos, lugar donde tirar la basura, que todos nos acostumbremos a que la limpieza es un valor que nos pertenece. Las ciudades limpias se caracterizan por tener gente más amable, más cuidadosa.
– ¿Qué opina que en otras tierras, como en las europeas, valoran nuestros espacios verdes más que nosotros, al extremo que vengan especialistas a estudiar nuestro Parque Solari?
– Eso es algo bastante sorprendente. Recuerdo una charla con Leandro Silva Delgado, que me dijo que había encontrado su vocación de paisajista en Salto. En el año 89 se organizó aquí un encuentro de paisajismos latinoamericano. Uno de los fundamentos fue ir al parque, donde estuvo Roberto Burle Marx, que fue considerado un genio en el paisajismo mundial. Hizo los Jardines de Copacabana y de los parques más grandes de San Pablo. Si usted recorre los mejores parques del mundo, podrá notar una influencia de Burle Marx. Estuvo en Salto, hizo un documento que se llamó “Carta de Salto”, con paisajistas que habían venido de Venezuela, Colombia, Argentina, Brasil, España. Dijeron que el paisajismo había que estudiarse de una manera sistemática, observando al clima, la botánica, la parte social. Ellos en la “Carta de Salto”, incluyen todos estos valores a estudiar. Entonces se inauguró una carrera llamada “Diseño del Paisaje”. Eso surgió acá en Salto, a raíz de toda esta coincidencia que Silva Delgado estuviera acá, que fuera amigo personal de todos estos especialistas del paisaje y que hoy son referentes en el mundo, como Burle Marx.
A raíz de eso, se difundió esta fama de Salto con su paisaje, que se extendió en olas que nunca sabremos hasta donde llegarán. Y a raíz de esa Carta de Salto, hay una vinculación muy fuerte con la Regional Este, que es justamente donde está instalada esa carrera, que se instaló hace 10 años, la Licenciatura del Diseño del Paisaje. El profesor de allí, Rafael Dodera, tiene un vínculo muy fuerte con la Universidad de Milán, quienes al acercarse al Parque Solari encontraron méritos de diseño muy destacados. El parque es del Siglo XIX, y esos caminos sinuosos que tienen esas plantaciones de jardinería europea, muy Art Nouveau, con flores románticas, rosales que tenía coronitas de novia, todo eso lo hace un parque muy raro, porque en Latino América en el Siglo XIX no era corriente hacer un Parque Art Nouveau. Eso llamó mucho la atención, el parque hace ya casi un siglo que fue donado, con la condición de ser un parque público, y que tenga casi 100 años, es una especie de deslumbramiento.
A raíz de eso lo han tomado como un ejemplo a estudiar, no para modificar el parque sino para que los alumnos aprendan lo que es el diseño de un paisaje. El Parque tiene como 15 hectáreas, es muy grande, entonces se dibujan ahí varios escenarios paisajísticos como el del lago, el de la pérgola. Vino una estudiante de Milán que se recibió de Licenciada en Paisajismo, Fabiola Cerrutti y que ahora está en Londres. Ella era arquitecta y tenía que hacer su licenciatura en paisaje, y decidió venir a hacerlo a Salto estudiando el Parque Solari. Hizo unas ponencias en un ateneo de universidades de Milán, Turín, Génova, que se basan en el estudio histórico, geográfico, diseño y con mucho hincapié en lo social.
– Esta bueno decir esto porque a veces uno presume que Salto es centro de atención en el mundo por el fútbol de Cavani y Suárez o por el tenis de Cuevas, pero también somos observados y distinguidos por nuestro patrimonio, la cultura, y por el respeto al medio ambiente, todo simbolizado en el Parque Solari.
– Me emociona mucho que Salto en su lejanía, aparentemente, pero vinculado a través del litoral con culturas con Buenos Aires y tanta gente que ha venido de otros lados, que no deja de sorprendernos, cómo han encontrado un lugar, como yo le digo, un espacio verde, que le da para soñar. La vinculación con la Universidad de Milán, es con el profesor Giulio Senes, cuando la arquitecta Cerrutti le llevó todos los datos del parque, él era su tutor, y descubrió los méritos que tenía el parque de por sí. Senes, que es una figura mundial reconocida, presidente de los “Green Line”, las líneas verdes que se han hecho en Europa por los antiguos senderos de los ferrocarriles para que la gente se comunique en bicicleta, es también vicepresidente en Estados Unidos de estos mismos parques, aparte de hacer jardines terapéuticos, él decidió venir a Salto y ver al Parque Solari por sus propios ojos. Estuvo reunido con la gente que trabajaba en el parque, quedó muy tocado con Salto, descubrió una belleza que quedó enamorado. Tengo cartas de él donde expresa que va a volver a Salto en febrero. Tan es así que entre la Universidad de Milán y todos los institutos que hay del paisaje en Latinoamérica, decidieron hacer un concurso internacional para estudiantes con el motivo del Parque Solari.
– En este tiempo en que se trata de revalorizar el cuidado del medio ambiente, está bueno rescatar esto que nos dice para que la gente tome conciencia de lo que tenemos en el Parque Solari…
– La maravilla del Parque Solari es el sentimiento de pertenencia que tienen los ciudadanos, los salteños y otros que han venido de visita a Salto, y elaboran allí sus recuerdos, sus momentos más entrañables. Van los niños, las abuelas llevan a sus nietos, gente joven que está haciendo deporte, gente que busca un lugar de concentración y meditación…
– Poetas…
– Si, hay un Rincón del Poeta, que tiene una historia muy larga en épocas muy remotas, cuando el parque fue recién donado, porque no se podían reunir en otro lugar, el parque estaba rodeado de campo, entonces ellos se encontraban allí, declamaban y compartían pensamientos que ellos entendían que no podían ser expresados en otro lugar que no fuera en el parque. El poeta que deseo recordar es Pedro Lisasola, que murió trágicamente en el Río Uruguay. Ese círculo de poetas que venía a Salto le hizo un monumento, un recordatorio, que hoy está desaparecido y que espero que pueda retomarse algún día el Rincón de Pedro Lisasola, porque la vivencia del parque va más allá del aspecto físico, hay una cosa espiritual que la siento yo pero también quienes van.
– ¿Hay declaraciones de amor registradas en el Parque Solari?
– Tenemos cantidad de comentarios, “conocí a mi mujer en el parque”, “nos enamoramos allí”, hasta el día de hoy hay rincones que la gente llama “de los enamorados”. Si va al parque, siempre encontrará parejas que disfrutan. Ni qué hablar del amor de las familias que van en sucesivas generaciones juntos. Había una pista de baile funcionando, los domingos se bailaba por la tarde y estaba todo rodeado de bancos porque las que bailaban eran chicas muy jóvenes, iban con sus madres, como se usaba en aquella época. Esa pista de baile generó muchos encuentros para siempre.
– ¿Es cierto que usted de chiquita aprendió a remar en el lago del Parque Solari?
– Sí, porque había una chalana de madera. El lago es un espejo de agua, es un recurso paisajístico ingeniosamente hecho porque de una cañada de un brazo del Sauzal, se formaba con piedras un lago que inclusive hasta tiene una isla. En aquella época había una especie de embarcadero con una escalera pequeña, un bote de madera con sus remos y lo usaba el que quería. Mi madre llevaba sus lecturas y nos dejaba sin ninguna preocupación a mis tres hermanos. Fue uno de los atractivos más grande ese bote en el lago, que anteriormente a mi época, había unos pequeños botes que eran uno de los motivos para ir al parque, andar en los botes del lago del Parque Solari.
– Siempre hay mucho trabajo por hacer, para mantener, recuperar, reinventar. ¿Cuál es su sueño respecto al Parque Solari?
– Que se cumpla la intención con que fue donado, para toda la gente de Salto y que no haya ninguna limitación en su uso. Fue una donación modal, o sea que está dedicada al pueblo de Salto y que eso se cumpla a total cabalidad. Hemos encontrado a gente muy triste y le hemos preguntado qué le pasa, “perdí el trabajo, pero estoy acá”, como que el parque también contiene a la gente, termina siendo un lugar de amparo para la gente.
Eso es algo que Salto necesita, para reencontrarnos, más allá de la belleza del paisaje, que es muy importante, esa sensación de paz, de tranquilidad y que el parque les pertenece.
Eso es lo que sueño, que el parque cumpla con la función que hablamos de los espacios verdes, y que traiga toda su cuota de romanticismo en la jardinería con lo que fue creado, aspirando a la cultura, porque en aquel momento este parque fue copia de los parques de París.
Benito Solari era comerciante y viajaba a Europa por causas de su comercio. Tengo fotos suyas que se ve que vio cosas que luego copió como la glorieta que trajo de Francia. Esa influencia de jardinería romántica, Art Nouveau, que es casi melliza con el Teatro Larrañaga y el Ateneo, que revelan una ponencia de cultura de aspirar a lo mejor en la vida para dar a los demás, porque son todas cosas públicas de goce para todos, que creo es de los valores a los que tenemos que aspirar. O sea que no solo sea un lugar de encuentro sino también que sea un lugar de expresión de la belleza, que para eso ha venido este muchacho Simone Cosenza, ingeniero agrónomo con una licenciatura en paisaje, y ha elegido Salto, y está enamorado del parque, como queda todo el que va.
Perfil de Isidra Solari
Es del signo de Cáncer. De chiquita quería volar. Es hincha de Salto primero y de Peñarol después.
¿Una asignatura pendiente? Tantas, la vida es una propuesta cada día.
¿Una comida? Me gustan desde las pastas hasta la comida brasilera de mi madre.
¿Un libro? He leído mucho, le diría que me gusta desde “La Odisea” de Homero al último libro que leí de Claudio Paolillo.
¿Una película? Veo mucho cine, mis gustos van desde “Lo que el viento se llevó” a la última de Darín, “La odisea de los Giles”.
¿Un hobby? Caminar.
¿Qué música escucha? Según el momento, puedo pasar de Bach al Negro Rada, Víctor Lima o “Despacito” de Fonsi.
¿Qué le gusta de la gente? La integridad.
¿Qué no le gusta de la gente? La envidia.
Leonardo silva