Montevideo, 5 ago (EFE).- Autoridades y personalidades políticas de Uruguay, familiares y allegados dieron hoy su último adiós a Eleuterio Fernández Huidobro, ministro de Defensa fallecido en la madrugada de hoy, entre la conmoción de sus correligionarios y el respeto de sus adversarios políticos a su quehacer histórico.
Huidobro nació en Montevideo en 1942 y fue uno de los fundadores en los años 60 de la guerrilla de izquierdas Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T).
«Pertenecemos a un tiempo que se va», dijo durante el entierro el expresidente José Mujica (2010-2015), quien, al igual que Huidobro, estuvo encarcelado durante la dictadura uruguaya que tuvo lugar entre 1973 y 1985 y permaneció hoy al lado de su féretro hasta el último instante.
«Sé perfectamente que vas a vivir allí donde haya una causa que redimir, donde haya gente aplastada, olvidada, donde haya un sueño por el que vale la pena comprometer la vida para luchar. Querido compañero, frente a las injusticias, ¡hasta siempre!», exclamó por último Mujica, lloroso y con la voz quebrada.
A ese tiempo al que se refirió Mujica, de la guerrilla urbana de izquierdas del MLN-T que actuó entre los 60 y comienzos de los 70, también perteneció el actual ministro del Interior, Eduardo Bonomi, también apresado durante la dictadura y acompañante hoy de Huidobro hasta su sepelio.
El ministro del Interior destacó en su alocución la «honestidad intelectual» de Huidobro para tomar decisiones en «circunstancias difíciles».
Antes de tomar sepultura, el cuerpo del funcionario fue velado en la sede del Ministerio de Defensa, a donde llegó el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, quien permaneció en el lugar algo menos de una hora y no ofreció declaraciones a la prensa.
Asistió también al velatorio el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, quien destacó ante los periodistas presentes la «inteligencia», «capacidad de análisis» y «picardía» de Huidobro y el liderazgo que ejerció para institucionalizar a los tupamaros.
«Yo lo valoro mucho porque la vuelta al sistema democrático de este sector de la sociedad, de los tupamaros, fue un reconocimiento a que la democracia es un valor que hay que conservar», indicó Nin Novoa.
Otras de las autoridades que se acercaron a dar su último adiós a Huidobro fueron las ministras de Desarrollo Social y de Educación y Cultura, Marina Arismendi y María Julia Muñoz, respectivamente.
«Un hombre con una larga historia, muy vinculada a todo lo que muchos de nosotros somos. En el acuerdo, en el desacuerdo, hemos recorrido toda una etapa de historia de Uruguay juntos. ‘El ñato’ -apodo popular de Huidobro- es en definitiva un símbolo, junto con algunos otros, de tantos y tantas que dieron su vida por la transformación de la sociedad uruguaya», dijo Arismendi.
Muñoz, por su parte, destacó que el fallecido era «un hombre de convicciones profundas que siempre invitaba a la reflexión».
«Polémico pero comprometido», añadió.
Entre los representantes de la oposición que se acercaron al velatorio, el senador del Partido Nacional Luis Alberto Heber dijo que Huidobro fue un «leal adversario» y dividió su trayectoria política en dos: «cuando atacó la democracia» como miembro del MLN-T y cuando «admitió la democracia y la representó en el Parlamento».
El ministro de Defensa fue sepultado en el cementerio del barrio Buceo de Montevideo con el féretro cubierto con las banderas del MLN-T y del equipo de fútbol del Peñarol, del que era fanático.
Hasta allí se acercaron centenares de personas para ofrecer sus respetos a los familiares y allegados.
Huidobro llevaba al frente del Ministerio de Defensa desde 2011, en los Gobiernos de Mujica y de Vázquez.
El fallecimiento se produjo en un hospital militar como consecuencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) que padecía desde hace años.
Uruguay despide a Huidobro con emoción y respeto a su figura histórica
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