Días pasados cumplió quince años María Eugenia Díaz Pereira, sus padres Alejandro y María José ofrecieron una hermosa fiesta agasajándola, invitaron a familiares más allegados, amigos y compañeros de estudios de la jovencita.
Hasta el salón llegó María Eugenia vistiendo modelo de fiesta realizado en shantung de seda, corset delicadamente bordado en pailletes y amplia falda.
Este local fue decorado desde la entrada en los colores rosa y fucsia, el cuadro de firmas y una gigantografía destacados con torzadas de telas y bouquet florales colgantes.
Las mesas fueron presentadas con mantelería blanco y senderos rosa, lucían al centro recipientes de vidrio con gerberas combinando el rosa y fucsia junto a un velón flotante. Un lugar relevante tomó la mesa principal, encima estaba la torta de cumpleaños de varios pisos decorados muy modernos, a su lado el centro de la felicidad, de entre bellas flores nacían las quince velas.
En otra mesa adicional se ubicaron varios postres y tortas heladas, entre ellos había pequeños fanales con veloncitos encendidos y flores flotantes.
En la media noche la quinceañera y su papá llegaron hasta el centro de la pista comenzando el vals, luego de cambiar parejas por varios minutos el baile se generalizó disfrutando todos de la alegría contando con la animación de un grupo en vivo, más tarde una cuerda de tamboriles marcó el inicio de reparto del colorido cotillón, mientras el ambiente se iluminaba con luces de cambiantes colores, entre luces y sombras. Otro atractivo fue el video y fotos que se pasaron en una pantalla mientras se servía el postre helado, luego con las copas en alto se realizó el brindis compartido deseándole mucha felicidad y éxitos en esta vida de adulto que recién comienza. Como final de fiesta ya sobre el amanecer se repartieron los souvenirs, eran tubos con pastillas de colores y la mini tarjetita de agradecimiento por haberla acompañado y por los valiosos obsequios recibidos.