Durìsimo rival fue Laureles, para este Universitario del acceso a la semifinal del Campeonato del Interior. Porque de última, debió afrontar buena parte del partido con 10 jugadores, por expulsión de Facundo Barrientos en el primer tiempo y porque en la recta final, Burgardt debió contener un remate desde el punto penal a Fernando Peletti y porque en los últimos minutos, Laborda cantó el 2 a 1 local, implicando la carga de incertidumbre que faltaba.
Pero ese gol de visitante fue la clave de Universitario entre los cuatro mejores de OFI. Antes de los 10′ del inicio, cuando Martín Slva definió desde la izquierda de la ofensiva, para colocar el 1 a 0, hasta que Laureles niveló tras el grueso error de Andaluz. La pelota llegó en centro desde la zurda y el frentazo del lateral terminó en la red propia.
Concreto es que Universitario fue un laburante a destajo, con un sabio ordenamiento en la fracción complementaria. El liderazgo defensivo de Matías Flores y todo lo que supuso Jonathan Jorge, más las variantes que oxigenaron al equipo de Emilio Silva. El caso de Llama fue concreto, metiendo gambetas, para provocar más de una desarticulación defensiva.
DESDE EL SENTIR Y EL SER
A Laureles le fue quedando la llama anímica, porque en el plano futbolístico, escarbó pero sin encontrar y para colmo, Peletti remató un penal como principiante y Burgardt se lo atajó.
Llegó el segundo de Laureles, pelota en profundidad, pique al gol de Laborda y decisión sobre la salida de John. Pero al local le faltó tiempo y claridad de conceptos: no los tuvo.
Arreciando desde la voluntad, pero no desde la razón. Universitario terminó siendo heroico.
Por ese hombre de menos, por el valor de la predominancia defensiva y por aquel gol de Martín, que fue factor desencadenante para avanzar.
Universitario es uno más entre los cuatro. A esta altura no se trata de soñar. Se trata de saber que se puede. Y va pudiendo.
