Lo que no informó la TV
Quienes ayer y hoy observaron los informativos de los canales montevideanos, se habrán enterado del terrible accidente que se produjo en el kilómetro 17 de la Ruta 1, donde una lujosa Hyundai Tucson impactó contra una camión Renault cuando éste pretendió ingresar a la cinta asfáltica.
Sin embargo no se enteraron de toda la verdad, cosa que trataremos de reflejar en estas líneas en homenaje a los tantos anónimos que le tienden una mano al prójimo sin preguntar nada, ni esperar reconocimiento alguno…
Todo ocurrió en segundos.
Veníamos como paciente y acompañante en la ambulancia del Centro de Asistencia Médica rumbo a Salto, cuando escuchamos que en la cabina chofer y enfermero exclaman al unísono: “qué accidente!!!”.
Percibimos la maniobra hacia la derecha, el frenado, las puertas traseras que se abren para decirnos José (Medina) que se trataba de un accidente, y que, si aguardábamos un rato; prestaban auxilio y seguíamos viaje…
Se lleva camilla, suero, sujetador de cervicales y otros implementos.
Gastón (Aguerre) corrió directamente al lugar del hecho, atendió a la señora que pudo ser extraída del habitáculo de la camioneta sin mayores dificultades aunque estaba seriamente lesionada y la introdujo en otra ambulancia que se detuvo a pocos metros del siniestro.
Luego comenzó la tarea del rescate del chofer que estaba aprisionado entre el volante, el tablero partido al medio del la Hyundai Tucson ultimo modelo y los air-bag.
José y Gastón luchan, se les aproxima un hombre (que después nos enteraríamos que se trataba de un médico también anónimo) y entre los tres liberan al chofer, lo inmovilizan, lo reaniman, aplican suero, calmantes y lo estabilizan hasta que lo suben a una tercera ambulancia que trasladaría al herido con urgencia a Montevideo.
Llegan a sirena abierta motos y vehículos de la Policía Caminera, Bomberos y unidades de Emergencia, pero José y Gastón ya estaban regresando a “nuestra ambulancia” con sus “herramientas de trabajo” y otra enriquecedora experiencia de vida y profesional sobre sus hombros.
Es probable que hayan salvado la vida de un argentino que vive en Maldonado. Es obvio que le evitaron males mayores a la señora que lo acompañaba.
No interesa.
Reiniciamos nuestro viaje a Salto.
Por eso, cuando llegó la TV, José y Gastón ya no estaban…
Habían hecho lo que debían hacer y punto, pero nosotros sentimos que no podíamos dejar que esta historia real, ejemplar, plena de humanismo y servicio al prójimo, quedara sepultada en el anonimato.
Colaboración de: Luis Bértiz y Sra.
Quienes ayer y hoy observaron los informativos de los canales montevideanos, se habrán enterado del terrible accidente que se produjo en el kilómetro 17 de la Ruta 1, donde una lujosa Hyundai Tucson impactó contra una camión Renault cuando éste pretendió ingresar a la cinta asfáltica.
Sin embargo no se enteraron de toda la verdad, cosa que trataremos de reflejar en estas líneas en homenaje a los tantos anónimos que le tienden una mano al prójimo sin preguntar nada, ni esperar reconocimiento alguno…
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Todo ocurrió en segundos.
Veníamos como paciente y acompañante en la ambulancia del Centro de Asistencia Médica rumbo a Salto, cuando escuchamos que en la cabina chofer y enfermero exclaman al unísono: “qué accidente!!!”.
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Percibimos la maniobra hacia la derecha, el frenado, las puertas traseras que se abren para decirnos José (Medina) que se trataba de un accidente, y que, si aguardábamos un rato; prestaban auxilio y seguíamos viaje…
Se lleva camilla, suero, sujetador de cervicales y otros implementos.
Gastón (Aguerre) corrió directamente al lugar del hecho, atendió a la señora que pudo ser extraída del habitáculo de la camioneta sin mayores dificultades aunque estaba seriamente lesionada y la introdujo en otra ambulancia que se detuvo a pocos metros del siniestro.
Luego comenzó la tarea del rescate del chofer que estaba aprisionado entre el volante, el tablero partido al medio del la Hyundai Tucson ultimo modelo y los air-bag.
José y Gastón luchan, se les aproxima un hombre (que después nos enteraríamos que se trataba de un médico también anónimo) y entre los tres liberan al chofer, lo inmovilizan, lo reaniman, aplican suero, calmantes y lo estabilizan hasta que lo suben a una tercera ambulancia que trasladaría al herido con urgencia a Montevideo.
Llegan a sirena abierta motos y vehículos de la Policía Caminera, Bomberos y unidades de Emergencia, pero José y Gastón ya estaban regresando a “nuestra ambulancia” con sus “herramientas de trabajo” y otra enriquecedora experiencia de vida y profesional sobre sus hombros.
Es probable que hayan salvado la vida de un argentino que vive en Maldonado. Es obvio que le evitaron males mayores a la señora que lo acompañaba.
No interesa.
Reiniciamos nuestro viaje a Salto.
Por eso, cuando llegó la TV, José y Gastón ya no estaban…
Habían hecho lo que debían hacer y punto, pero nosotros sentimos que no podíamos dejar que esta historia real, ejemplar, plena de humanismo y servicio al prójimo, quedara sepultada en el anonimato.
Colaboración de: Luis Bértiz y Sra.
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