«Luis Suárez y Edinson Cavani ya han hecho historia y han dejado un legado en la selección uruguaya. Son leyendas vivientes de la celeste y juntos han formado una de las duplas más temibles de toda la historia del fútbol mundial», subraya Brahian Kuchman en ECOS.uy. No se trata de un enfoque más, sino que se establecen precisiones-estadísticas, sobre «el punto de partida» en el caso de ambos salteños, con un horizonte que los iguala: la celeste en el pecho. Por eso establece a manera de introducción en tema que «el punto de partida hacia la gloria mundial se originó desde sus raíces en los clubes que los vieron nacer a nivel profesional.
Ambos son salteños y nacieron en 1987 con pocos días de diferencia. Incluso, es tanta su coincidencia a nivel generacional en toda su carrera, que tanto Cavani en Danubio como Suárez en Nacional compartieron casi que la misma etapa mientras se desempeñaron en el fútbol uruguayo».
DESDE UNO Y DE OTRO A renglón seguido, Brahian Kuchman sostiene que «Los dos iniciaron su carrera profesional en clubes diferentes del fútbol local para luego partir a Europa y en ese corto lapso sumaron dos antecedentes de enfrentamientos entre sí. El primer duelo de goleadores fue en la última fecha por el Torneo Clausura 2006 en el Parque Central. Danubio le ganó 2-1 a Nacional y Cavani se despachó con el primer gol de los franjeados. Edi, que jugó como titular, igualó el encuentro que había comenzado en ventaja para Nacional con gol de tiro libre de Juan Albín. Después, Juan Manuel Olivera selló el segundo para los de La Franja. Luis Suárez, por su parte, había comenzado el partido desde el banco de suplentes y entró en la media hora final en el equipo de Martín Lasarte en lugar de José Luis Garcés» El columnista de Ecos.uy expone que «Previo a dicho encuentro, Nacional ya era campeón del Clausura de forma anticipada y tenía la primera final asegurada ante Rocha F.C (campeón del Apertura). Después el tricolor iba a terminar ganando ambos encuentros: 4-1 en el Parque Central y 2-0 en el Mario Sobrero. Nacional fue el campeón uruguayo de ese año tras aquella recordada final en la que Defensor Sporting tomó la decisión de no presentarse debido a la polémica con el arbitraje de Gustavo Méndez.