Una nota exclusiva de JUANJO ALBERTI, desde Montevideo
CON PELICULAS DESNIVELANTES
Fue uno de los gigantes de la pantalla grande de Italia. Poseedor de un particular talento para desempeñarse, actuar y hacer reír más que nada, sin dejar para nada de lado el género dramático. Hizo un montón de películas, que le dieron un título reconocido por todos los públicos hasta hoy en día: el eterno comediante. Al lado de Vittorio Gassman, Marcello Matroianni, Alberto Sordi, Vittorio De Sica, Nino Manfredi, se encuentra su nombre en las marquesinas del cine de ayer y de hoy. Verdadero acaparador de horas de estrenos, continuados y matinés, Ugo Tognazzi, es la imagen cinematográfica de las salas con aroma a celuloide. Con películas desnivelantes: «El magnífico cornudo», 1964, junto a Claudia Cardinale, «Satyricon», 1969, «Pato a la naranja», 1974, y «La jaula de las locas», 1978, filme de taquilla, siendo hasta 1998, el mayor vendedor de entradas en Estados Unidos, como producción de película en otro idioma. Así, con sus encarnaciones, crece de menor a mayor, hasta llegar hasta el lugar más alto, el éxito, y la fama continuada.

LA PASION POR EL ESPECTACULO
Ugo Tognazzi nació bajo el nombre de Ottavio Ugo Tognazzi, en Cremona, Lombardia, Italia, el 23 de marzo, de 1922. A causa de la profesión del padre, que era inspector de una compañía de seguros, pasó la mayoría de los años de su infancia en varias ciudades de Italia para volver más tarde, en 1936, a su lugar natal Cremona, donde con catorce años, encontró trabajo en Negroni, reconocida fábrica productora de embutidos.
En el tiempo libre, actuaba en una compañía de teatro anexa a la empresa, destinada a las horas posteriores al trabajo de los operarios -su debut teatral ya había ocurrido, cuando tenía sólo cuatro años, en el teatro Donizetti de Bérgamo- Durante la segunda guerra mundial fue llamado al ejército y se dedicó con empeño a organizar espectáculos de variedades para sus compañeros de armas. Después del armisticio del 8 de septiembre retornó a Cremona donde se desempeñó como archivista. La pasión por el espectáculo, sin embargo, lo llevó a abandonar el trabajo y trasladarse, en 1945, a Milán. Aquí participó en una velada para aficionados en el Teatro Puccini tras la cual fue contratado en la compañía teatral de Wanda Osiris.
UN PILAR EN SU ESTILO
Exactamente en 1950 debuta en el cine con una película de Mario Mattoli, «Los cadetes de Gascuña» junto a Walter Chiari. Al año posterior conoce a Raimonde Vianello con quien formará un dueto humorístico de gran suceso de 1954 a 1960 en la recién nacida Rai TV. Inmediatamente llegarían: «La califfa», 1971, «Questa specie d’amore», 1972, y «La tragedia di un uomo ridiculo», 1981, filme que le valió a Tognazzi la Palma de Oro en el Festival de Cannes como mejor actor protagónico. En los años siguientes se autodirigió en «Il mantenuto», «Il fischio al naso», «Sissignore», «Catti vi pensieri», y «I viaggitori della sera». En la década de los ochente se dedicó al teatro, actuando en seis personajes en busca de autor, en «París», 1986, y en «El avaro», 1988. En su vida profesional participó en casi 150 films, compartiendo cartel y escenas, en muchos de ellos, con uno o varios de los ya citados Sordi, Gassman, Mandredi y Mastroianni, como también con otras figuras del nivel de Philippe Noiret, Michel Piccoli, Claudia Cardinale, Ornella Muti, Catherine Deneuve, Monica Vitti o Mariangela Melato, entre otras. Asimismo, trabajó junto a los grandes pesos pesados de la comedia que le precedieron, como Totò, Peppino De Filippo, Tina Pica o Aldo Fabrizi y a los que habrían de sucederle, como Paolo Villaggio o Renato Pozzetto.

CUATRO HIJOS LIGADOS AL CINE
Tuvo cuatro hijos, ligados todos ellos, de un modo u otro, al cine.
El primero, el actor y director Ricky Tognazzi, con la actriz Pat O’Hara, nacido en 1955.
El segundo, el director y productor Thomas Robsahm, con la actriz Margarete Robsahm, nacido en 1964.
De su posterior pareja con la actriz Franca Bettoia, con quien se casaría en 1972, llegaron a éste mundo, el actor Gianmarco Tognazzi y la asistente de dirección y directora Maria Sole Tognazzi. Lamentablemente, dejó de existir el 27 de octubre de 1990 en Roma, a los 68 años, víctima de una hemorragia cerebral. Más allá de la nostalgia.