Laura Gómez Rompani es psicóloga, tiene 23 años de edad y egresó de la Universidad hace aproximadamente un año. Días pasados conversó con EL PUEBLO acerca de su trabajo en la estimulación cognitiva con niños y jóvenes que presentan dificultades de aprendizaje, lo que la llevó a firmar recientemente (tras haber presentado la propuesta a principio de año) un convenio con ADEOMS para atender a hijos o familiares de sus afiliados.
«Trabajar en estimulación cognitiva significa trabajar con una serie de ejercicios, actividades que lo que hacen es ejercitar el cerebro, son una especie de gimnasia mental», dijo. La profesional fue consultada en qué consiste específicamente la tarea del psicólogo una vez que recibe en su consultorio al niño con dificultades de aprendizaje, y entonces explicó que «se hace una primera entrevista con los padres y ahí se acordaría las sesiones, unas ocho sesiones aproximadamente, para trabajar y estimularlo al niño, se hace una pre evaluación para detectar la dificultad de aprendizaje, es decir si es en el área de la matemática, del lenguaje, de las praxis… Después se hace la intervención con ejercicios, con ludoterapia, con distintos test de evaluación, y después se reevalúa nuevamente y se comprueba los beneficios o no, porque también puede pasar que no, de la estimulación cognitiva».
En este trabajo, dice Gómez, «el psicólogo pasaría a trabajar mucho con la parte de la tecnología, por ejemplo con un programa en la computadora que tiene una serie de ejercicios sobre el lenguaje, se apunta a eso, en este caso del lenguaje a ayudar a leer, a escribir…». Justamente en cuanto al uso de la tecnología, reflexionó: «como todo, el exceso tiene sus contras, pero bien usado como lo hacemos en los tratamientos está bien. Claro que los adultos deben prestar atención a qué miran los niños, cuánto tiempo, y poner una serie de horas para eso, siempre controlando y supervisando, porque en internet hay multitud de cosas».
El prestar atención a las conductas de los niños y adolescentes pensando en la posible intervención de un psicólogo, es algo que ha venido creciendo en los últimos años; consultada Gómez si estaba de acuerdo con esa afirmación, sostuvo que «sí, puede ser sí, cuando los niños repiten un año escolar, o a partir de la escolaridad en general es cuando lo vemos, cuando se evidencian esas cosas y ahí es cuando los papás o los tutores muchas veces se alarman y buscan ayuda de un profesional. Lo que se puede evidenciar es por ejemplo déficit atencional, es decir el niño permanentemente distraído, o el hiperactivo que tiene que estar en movimiento todo el tiempo; entonces el psicólogo brinda herramientas para que igualmente pueda aprender con sus conductas».
El convenio ahora firmado con ADEOMS para desarrollar la propuesta implica atender no solamente a familiares sino a otras personas que el socio quiera brindarle ese servicio. Se trabaja en una sala ubicada en la planta alta de la propia sede de la calle Brasil, con niños desde los 6 hasta los 14 años. «Yo me encargo de los niños, de las dificultades en el aprendizaje y mi colega Pedro Carrara más de la parte emocional y sobre todo de los mayores… La idea es tener un espacio de contención, o sea de acompañamiento», expresó la entrevistada.