Eran alrededor de las seis de la tarde cuando ingresamos en el pueblo. El calor lejos de declinar arreciaba y no había nadie en las calles. Inmediatamente el panorama y la tranquilidad de pueblo Belén, pueblo al que además ahora se le sumaba el agregado de no tener agua potable ni luz eléctrica debido a una gran tormenta que había pasado por allí el día anterior, me hizo pensar en algunos pueblos de la literatura latinoamericana en donde el calor y la soledad durante la tarde eran cosas cotidianas.
En determinado momento y cuando pretendíamos obtener el testimonio de algunos comerciantes de Pueblo Belén, que debido al corte de energía eléctrica y a la falta de agua habían sufrido la pérdida -en algunos casos casi totales- de los productos que vendían en sus comercios, se acercó hasta nosotros un hombre que tras un fuerte apretón de manos y casi de inmediato, se nos presentó como Paulino Larrosa Batista, un hombre que derrocha simpatía, dicharachero y presto para hacer amistades. Enseguida comenzó a preguntarnos sobre nuestra visita a su pueblo, y cada tanto detenía sus preguntas para recitarnos algunas canciones en portugués. En suma todo un personaje de esos qué son muy conocidos y queridos por todos en los pueblos, Paulino nos contó algunas experiencias de su vida y de su andar de aquí para allá, historias que recabamos y que presentamos a continuación en nuestra sección semanal “AL DORSO”.
VIVÍ EN BELÉN DURANTE TODA MI VIDA
Con una indumentaria casi paisana al momento de la conversación y parado en la esquina de un boliche del pueblo, Paulino nos contó que nació en Cuaró Grande, una pequeña localidad ubicada en el departamento de Artigas, el 26 de enero de 1934, por lo que acaba de cumplir sus 80 años, aunque su figura y sobre todo susimpatía le ayudan a disimular muy bien sus 80 pirulos.
“Yo Nací en Cuaró dentro de una familia común y corriente, y a los pocos años de haber nacido ya nos vinimos a vivir con mis padres aquí a pueblo Belén, más que nada en la periferia del pueblo, en el campo. Así que me crié en esta zona, y pese a haber andado mucho de aquí para allá, viví toda mi vida en el pueblo, nos dice, siempre sin perder el humor. Muy querido y conocido por todos, las personas que pasaban ahora por allí lo saludaban y bromeaban con él.
DE OFICIO PELUQUERO
Nos contó también que aún sigue viviendo en la zona de chacras y pese a sus 80 años, aún realiza actividades campestres, aunque su verdadero oficio es el de peluquero. “Yo soy peluquero de alma, y corto el pelo desde que era muy joven luego de haber realizado algunos cursos que llegaban aquí al pueblo antiguamente. Así que siempre que me pedían ahí estaba yo con mis tijeras y demás artículos para cortarle el pelo a la gente y ponerlos bellos”. “Aún hoy realizo de vez en cuando algún que otro corte”.
Consultado sobre su familia actual, luego de recitarnos en portugués y de memoria “Corazón de luto” de Teixeirinha manifestó que es soltero y que nunca se casó, que vive solo, y que aún sigue buscando una compañera que esté junto a él, nos dice entre risas.
MÚSICO Y ARTESANO EN TIENTO
Sobre su veta de payador que pudimos comprobar en el lugar, pero además porque una vecina (que se encontraba sentada afuera disfrutando ahora de una leve brisa que empezaba a sentirse) le preguntó si quería que le trajera la guitarra o el acordeón, le preguntamos por sus conocimientos musicales.
“Bueno yo toco el acordeón y la guitarra, aprendí de oído y siempre se me hizo fácil la música; tanto así que lo he hecho animando algunas fiestas, sobre todo en casamientos y también en clubes bailables y todos se han divertido mucho siempre. Ahora, cuando llego aquí al pueblo muchas veces me pongo a tocar y a recitar un poco para entretener a los vecinos y a los amigos”.
“También soy artesano en tiento”, nos explicó, y se nos escapó hacia el interior del comercio como para ir a buscar algo. Enseguida regresó con uno de sus trabajos, un rebenque muy bien trabajado, que nos acercó como para confirmar lo que nos estaba diciendo. “Me voy rebuscando de muchas formas”, agregó.
“Ahora por ejemplo, la carne que tenía en mi casa se me pudrió por la falta de energía, y encima el agua, que siempre la sacaba de un pozo, ya no puedo sacarla porque el pozo agarró raíces y se tapó, así que tanto la comida como el agua la he venido a buscar aquí al almacén. Qué le vamos a hacer no nos queda otra que aguantar, lo mismo que el calor, pero como yo nací en el mes de enero aguanto muy bien las altas temperaturas” nos dice inisnuando una sonrisa.
MARQUÉS DEL CARNAVAL
Por si fuera poco de su pintoresca vida nos contó además, que dentro de su amplio abanico de actividades, fue Marqués del carnaval durante alrededor de veinte años. Primero en las Termas del Arapey, y luego durante alrededor de cinco años en el carnaval de Salto junto a “Maravilla” Machado, a quien recuerda muy bien.
“Dentro de mis fascinaciones siempre estuvo el carnaval, así que salir bailando y ser reconocido por las personas que año a año acompañaban era una gran satisfacción. Pero además ver los colores, los trajes y sentir el ritmo de la música siempre me gustó mucho. Por eso comencé a salir desde muy joven y me prendí. En cada carnaval me preparaba mucho y me iba para las termas, o para la ciudad de Salto a disfrutar de una de las fiestas más lindas que hay en el Uruguay”, señala don Paulino, un personaje pintoresco, agradable y “entrador” como pocos, de los que suelen alegrar la vida en los pueblos del interior.