El significado de la tradición ha estado casi siempre ligado a «lo que se entrega de una generación a otra», el legado generacional.
En nuestro país ¿Cuáles son?, ¿ tienden a desaparecer o están más vigentes que nunca?
Hay grupos que mantienen vivas las tradiciones
No toda la sociedad las comparte.
Magíster en Sociologia Alejandra Andrioli
Respecto a tradiciones en general , éstas en las sociedades, han jugado un papel importante en el sentido de formar lazos comunitarios y afianzar la «cohesión social» e integración. Sobre todo porque las tradiciones al ser transmitidas generación en generación se vuelven rutinarias y repetitivas. Eso sucedió durante mucho tiempo … hoy las Tradiciones no juegan un papel tan central en en sentido de organización social porque si bien se mantienen algunas tradiciones no son el eje de la conformación de la existencia.
Con esta intriducción ,la Magister en Sociología Alejandra Andrioli inicia un análisis claro y concreto del papel que juegan hoy las tradiciones en nuestra sociedad. No es el mismo que ocupaban en generaciones pasadas porque van cambiando su lugar en la medida en que la sociedad cambia.
TRADICIONES «DESTRADICIONALISTAS»
El concepto parece una contradicción, pero Andrioli aclara la idea de » destradicionalista»
En las sociedades que vivían nuestros padres o nuestros abuelos las tradiciones como bailes , fiestas , comidas ,eran vividas con sentido de «pertenencia» a una comunidad o grupo social. Incluso en nuestro país conformado por inmigrantes muchas tradiciones de los países de origen se mantenían comunitariamente. Hoy en las sociedades modernas a veces se habla de tradiciones «destradicionalizadas» y eso no quiere decir que hayan desaparecido , sino que se han mantenido pero no tienen un sentido organizativo racional de la vida en su conjunto
Todas las tradiciones patrias por ejemplo nos dan pertenencia y sentido de comunidad de pertenencia simbólica a una nación , hablamos de desfiles, tradiciones gauchas, entre otras , y también cohesión e integración a grupos sociales específicos.
Las tradiciones a diferencia de una organización más racional de la vida social, son formas de vida que conforman una » cultura común «. Es por ello que muchas expresiones culturales se mantienen pero otras también van desapareciendo o van siendo sustituidas por ejemplo, con formas de vivencias distintas como el rol que juegan hoy en dia las redes sociales.
Las tradiciones son comunitarias y hoy en sociedades globalizadas e interconectadas tienden muchas veces a no ser percibidas como formas comunes y compartidas de vida.
LOS GRUPOS MANTIENEN LAS TRADICIONES NO LA SOCIEDAD
Hay grupos que mantienen las tradiciones pero no toda la sociedad lo comparte,afirma Andrioli. Las tradiciones existen en nuestra sociedad, pero no nos organizan como sociedad. Sí se mantienen como reductos en grupos sociales que van repitiendo cieras constumbres.
En este sentido y como conclusión las tradiciones han jugado un papel muy importante en la conformación de nuestra sociedad … se mantienen , se recrean , se viven pero también se transforman y van cambiando conforme van cambiando también nuestras costumbres de vida
Es también importante destacar esto, siempre los rituales tradicionales mantienen sentidos de pertenencia e integración. Y para toda sociedad las esferas de vida cultural común son importantes por los lazos integrativos que generan.
Prof. de Historia Néstor Núñez:
“En el campo la tradición transita y se trasmite sin grandes sobresaltos ni grandes resistencias, en las urbes la situación cambia”
Oriundo del interior más profundo del departamento, Néstor Núñez (40 años) cursó Primaria en la Escuela Rural N° 25 de Cerros de Vera. Vino luego el tiempo de llegar a la ciudad, estudiar en el Liceo N°1 y luego en el CERP, de donde egresó como Profesor de Historia, sin dejar de volver constantemente a las tareas de campo. Si de tradiciones uruguayas se habla, en él se une el conocimiento libresco y el de la propia experiencia de vida.
-¿Qué entendés por “Tradiciones”?
Primero antes de ingresar a dilucidar el concepto, debemos referirnos a algunas cuestiones y en este sentido debemos decir que el concepto ha sufrido transformaciones durante siglos en su interpretación, a medida que la ciencia ha avanzado en la búsqueda de métodos analíticos de investigación nuevas disciplinas han abordado la temática de las tradiciones, llegando a elaborar conceptos más críticos respecto del tradicionalismo y conservadurismo de algunas posturas. Parece oportuno citar al comienzo el significado etimológico, que proviene del latín «tradittio», que se traduce básicamente en la acción de trasmitir o entregar. El significado ha estado casi siempre ligado a «lo que se entrega de una generación a otra», el legado generacional. Desde este punto de vista podemos afirmar que una tradición es un conjunto de conductas, normas y creencias que se trasmiten de una generación a otra a través de un acto comunicacional diverso, entre individuos sociales de un colectivo particular. Sin tradición no hay historia o mundo histórico, las tradiciones son el núcleo constitutivo de nuestras realidades históricas. En América Latina el proceso de sincretismo cultural resulta diverso y nuestra región no es ajena a esta particularidad, Uruguay se constituye desde sus orígenes como una sociedad de tradiciones diversas y muy arraigadas.
-¿Por qué se las identifica casi siempre con el campo?
El campo ha sido desde siempre el motor de la economía y el lugar donde se fue forjando nuestra identidad como país. Varios factores inciden en esta identificación, primero y antes que nada fuimos «el Uruguay Pastoril y Caudillesco», citado por algunos autores y durante un tiempo «una pradera, una frontera y un puerto», citado por otros. Debemos aquí citar la fuerte influencia de los sectores rurales en la constitución de la cultura nacional, generando costumbres y prácticas de fuerte arraigo. En el campo la tradición transita y se trasmite sin grandes sobresaltos ni grandes resistencias, en las urbes la situación cambia donde conviven patrones culturales diversos y en ocasiones el modelo globalizador tiende a poner «lo propio, lo nuestro» contra las cuerdas. Dentro del ámbito del campo y más precisamente en «la ruralia» es donde aparece el personaje más icónico tal vez de nuestra tradición, este es generador de identidad nacional al ser reverenciado como héroe en las luchas por la independencia formando parte de «las montoneras». El gaucho es el nexo entre orientales y uruguayos, un símbolo de libertad que unifica generaciones en torno a su figura y sus mitos.
-Cuáles son algunas de las tradiciones más comunes en Uruguay?
El mate; Daniel Vidart afirma que “el mate es sociedad y sociabilidad, ejercicio que agrupa a los hombres y concita voluntades, corral de confianza humana”. La música; el tango, clásico estilo de baile rioplatense, una tradición que se renueva y populariza en diferentes épocas, junto al candombe y al canto popular (folclore), este último generalmente representado por autores de tierra adentro que animan a su pueblo. Las tradiciones rurales representadas en las festividades que se celebran año tras año en diferentes puntos del país; como «La Patria Gaucha» la semana pasada en Tacuarembó, el “Valentín Aparcero» en nuestro departamento el último fin de semana y si nos corremos más hacía el sur «El festival del Olimar» y «La Semana del Prado» donde conviven el campo y la ciudad unidos por ese nexo emocional de la trasmisión de saberes de generación en generación. El fútbol; los asados familiares; las comidas típicas… también se inscriben en el legado generacional de «la traditio»…
-Se suele decir que es importante conocer nuestras propias tradiciones, ¿por qué?
La tradición posee un significado colectivo porque es reconocida y aceptada por los individuos comprometidos y cumple la función de reproducir conocimientos, prácticas, creencias, valores originados por nuestros antepasados durante siglos esenciales para establecer la continuidad y la cohesión social-cultural de una comunidad. Dicho con esta premura pareciera que la tradición viene a ser sinónimo de continuismo y resistencia a lo nuevo, presente y actual, pero las tradiciones se renuevan y se adaptan a las nuevas generaciones, los individuos cambian y le agregan su impronta, así pasa con el contexto circundante. Las tradiciones cumplen la función de mantener unida a la comunidad en torno a ciertas actividades que hacen a su identidad. Deben entenderse como un proceso activo, algo que activamente lo revivimos en el presente pero guarda estrecha relación con el pasado y el futuro.
-Hay quienes dicen que «se van perdiendo las tradiciones»…
No estoy de acuerdo; para mí se renuevan y se adaptan a los sujetos y a los momentos históricos concretos. ¿Quién puede afirmar que existe un clamor popular menor por el fútbol actualmente que 60 años atrás? No descarto una fuerte injerencia de la globalización en todos los estratos de la vida cotidiana y que tiende a arrinconar a «lo propio y nuestro» pero aquí deberíamos instalar otro debate: ¿qué es lo nuestro y qué es lo adquirido? Será motivo de otra charla… ¿Avanzamos hacia un hibridismo cultural? Por ahora tiendo a pensar que no y que nuestras tradiciones saldrán a nuestro rescate.
Carlos Ardaix, coordinador de la Expo Salto
La Expo Salto es la tradición del encuentro entre el campo y la ciudad
El reconocido comunicador Carlos Ardaix este año cumplirá 30 años al frente de la coordinación de la Expo Salto, siempre ultimando los detalles de lo que luego se ve en los predios del Hipódromo. Con él dialogó EL PUEBLO.
– ¿Cuántos años lleva en la coordinación de la Expo Salto?
– Para nosotros este año harán 30 años, o sea, un buen tiempo. Iniciamos en el 92, y desde entonces asumimos la coordinación. Obviamente hay toda una responsabilidad que es de la directiva de la institución (Asociación Agropecuaria de Salto), que, dicho sea de paso, confió en nuestro trabajo para coordinar, y eso es lo que hacemos.
– Un largo camino con un inicio difícil.
– Cuando empezamos, estábamos en una especie de disyuntiva de qué era lo que se podía hacer merced a un plan y a un propósito, que era el de lenta y progresivamente ir juntando las dos formas de ser, de sentir, de la gente de la urbe y del campo, de las chacras, que son obviamente diferentes. Al principio no se llamaba Expo Salto, sino que su nombre era bastante más largo, “Exposición Ganadera…”, etcétera, pero eso lo va logrando la Expo al recibir cada vez más gente de otros lugares, que es la que se llevó una experiencia positiva. En una palabra, estar en la Expo sirve para dos propósitos fundamentales, hacerse conocer como comercio, industria, la empresa, del rubro que sea; exponer lo que tiene, lo que ofrece y vender. Hay gente que viene con el doble propósito, exposición y venta, y hay gente que viene, por ejemplo, definitivamente a exponer, así como hay otra gente que viene exclusivamente a vender. Depende del rubro de lo que tenga, de la dimensión. Ahora, sabemos por la gente que ha estado, que se ha llegado a vender maquinaria de gran porte, por ejemplo, se han vendido unidades cero kilómetros de distintas marcas, tractores. O sea que eso es lo que nos da la pauta que tal como ocurre en otras exposiciones que conocemos, algunas son muy importantes aquí, como Esteio, como Asunción del Paraguay, el Prado en Montevideo o Palermo en Buenos Aires, el rol es muy parecido, solo cambian los volúmenes.
– No solo se trata de una muestra comercial, también se ha apostado a lo que es la educación con visitas guiadas de escolares.
– Lo que hemos aprendido es que el ganado que uno ve cuando va en la carretera por el campo, la majada de ovejas, el ganado bovino, la vaca, novillos, no tiene mucho que ver con el que se ve acá. En la Expo importa la genética, los animales tienen otras dimensiones, y lógicamente hay una definición por raza cada vez más acentuada en aquellas mejoras que luego merecen los premios que se dan, como el gran campeón, reservado de campeón, gran campeona, en cada una de las razas. Hay una sana competencia, y en esto tiene mucho que ver lo adelantado que están algunas cabañas de nuestro Salto en el tema genético.
– También ha sabido destacarse en las distintas ediciones de la Expo Salto la parte de los espectáculos.
– Es algo que se ha ido sumando progresivamente porque cuando empezamos, era muy parco el tema espectáculos, inclusive casi que ni se hicieron los primeros años, después se comenzó a elaborar y se fue enriqueciendo. Facilita que la entrada para todos estos espectáculos esté siempre por debajo de una entrada de fútbol, por ejemplo. O sea que la Asociación Agropecuaria trata por todos los medios que la familia concurra sin que el peso de la entrada obligue a pensar en qué gastar, no, que lo pueda hacer. Por eso siempre se hacen reuniones con toda la gente que tiene comedores y cantinas para fijar precios para que se uniforme y no se caiga en excesos. Alguno cobrará por sobre eso, bueno, pero enseguida la gente lo identifica. Son detalles se tratan de cuidar. Lo mismo con lo de no cobrar el primer día, porque de esa manera la gente que desee visitar la Expo, lo pueda hacer.
– ¿Es cierto que las cabañas que compiten en el Prado luego buscan revancha en la Expo Salto?
– Es así, evidentemente le quieren ganar acá a los salteños que les ganaron en el Prado. También es importante destacar que cabañeros que estuvieron en el Prado, hacen el esfuerzo para estar en la Expo y que vuelven a ganar premios acá, o sea que acá traen lo mejor que tienen. Lo otro que me pareció una buena cosa, es que en los remates de ganado que se hacen se logran precios bien considerables, miles de dólares por un carnero, porque claro, remataban un campeón, lo que incentiva mucho. La gente que a su vez quiere mejorar sus planteles, viene a comprar. Esa es una arista de la Expo Salto que no es poca cosa, porque no hay que olvidarse que lo que acá nació primero fue la Expo ganadera, la Expo Ganadera, después se enganchó lo que uno ve cada año.
Mario Rossi, principal de “Cabalgatas Guiadas”:
“Muchas veces nos sorprende el poco conocimiento que hay del campo, de los animales, de que la Patria se hizo a caballo”
Mario Rossi es quien se encuentra al frente de Cabalgatas Guiadas, un emprendimiento que ya data de varios años, donde el rescate de las tradicionales nacionales es un objetivo muy claro. En busca de su palabra fue EL PUEBLO al momento de elaborar este informe y así comenzaba a hablar el entrevistado:
“Cabalgatas Guiadas-Mi lugar se llama el emprendimiento donde realizamos las cabalgatas, hoy estamos radicados en el Centro Equino Los Treinta y Tres (zona Daymán), ahí tenemos la actividad de paseos guiados, cabalgatas por el centro del monte, por orillas del Río Daymán, toda la parte natural y autóctona que ofrece Daymán, y también le hemos incorporado hace unos años toda la tradición de la prueba de rienda. Allí participan desde niños chiquitos hasta personas adultas, mujeres y hombres, cualquier persona…”.
-¿Mantener la tradición es un objetivo de ustedes?
La idea es mantener la tradición y a su vez que la gente pueda ir logrando ese contacto con el caballo y de cierta forma lo hemos logrado. Tenemos un buen grupo de alumnos que de no saber nada sobre el caballo, sobre cómo andar, cómo ensillar, hoy realizan todas esas tareas, desde ensillar hasta ponerle un freno, agarrar el caballo, y de esa manera hemos logrado involucrar a la juventud y a gente adulta también. Acá comparte un padre con un hijo, un nieto con un abuelo o abuela, y de esa forma tratamos de mantener viva la tradición.
-De alguna manera, el caballo como símbolo de la tradición…
Nos parece que el saber agarrar un caballo, ensillarlo, ya es una tradición. Nosotros les enseñamos por ejemplo sobre los pelajes, o el tener las pilchas en cuero crudo, o trabajadas…Hoy en día ha entrado mucho el tema de la piola, la cinta, y nosotros tratamos de tener todos los aperos que sigan siendo de cuero, algo que no es fácil, es costoso y hay que cuidarlo más por si un día agarra lluvia y se reseca, es más difícil que algo de piola o de cinta, por eso han entrado mucho en el mercado esas otras cosas y se van perdiendo cosas tradicionales como es el cuero.
-La fabricación en cuero como una tradición también…
Exactamente; en Cabalgatas Guiadas tratamos de tener todo en cuero crudo, recados, estribos, para mantener la tradición y que la gente que venga pueda ver tal cual cómo son y cómo se usan las pilchas.
-¿Piensa que se van perdiendo esas tradiciones?
Sí, creemos que se va perdiendo. Ahí nomás en lo que comentaba recién de los aperos, es una manera de ir perdiendo la tradición, porque se van incorporando pilchas que no son de la época…Todo se ha tecnificado mucho, ha entrado mucho la tecnología, por ejemplo hoy en día la gente decide recorrer el campo en un cuatriciclo, o en una moto, entonces de esa manera no agarra un caballo. Eso puede ser por distintas razone, por ejemplo porque el caballo come mucho y de repente le es más rentable tener una vaca…Pero así se ha ido perdiendo la tradición.
-¿Cómo se revierte eso?
Creemos que hay que tratar de motivar a la gente, sobre todo a la juventud, para que vuelva a apostar al caballo. Es esto que nosotros hacemos con el juego de la rienda y con lo que hemos logrado ir motivando a la gente para que se compre un caballo, para ir compartiendo con la familia.
-Cuando los visita gente de la ciudad, ¿qué tipo de comentarios hace?
Con la gente de la ciudad nos pasa que muchas veces nos sorprende el poco conocimiento que hay del campo, de los animales, de que la Patria se hizo a caballo, de que este animal tan noble fue el que nos dio la libertad. Por medio del caballo se pudo recorrer quilómetros y lograr muchas cosas con él. La gente nos hace preguntas que a veces nos hacen dudar si nos están preguntando en serio o si es una broma.
-¿Por ejemplo?
Por ejemplo nos ha tocado que nos pregunten si los cascos del caballo se los sacamos y se los ponemos todos los días. Como ese tipo de preguntas, muchas. Y uno a la vez se pregunta si es en serio o en broma, porque no podemos creer muchas veces que no tengan conocimiento de lo nuestro, de lo que es el caballo y de lo que es la tradición.
-De ahí también que Cabalgatas Guiadas es un aporte al conocimiento…
Claro, a nosotros nos da la tranquilidad que vamos por el buen camino y que de alguna manera estamos aportando en algo a la cultura, a lo nuestro, porque hay muchísima gente que hemos visto su crecimiento, hemos visto cómo han aprendido en todo sentido, desde su inicio de agarrar un caballo y ensillarlo, con muchísimo miedo, hasta hoy lograr que participen en competencias, en pruebas de rienda. Así que de esa manera aportamos un lugar donde se disfruta mucho del entorno, de la historia que tiene, algo muy agradable para el turista que llega y para el salteño también. No solo para el que quiera aprender, también para quien ya sepa, que pueda ir a “despuntar el vicio” como le decimos y disfrutar un rato del caballo.
Marcos Alonso, organizador del Valentín Aparcero
Tras dos años de pandemia, volvió el Valentín Aparcero
Hace unos días culminó lo que fue la 14ª Edición del Valentín Aparcero, luego de un parate obligado de dos años debido a la pandemia. Para conocer detalles de lo que fue este retorno del Valentín Aparcero, EL PUEBLO conversó con Marcos Alonso uno de sus organizadores.
– ¿Cómo vive la gente de la zona lo que es el Valentín Aparcero?
– Para la gente de la zona se trata de su fiesta, es acercarle las cosas que para algunos muchas veces es algo que se le complica para ir a ver, como es lo mejor de una buena jineteada, parte de lo que son los stands, artistas que no son frecuentes de ver. Así que se trata de una conjunción de cosas que se acerca hacia donde está la gente. Básicamente el Valentín Aparcero es eso, una fiesta para el pueblo y para la gente del interior del departamento.
– ¿Cuántas ediciones van del Valentín Aparcero?
– Esta fue la 14ª Edición, después tuvo una interrupción de un año porque no se hizo, y luego dos años que se suspendió por la pandemia. Ahora se volvió. Una semana antes de su realización fue cuando surgió la pandemia y hubo que suspenderlo, estaba todo pronto, ahí no se pudo realizar, al año siguiente tampoco, y los otros días se retomó la tradición ya cuando la pandemia lo permitió.
– ¿Con qué se encuentra la gente que va de la ciudad al Valentín Aparcero?
– Le diría que es una mezcla de cosas, porque el que llega al Valentín Aparcero, por ejemplo este año, se encontraba con una marcha de caballos criollos, que no es común de ver en el interior del departamento, esto se hizo los días sábado y domingo. Luego un campeonato de pruebas de rienda, también con jineteadas donde buscamos juntar caballos y jinetes de todo el país, junto a los jinetes locales que nunca quedan afuera de la fiesta. En el tema gastronómico buscamos que esté todo lo tradicional, como la torta frita, los pasteles, el asado con cuero y todas las cosas que la gente requiera dentro de la parte del ambiente de una fiesta de ese tipo.
– ¿Qué hubo en la parte artística este año?
– Este año en la parte artística estuvieron Los Zorzales, Catherine Vergnes y Lucas Sugo, eso fue el día sábado, que fue el punto máximo. Es un momento especial para que toda la familia pueda disfrutar, algo que también se ve durante las jineteadas. Otra de las cosas que tiene Valentín Aparcero es el ambiente de respeto y de armonía, donde los niños o los adultos mayores, en definitiva, toda la familia pueda andar tranquila y disfrutar de esta fiesta que es donde más hincapié ponemos nosotros.
– ¿Volvieron los campamentos alrededor de la fiesta?
– Sí, básicamente la gente que va, llega un viernes o sábado y se va recién el domingo de noche o el mismo lunes. Hay mucho campamento, y le diría que también hemos visto que hay gente que llega, se queda en su campamento y ni se aparece a ver las jineteadas, y como hay mucho terreno amplio, hay bastante lugar como para poder acampar, por eso siempre se ven muchos campamentos.
– ¿Las aparcerías contribuyen con las jineteadas?
– Las jineteadas no son por aparcerías. Se invita a los jinetes y a los tropilleros. El domingo el tropillero llevaba sus caballos y sus jinetes, mientras que el sábado el jinete llevaba a su caballo.
– Los jinetes, ¿compiten por algún premio o solo lo hacen por el honor?
– Tienen premios en efectivo. Por ejemplo, el día domingo había ocho mil dólares en premios para los jinetes.
– ¿Sigue siendo una fiesta familiar?
– Va mucha gente en familia, después la juventud va por su lado, pero van personas desde 80 años hasta niños. La gente en su momento pico se ve los días sábados y domingos, que son los días de la fiesta, pero igualmente llega el viernes y ya hay gente que se adelanta y acampa en los predios de la fiesta. Se venden gradas aparte para el que quiera tener su lugar. Y si no durante la vuelta del ruedo la gente temprano va acomodando su silla para mirar las jineteadas.
– ¿Cómo es el día después?
– Uno queda con satisfacción cuando sale todo bien, como en este caso que salió muy bien, pero con el cansancio de muchos días de acumular estrés por tener que solucionar muchos problemas que van surgiendo.
– ¿Y en la previa del inicio de la fiesta?
– Preparando cosas desde muchos días antes, porque se hace en un local de remates que hay que acondicionarlo para esa fiesta, porque hay muchas cosas que hay que armar antes para la fiesta, que luego que termina, hay que deshacer todo de nuevo.
– ¿La idea es continuar cada año con el Valentín Aparcero?
– Mientras Dios me dé salud y fuerza para seguir haciendo, la idea es continuarlo. Pero ya de paso aprovecho para invitar a toda la gente que se quiera sumar y que nunca fue que pruebe de ir porque es algo diferente, sobre todo para aquellas personas que gustan del aire libre o cosas del campo, porque no tiene por qué gustarle la jineteada, ya que además es un lugar lindo para pasear en familia.
Ernesto Lasiu, murguero
“La murga es parte de nuestra tradición y una expresión de cultura”
Durante más de diez años Ernesto Lasiú presidió la Asociación Salteña de Actores de Carnaval (ASAC). Con él habló EL PUEBLO para conocer el estado de situación de la murga salteña.
– Si hablamos de tradición y cultura en Salto, ¿qué lugar ocuparía la murga y el carnaval?
– Hay murgas de muchos años. A mi generación la divido en tres, la gente del 87 cuando empezaron con Los Presidiarios, Falta la Papa, Punto y Coma, Ahí va la Bocha de Melo allá en la ciudad de Constitución. Después la separo en el 98 con la segunda generación, cuando salió murga La Nueva, y en el último tiempo cuando salió Hacha y Tiza. Son tres generaciones a partir del 87, pero antes del 87 hubo muchísimas murgas. La murga para mí es una tradición bien llevada y conservada, a pesar que en los últimos años no hubo muchas murgas, pero estuvo el género, algo que creo que es muy importante. Mientras tengamos la suerte que haya murgas jóvenes, tenemos género para rato, hay que seguir trabajando.
– ¿Se reduce el número de murgas porque hay menos murguistas?
– No sé si es por eso. En los tablados y en la final de murgas te ponías a contar y había cinco murgas con distintos murgueros que estaban mirando, que no salieron en este carnaval, algo está pasando. Hay que hacer autocrítica y ver qué está fallando. Tuve la suerte de estar trabajando en el Parque y le agradecí a cada integrante de las tres murgas de Salto por no dejar morir el género. Si seguimos en este trajín, se nos muere el género, eso sería muy complicado, porque se trata de una tradición y de una expresión de cultura.
– A la salida de la dictadura se vivió en una sociedad muy movilizada, ¿cómo se sintió en las murgas ese tiempo?
– Era un furor. Tuve la suerte de salir en el 88 cuando había 18 murgas, la nuestra era una murga de jóvenes adolescentes y la gente estaba con ganas de escuchar, como todo el mundo. Vos decías “¡pueblo!” y la gente se volcaba. Convocabas a la libertad y la gente te aplaudía porque necesitaba de eso, fueron momentos muy lindos porque la murga salió a decir mucha cosa en tiempos de dictadura. A pesar que eran muy censuradas, los letristas se destacaban por sus letras, decían mucha cosa que la gente que estaba encargada de la censura no se daba cuenta. Por eso la catalogo como contestataria, y no estoy muy de acuerdo con ese cliché que dice que cuando llegó la izquierda la murga ya no contaba como antes. La murga siempre fue contestataria, aunque también están las panfletarias. La murga contestataria tiene que decir lo que pasa en la realidad del pueblo.
– ¿Las murgas siguen teniendo su hinchada propia que viene de los barrios?
– Un ejemplo, Punto y Coma, y te hablo del año 87, era del Cerro, que llenaba el Parque cada vez que actuaba. En su tiempo hablabas de Falta la Papa y ahí estaba Ceibal. Se perdió la hinchada de la murga, hay que buscarle la vuelta para que vuelvan las hinchadas, que generaban su propio espectáculo ya desde antes que subiera la murga.
– La caída en el número de las murgas, ¿generó pérdida de tablados en los barrios?
– Sí, pasa que hacer un tablado en este momento es caro. La Intendencia apostó a eso, se hizo en Tigre, en la sede de Parque, se hicieron 3 o 4 tablados, pero pasa que son el fiel reflejo del momento en el que nos encontramos.
– Recuerdo que en un gobierno departamental se apostó al carnaval con diversos tipos de talleres, ¿falta hacer talleres para murga?
– Pienso que sí, pero el movimiento de murga joven en este momento viene haciendo un trabajito bastante interesante para atraer a los jóvenes a través de distintos talleres, pero que hay que replantearse un montón de cosas actualmente, no me cabe duda. Por ejemplo, volver a salir a los liceos, a las escuelas, para que conozcan el género. Hay muchos niños que no saben, están más con otros artistas de otros géneros. Por eso nosotros, como gente de murga, tenemos que plantearnos el volver a trabajar con gente adulta, con los niños para que vayan conociendo el género y también con los mismos murgueros.
– ¿Qué tanto afectó la pandemia?
– Pienso que la pandemia fue como la frutillita de la torta que no ayudó a que las murgas salgan. Veníamos mal, la gente se quedó en su casa y cambió las tradiciones en general. Te pongo un ejemplo, había artistas que convocaban a mucha gente, fueron al Parque Harriague y no fue nadie, como le pasó a Lucas Sugo. Y en el tema de murgas también, a la larga influyó para que los mismos murgueros se quedaran en su casa.
– Pese a esta realidad, ¿se puede mirar al futuro con optimismo?
– Eso dependerá de nosotros, los que amamos el género, si dependemos de los demás, no. Si nosotros que amamos el género no lo fomentamos ni nos juntamos, seguirá estando como siempre, con tres murgas. Si no nos unimos y nos ponemos en una reunión a decirnos las cosas de frente sobre el por qué estamos fallando, vamos a seguir con el mismo nivel.