El escribano Eduardo Malaquina, de 84 años, falleció en la pasada madrugada en el CTI de un centro de salud de nuestra ciudad.
Desde todo el país y todas las filas políticas, se hizo llegar el más sentido pésame a la familia y a la colectividad colorada, por el fallecimiento de una de las figuras políticas más importantes de los últimos años a nivel local y nacional.
Malaquina gobernó el Departamento de Salto durante 15 años, lográndose bajo sus gestiones, importantes realizaciones como el edificio de la Universidad de la República, la instalación de los CAIF, el CERP, la explotación citrícola y el pilar para la hoy conocida Central Hortícola entre otras cosas.

Malaquina lideró la Lista 1 del Partido Colorado, histórica en el departamento. Fue el único intendente de Salto en ocupar el cargo en tres ocasiones: 1985-1990, 1995-2000, 2000-2005, y presidió el Congreso Nacional de Intendentes.
Durante mucho tiempo, integrante del Foro Batllista; de cara a las elecciones de 2004, su nombre sonó fuerte como eventual candidato a Vicepresidente.
En 2008 adhirió a la precandidatura de José Amorín Batlle. Integró el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) colorado, por el sector ProBa.
Julio María Sanguinetti: «entrañable amigo».
Tras el fallecimiento del Esc. Eduardo Malaquina, el expresidente de la República, Dr. Julio María Sanguinetti, dialogó con EL PUEBLO, destacando al exintendente como su “entrañable amigo”.
“Hoy estamos muy tristes por la desaparición de nuestro querido amigo “el flaco” Malaquina, como popularmente lo llamamos siempre con cariño y aprecio”, comenzó diciendo el expresidente.
“Fue una larga vida de servicio público, de honrado servicio público, siempre con la Democracia, siempre con el Batllismo, en la vieja Lista 1 en la cual había sido la continuidad del Arq, Armando Barbieri. Y fue tres veces Intendente y eso, no solo expresa la adhesión y el respeto al pueblo de Salto, sino lo que significó, porque, no fueron intendencias, digamos, rutinarias, sino marcantes.
Yo recuerdo, porque lo viví en la Presidencia, lo que era el esfuerzo del “flaco” para transformar realmente Salto en una gran ciudad cultural y educativa, así nos persiguió para conseguir dinero para hacer el edificio de la Universidad, que fue extremadamente relevante, detrás de lo cual se instalaron otros centros de enseñanza superior, y los bachilleratos tecnológicos, recuerdo que compramos hasta la antigua fábrica de Urreta para poner un bachillerato y así en otros lados. Las primeras escuelas de tiempo comleto, y en todo eso andaba él como Intendente de Salto, buscando el apoyo en el gobierno nacional, y en todos los poderes públicos para poder avanzar realmente. Más allá de lo municipal, donde, también fue pionero, como en el acondicionamiento de algunos barrios, como el entubamiento en barrios como el Ceibal, por ejemplo, y tantas otras cosas que uno podría recordar y dimensionar.
Pero después, fue un luchador democrático, siempre un Batllista de toda la vida, un honrado servidor público, sin defecciones, ni en la ética ni en la visión democrática. Ahí estuvimos en el 80, en el 82, en el 84, en el retorno a la democracia, también durante la dictadura, en fin.
Realmente era un gran demócrata y un hombre de Estado, además. No era el político simplemente de acción pública, de la barra del discurso, sino un servidor que miraba más allá. Y que por eso, en Salto fue marcante, histórico, realmente.
Por lo tanto, hoy es un día de pesar, también, de reconocimiento, a una vida plena, fecunda, que dejó mucho”.
Años de lucha
«Anécdotas hay de todo tipo, sobre todo de los años juveniles, digamos así, de cuando estábamos empezando. En la actividad política. Yo afincado más bien en Canelones y Montevideo, pero, ya salía al interior, y recuerdo de esos tiempos, lo que era la vida del Partido Colorado. Y anduvimos con “el flaco” y Raúl Ferro, en aquella época, gran caudillo de los barrios de Salto, con una competencia con la Lista 15 de Gaudín y Solari, todos grandes amigos, también. Pero, eran épocas de una vida interna muy activa, muy apasionada. Y estuvimos siempre muy cerca del Batllismo de Salto. Cuando fui Ministro de Educación y Cultura, mi Subsecretario fue el diputado por Salto Juan Carlos Robaina, es decir que, siempre estuvimos cerca de todo el movimiento de la Lista 1 y de la Lista 15 de Salto, que marcaron tanto, y no solo la vida del Batllismo en Salto, sino la vida del Batllismo en el país.
Si habrán sido tiempos de actividad y de compañerismo. Y la última vez que estuve con él, fue en la campaña electoral, en su casa en Arenitas Blancas, como siempre».

La República de Salto
«Él integraba, como decía “la República de Salto”. Y, alguna vez le dijimos, “flaco” hay que trascender un poco, y él decía, sí, sí, yo estoy muy bien, pero lo mío es la República de Salto.
En alguna oportunidad conversamos sobre la posibilidad de que fuera candidato a la vicepresidencia de la República, pero su respuesta siempre era la expresada»
Dr. Carlos Orihuela – Amigo de toda una vida
“Fue un servidor público”
Acongojado, el Dr. Carlos Orihuela, quien fuera un amigo de todas las horas del exintedente Eduardo Malaquina, dialogó con EL PUEBLO, dando una visión muy personal de quién fue el líder colorado, desde un perfil humano y político.
PERFIL HUMANO
El perfil humano de Malaquina siempre fue el del dirigente gremial, hablamos de los años de la juventud, del dirigente de la época de estudiante, y, después, su actividad deportiva, lo que no le duró mucho tiempo porque, iba, pero se empezó a meter cada vez más en la actividad política y se fue definiendo su personalidad, teniendo como cuestión prioritaria la actividad pública, el servicio a la gente, siempre con aquella condición de escuchar a la gente, y los atendía a todos, hasta e la puerta de la Intendencia, costándole a veces entrar. Era ese tipo de persona e perfil de gente, como era Ramón Vinci, por ejemplo.
Luego formó su familia con su esposa, quien lo acompañó desde que era jovencita, a quien conozco desde antes que estuviera con él. A ella le debe, desde el lugar en donde esté, la vida, le debe la vida a esa mujer. Le dio cuatro hijos, tuvo una actividad familiar importante, pero en la cual, muchas veces, los hijos le reprochaban de pronto que, se interesaba poco por la vida familiar porque estaba totalmente absorbido por la actividad pública, la actividad política, lo cual es absolutamente cierto. Y mire que paradoja, durante todo este tiempo, todos estos años que estuvo con este problema de salud, fue el tiempo que le destinó más a la familia, qué contradicción. Este último tiempo se lo dedicó absolutamente a la familia. Una hermosa relación con sus hijos y sobre todo con sus nietos, un montón de ellos. Quienes tuvieron una importante relación con su abuelo.
PERFIL POLÍTICO
En cuanto a su perfil político, ya todos lo conocían, era una persona que, ya el propio Intendente Lima lo destacó, nunca había visto a un Intendente que tuviera tanto prestigio, tanto conocimiento de la gente y como la gente lo apreciaba y respetaba. Y, fruto de esa relación generosa y humana, desinteresada, creo su prestigio.
Él no era una persona de fortuna, no. El “flaco” lo que tenía era su jubilación. Siempre fue un tipo generoso, un tipo que no se dedicó a hacer plata sino que, se dedicó a atender los problemas de la gente.
Esc. Carlos Albertoni “Se fue un grande con mayúscula”
El Esc. Carlos Albertoni, mantuvo una estrecha relación con el exintendente Malaquina, tanto desde el punto de vista político como profesional. Lo recuerda como un gran “articulador” y persona “afectuosa”. En diálogo con EL PUEBLO, realizaba esta pequeña pero consistente reseña de cómo era el tres veces Intendente de Salto.
SIN DUDAS UN GRANDE
La verdad que fue una triste noticia, el fallecimiento del Esc. Eduardo Malaquina, quien fue una gran persona, un grande, sinceramente. Quienes trabajamos junto a él, muchos años, podemos decirle a la gente que fue una persona con quien uno se gratificaba al trabajar a su lado. Porque, sinceramente, de una manera o de otra, hacíamos el trabajo en la Intendencia, como la Rendición de Cuentas, por ejemplo, al final, y siempre había un afecto, un cariño, y cuando llegábamos, eso sí, a hacer alguna cosa mal, lo teníamos que escuchar.
Tenía una manera muy especial de manejar el trabajo de sus allegados. Él tenía las reuniones de los lunes, reuniones de Gabinete, que recuerdo que, cuando entrábamos a la misma, estábamos todos calladitos, porque Malaquina empezaba, fulano, fulano, fulano, primero preguntaba sobre lo que él había pedido que se hiciera en el correr de esa semana, y teníamos que rendirle cuenta. Tenía una habilidad tremenda para manejar ese don que tenía.
Podemos decir que, fue un brillante profesional, se fue sin lugar a dudas un grande con mayúscula.