Lucía Gonçalves Duvós junto a su compañero de vida Bruno son dos salteños que llegaron a Nueva Zelanda en mayo de 2016. Cuando Lucía se recibióde Licenciada en Comunicación en marzo de 2015 le costó bastante encontrar trabajo y cuando lo encontró el pago no era muy bueno. “Tenía muchos conocidos que habían venido a Nueva Zelanda y ahorraban mucho dinero así que lo hablamos con Bruno y decidimos planear nuestra aventura por tierras kiwis.
Creé el blog para no alejarme de la escritura ya que cuando llegué a Nueva Zelanda mi inglés no era muy bueno y los trabajos que conseguía no tenían nada que ver con mi carrera. Después mucha gente me empezó a seguir y más allá de compartir nuestra experiencia, comencé a aconsejarlos para que pudieran venir a cumplir su sueño” . destacó
-¿Cómo está la situación de la pandemia en Nueva Zelanda?
-”Lamentablemente el país tiene las fronteras cerradas desde marzo de 2020. En agosto de 2021 tuvimos una segunda cuarentena obligatoria en todo el país, en la mayoría de las ciudades duró solo dos semanas, pero en Auckland duró dos meses, el doble de tiempo que la primera vez.
Esa nueva ola sirvió para apurar el tema de las vacunas que venía muy lento y en diciembre de 2021, cuando se llegó al 90% de la población vacunada implementaron el sistema del semáforo. Antes de diciembre teníamos niveles 1, 2, 3 y 4, donde 4 era cuarentena obligatoria.
Ahora no habrá más cuarentena obligatoria pero el color rojo significa que siempre hay que usar máscara y los aforos son limitados. En el color naranja no es necesario el uso de máscara si se escanea el carné de vacuna. En el verde se puede circular con normalidad.
Hasta la semana pasada estábamos en color naranja pero ahora pasamos a rojo por la llegada de la variante Ómicron. De todas maneras, los casos diarios no son muchos, alrededor de 50 y casos activos hay 1100, el problema es que la infraestructura del país no es buena, hay escasez de médicos y hospitales”.
– ¿Cuál es la situación actual del país a nivel global?
– “Es raro, con las fronteras cerradas solamente hay turismo interno y los empresarios no están nada contentos. Muchas empresas han cerrado, muchos trabajadores se han ido y recién están valorando lo importante que somos los inmigrantes.
A nivel emocional estamos todos cansados de la situación, los inmigrantes porque no podemos ver a nuestras familias y los locales porque están perdiendo sus negocios.
Actualmente hay una importante campaña sobre salud mental ya que la taza de suicidio es bastante alta en Nueva Zelanda, sobre todo en jóvenes de entre 15 y 19 años”.
– En qué proyectos están embarcados en la actualidad y cómo se viene su agenda 2022.
-”Estamos muy enfocados en sacar la residencia. Si bien el año pasado aplicamos y quedamos en una lista de espera porque por el Covid19 no están recibiendo nuevas aplicaciones, en setiembre de 2021 nos dieron una excelente noticia.
Para evitar que los inmigrantes se sigan yendo crearon una nueva residencia, One-Off 2021 Resident Visa (Visa de Residente Única 2021). En nuestro caso aplicaremos por la cantidad de tiempo que estamos en Nueva Zelanda (3 años o más desde el 29 de setiembre de 2018) pero también pueden aplicar aquellos que ganen $27 nzd por hora o más, y quienes tengan un puesto de trabajo que se encuentre en la lista de ocupaciones escasas (médicos, veterinarios, profesores, IT, etc).
La gran diferencia con una aplicación normal a residencia es que tiene menos requisitos, las aceptarán más rápido y es más económica. Podremos aplicar a partir del 1 de marzo de 2022”.
– ¿Tienen planificado venir de visita a Salto este año?
– “Nos encantaría, pero todavía no sabemos qué va a pasar con las fronteras. La última noticia que salió respecto a eso es que abrirá el 30 de abril pero también dijeron que con Australia abriría el 14 de febrero y ya lo aplazaron.
Empezaremos a planear cuando las cosas estén más claras y cuando nuestra residencia esté aprobada si todo sale bien”.
– ¿Cuáles son sus proyectos a corto, largo y mediano plazo?
-”Tenemos varios proyectos para este año. Por mi parte estoy haciendo un curso de Diseño Gráfico para complementar mis conocimientos de Marketing Digital y así conseguir un mejor trabajo en los próximos meses. También me gustaría, por medio del blog, ayudar a más uruguayos a venir a Nueva Zelanda cuando abran las fronteras (si quieren saber más sobre Nueva Zelanda pueden hacerlo a través de www.enelpaisdelanubeblanca.com).Bruno terminó el año pasado su curso de aprendiz de carpintero y espera poder trabajar por su cuenta cuando le salga la residencia ya que por el momento necesita un empleador que le de la visa de trabajo.
Además, juntos empezamos a renovar una Caravan del 1970 que esperemos esté lista para las próximas vacaciones. Pueden ver los avances en Instagram: @brunocarpenter2020 y en Facebook: Bruno Carpenter. Allí también pueden ver otros trabajos que ha hecho Bruno”.
– ¿Qué experiencias son las que más han valorado de vivir en Nueva Zelanda.
-”Creo que lo que más valoro es la diversidad cultural que hay en Nueva Zelanda. Eso me permitió abrirme al mundo y entender que todos somos distintos y aún así podemos convivir en paz en un mismo lugar.
Valoro también haber conocido otras realidades, estamos acostumbrados a que nos pongan límites con la edad, a los 30 ya es muy tarde para cambiar de carrera, a los 35 es tarde para ir a recorrer el mundo, a los 40 es tarde para tener hijos. Siento que acá cada uno puede hacer su vida sin ser juzgado. Bruno empezó a los 30 su carrera de carpintero y es más feliz que trabajando en IT. Tenemos conocidos que tienen 40/50 años que están solteros y planeando su próxima aventura sin tener que dar explicaciones. Lo importante es entender que a cada uno lo satisfacen distintas cosas.
“También me sorprende cómo viven las personas mayores, la energía que tienen, vas al gimnasio y te encontrás con personas de 80 años haciendo ejercicio a la par tuyo. Son muy activos y creo que es importante llegar a esa edad con una mentalidad así”.