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miércoles, 2 de julio de 2025
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Con un invitado de lujo, Alcides Edgardo Ghiggia, Campeón del Mundo 1950

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12ª Fiesta Dumber en el Paseo Alemán

A noche se realizó la 12ª Fiesta Whisky Dumbar en el Paseo Alemán con un invitado de lujo, nada menos que Alcides Edgardo Ghiggia el gran Campeón del Mundo con la Selección Uruguaya de 1950 la que enmudeció al Estadio Maracaná.
Comenzó la fiesta con la actuación de un humorista “maragato” que la “rompió” y al final de su primera presentación habló de la posición de Uruguay como la 3ª Selección del mundo actualmente, y se preguntó ¿Qué fue de la selección de 1950 Campeona del Mundo en Maracaná (Brasil)? convocando a Alcides Edgardo Ghiggia único sobreviviente de aquella gesta.
TRES ANÉCDOTAS
IMPACTANTES
Con la humildad característica de los grandes hombres, el Campeón del Mundo contó tres anécdotas que nos dejaron con la “piel de gallina”.
“MUCHACHOS YA
CUMPLIERON,
CUIDENSEN QUE NO
LES HAGAN MáS DE
CUATRO GOLES”
“Cuando nos clasificamos para la final, Brasil era una fiesta, ya se sentían campeones, los dirigentes uruguayos nos llamaron y nos dijeron “muchachos ya cumplieron, cuidensen que no les hagan más de cuatro y no se hagan expulsar, y ese sábado se volvieron a Montevideo”. El domingo a la tarde cuando nos dirigíamos a la cancha, Obdulio Varela nos paró y nos dijo: «Muchachos, los de afuera son de palo, que comience la función». Y entramos a la cancha dispuestos a dar todo de nosotros, no nos sentíamos perdidos.
EL GOL DEL TRIUNFO
El primer gol fue local, Obdulio Varela reclamó todo lo que se imaginaba, tras bajar la tensión del público y de los equipos, se reanuda el juego, y en el minuto 21 anota el empate Juan Alberto Schiaffino.. Con este resultado de 1-1 aún se adjudicaba Brasil el mundial. Aun así nos defendíamos y cuando podíamos nos lanzábamos al ataque, en una de esas Obdulio Varela me lanza un pase, le entrego el balón a Julio Pérez y este me la devuelve, y en una jugada muy rápida ingreso por la derecha y cuando el arquero brasilero se juega a cortar pensando que se la pasaría a Míguez que entraba por el medio se la metí justo contra el parante. Golazo. Míguez corrió y me reclamó “no me la diste que entraba solito por el medio” y yo le conteste: “Dejala ahí que esta bien”.
EL FESTEJO
Finalizó el partido y estuvimos en la cancha como tres horas esperando que todos se retiraran, temíamos por alguna reacción de algún hincha brasilero. Fuimos al hotel y queríamos festejar pero para colmo de males el tesorero fue uno de los dirigentes que se volvieron a Montevideo, no teníamos plata, e hicimos entre nosotros una colecta y compramos unas cervezas y unos sándwiches y así festejamos la obtención del Campeonato del Mundo 1950.
LOS RECOLECTORES
DE BASURA
El gran campeón contó que se hospedaban en un hotel y cuando Uruguay se clasificó a la final, los recolectores de basura nos hicieron la vida imposible, llegaban a los gritos y golpes de los tachos de basura para no dejarnos descansar y así todo el día previo a la gran final.
Es así que jugamos, ganamos y nos fuimos al hotel, esperando a los recolectores bochincheros, pero fue grande la sorpresa cuando llegaron quietitos y recogieron la basura, cuando se iban, en venganza, desde el piso de arriba los bañamos con baldes de agua fría. Los dejamos calentitos, nos dijeron cualquier cosa, pero no importaba, ya habíamos jugado la final y éramos los Campeones del Mundo.

A noche se realizó la 12ª Fiesta Whisky Dumbar en el Paseo Alemán con un invitado de lujo, nada menos que Alcides Edgardo Ghiggia el gran Campeón del Mundo con la Selección Uruguaya de 1950 la que enmudeció al Estadio Maracaná.

Comenzó la fiesta con la actuación de un humorista “maragato” que la “rompió” y al final de su primera presentación habló de la posición de Uruguay como la 3ª Selección del mundo actualmente, y se preguntó ¿Qué fue de la selección de 1950 Campeona del Mundo en Maracaná (Brasil)? convocando a Alcides Edgardo Ghiggia único sobreviviente de aquella gesta.

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TRES ANÉCDOTAS

IMPACTANTES

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Con la humildad característica de los grandes hombres, el Campeón del Mundo contó tres anécdotas que nos dejaron con la “piel de gallina”.

“MUCHACHOS YA

CUMPLIERON,

CUIDENSEN QUE NO

LES HAGAN MáS DE

CUATRO GOLES”

“Cuando nos clasificamos para la final, Brasil era una fiesta, ya se sentían campeones, los dirigentes uruguayos nos llamaron y nos dijeron “muchachos ya cumplieron, cuidensen que no les hagan más de cuatro y no se hagan expulsar, y ese sábado se volvieron a Montevideo”. El domingo a la tarde cuando nos dirigíamos a la cancha, Obdulio Varela nos paró y nos dijo: «Muchachos, los de afuera son de palo, que comience la función». Y entramos a la cancha dispuestos a dar todo de nosotros, no nos sentíamos perdidos.

EL GOL DEL TRIUNFO

El primer gol fue local, Obdulio Varela reclamó todo lo que se imaginaba, tras bajar la tensión del público y de los equipos, se reanuda el juego, y en el minuto 21 anota el empate Juan Alberto Schiaffino.. Con este resultado de 1-1 aún se adjudicaba Brasil el mundial. Aun así nos defendíamos y cuando podíamos nos lanzábamos al ataque, en una de esas Obdulio Varela me lanza un pase, le entrego el balón a Julio Pérez y este me la devuelve, y en una jugada muy rápida ingreso por la derecha y cuando el arquero brasilero se juega a cortar pensando que se la pasaría a Míguez que entraba por el medio se la metí justo contra el parante. Golazo. Míguez corrió y me reclamó “no me la diste que entraba solito por el medio” y yo le conteste: “Dejala ahí que esta bien”.

EL FESTEJO

Finalizó el partido y estuvimos en la cancha como tres horas esperando que todos se retiraran, temíamos por alguna reacción de algún hincha brasilero. Fuimos al hotel y queríamos festejar pero para colmo de males el tesorero fue uno de los dirigentes que se volvieron a Montevideo, no teníamos plata, e hicimos entre nosotros una colecta y compramos unas cervezas y unos sándwiches y así festejamos la obtención del Campeonato del Mundo 1950.

LOS RECOLECTORES

DE BASURA

El gran campeón contó que se hospedaban en un hotel y cuando Uruguay se clasificó a la final, los recolectores de basura nos hicieron la vida imposible, llegaban a los gritos y golpes de los tachos de basura para no dejarnos descansar y así todo el día previo a la gran final.

Es así que jugamos, ganamos y nos fuimos al hotel, esperando a los recolectores bochincheros, pero fue grande la sorpresa cuando llegaron quietitos y recogieron la basura, cuando se iban, en venganza, desde el piso de arriba los bañamos con baldes de agua fría. Los dejamos calentitos, nos dijeron cualquier cosa, pero no importaba, ya habíamos jugado la final y éramos los Campeones del Mundo.

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