Hugo Barbieri Castagna:
Este año cumplirá sus 86 años y si bien por supuesto que está jubilado, su lucidez y ganas de hacer cosas lo impulsan a estar permanentemente en actividades. Es en la actualidad quien preside Casa de Salto, en Montevideo. Reside precisamente en la capital del país desde que era estudiante universitario. Como su padre, es arquitecto; como su padre, incursionó en política. Hugo Barbieri Castagna (que aparece en la foto acompañado de su hermano Armando), es quien protagoniza nuestro Al Dorso de hoy.
1- Sabemos que nació aquí en Salto, ¿cuándo?
Sí, efectivamente, nací en la ciudad de Salto, el 26 de agosto del año 1938
2- Me gustaría que nos compartiera algunos recuerdos de infancia, adolescencia, juventud, o que elija alguna anécdota en especial para contar…
Le cuento que mi primera experiencia en obras de construcción fue siendo un niño. Mi padre me dejó en el auto y bajó “un ratito» a inspeccionar una de sus obras. La construcción era de dos plantas y estaban esperando su orden para llenar la losa superior. Hacía mucho calor dentro del coche y vista la demora, decidí entrar a ver qué pasaba. En la planta baja no había nadie, entonces yo seguí hasta el fondo. De repente el perro guardián que allí estaba, al verme me sacó corriendo y alcanzó a morderme una pierna. Entre gritos y ladridos llegamos al frente, donde los albañiles pudieron llevarse el perro y me hicieron una primera cura. No sé cómo, con ese debut, elegí la profesión de arquitecto que tantas satisfacciones me ha dado a lo largo de mi vida. Desde luego que además de la mordida, me llevé un rezongo…(risas).
3- Y me imagino que con la decisión de ser arquitecto surge la necesidad de irse a Montevideo…
Claro, en aquellos tiempos, para cursar una carrera universitaria, los estudiantes del interior debíamos radicarnos en Montevideo. Algunos regresaban, otros no. Yo comencé a trabajar mientras estudiaba, comencé a trabajar en el área de Arquitectura de UTE. A eso se sumó que mi padre fue electo Senador y la familia se mudó a la capital.
4- A propósito de su padre, ¿qué significa llevar un apellido que en Salto se identifica inmediatamente con quien fuera Intendente y un referente a varios niveles?
Para mí es un gran orgullo el apellido que llevo. Sobre mi padre escribí un libro que se llama «Don Armando. La pasión del bien», libro que fue declarado de Interés Departamental por unanimidad en la Junta Departamental de Salto. Yo cedí mis derechos de autor y fue editado en 2014 por la Intendencia Municipal de Salto, la Junta Departamental y el Centro Comercial e Industrial de Salto. Los ejemplares fueron distribuidos en bibliotecas, centros de estudio, etc.
5- ¿Cómo estaba conformada su familia?
En mi familia éramos cuatro. Armando que era mi padre, Lili Castagna mi madre, mi hermano mayor era Armandito y yo.
6- ¿Y usted tuvo militancia política también? Aprovecho a preguntarle además qué piensa sobre esa actividad…
Por supuesto que tuve actividad política. Primero en la Departamental «José Batlle y Ordoñez», en la Lista 1, en la cual el líder indiscutido era Don Armando, mi padre. Yo pienso que la política es la única herramienta para hacer las grandes transformaciones sociales en un país. La palabra hoy está devaluada por personas que quieren ocupar cargos públicos para su provecho personal. Pero no todos son así, hay muchos dirigentes bien intencionados, con fuerte vocación de servicio. Ejemplos sobran…
7-Hablemos de Arquitectura, ¿por qué decide estudiar esa carrera?, ¿influencia de su padre? Pero además, cuéntenos de algunas obras que recuerde como destacadas en su trayectoria…
Mi vocación obviamente fue influida por el ejemplo de mi padre, que fue un destacado arquitecto y con un número impresionante de obras realizadas en Salto y en otros departamentos. Yo trabajaba en UTE, cuando en el año 2000 los Directorios de UTE y ANTEL en conjunto me designaron Arquitecto del Parque de Vacaciones UTE-ANTEL, ubicado en el departamento de Lavalleja. Eso significó un gran honor y un gran compromiso para mí, ya que debía continuar con la Gerencia a mi cargo y ocuparme de una serie de obras en el Parque, donde me habían precedido grandes arquitectos. Reforma de habitaciones, comedores y cocina, vaquería y piletas hidrotermales. Para estas últimas solicité el asesoramiento a Don Carlos Méndez Requena, empresario del Gran Hotel Salto, sin duda gran conocedor del tema. La construcción se hizo íntegramente en madera, siendo de los primeros realizados en el país. Las vigas de madera laminada, encolada, de 16 metros de luz, fueron hechas en Mendoza y traídas por tierra hasta el Parque. Fue una etapa muy importante de mi carrera.
8- Para unirlo con eso que me está contando, ¿cuál era el trabajo que tenía en UTE?
Ingresé a UTE a fines de los 50, cuando cursaba 1er. año en la Facultad de Arquitectura, en la sección Arquitectura, como Ayudante de Arquitecto. En ese entonces era «Usinas y Teléfonos del Estado». De manera que hice toda mi carrera universitaria siendo funcionario. Agradezco a mis jefes y compañeros, porque me apoyaron y eso hizo más llevadero el gran esfuerzo que significó cumplir con las dos actividades. En el trabajo gané mucha experiencia y pude alcanzar la meta principal que era el título profesional. Fui designado Arquitecto y a partir de ahí comenzó una serie de obras a mi cargo en Montevideo y en el interior. Se aprobó el Plan Telefónico Nacional y se pasó a tecnología digital. En 1980 se crea ANTEL y se reparte el personal existente entre los dos entes. Yo junto a otros compañeros pasamos a ANTEL. Ahí comienza un plan de obras de centrales nuevas en todo el país. Tuve a mi cargo la Dirección de obra de la Central Telefónica Salto. También las Centrales de Paysandú, Bella Unión, Carmelo, Colonia. Maldonado, La Barra, Parada 5 de Punta del Este, La Paloma, Central Telefónica Centenario, entre otras, como la Central Internacional de Montevideo. Con la anuencia del Directorio, para especializar mis conocimientos en edificios para la nueva tecnología digital, visité las empresas Siemens, en Alemania, Teletra en España y Cit Alcat en Francia, lo que me permitió adaptar la infraestructura edilicia a lo nuevo. Todas las obras mencionadas fueron realizadas en un período aproximado de unos 30 años.
9-Algunas obras suyas han recibido importantes distinciones, ¿verdad?
Sí…Le cuento un caso…A pocos días de jubilarme, me informan que el edificio de la Central Telefónica Parada 5 de Punta del Este, ubicado en Pedragosa Sierra y Francia, había sido declarado «Edificio del año 2004 en el departamento de Maldonado» por la Sociedad de Arquitectos del Uruguay. En esa obra participamos tres arquitectos; en la construcción inicial el Arq. Carlos González Vanrell, y la gran reforma la hicimos el Arq. Héctor Arce y yo. Esa declaración dio lugar a una Resolución del Directorio reconociendo a quienes habíamos actuado. Se hizo un acto al que fui invitado y me tocó descubrir una placa de bronce en su fachada, una enorme alegría. Le cuento también que el año pasado, la Intendencia de Maldonado declaró “Patrimonio Arquitectónico” al edificio del ex,Casino Miguez de Punta del Este, cuyo arquitecto fue mi padre.
10-Coméntenos ahora algo de su actividad actual en Casa de Salto…
Junto a mis compañeros de la Comisión Directiva hemos logrado poner la casa en orden. El 1° de diciembre pasado, Casa de Salto firmó un Convenio de Obras con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas por U$S 50.000, para la reparación de serios vicios constructivos en la bóveda del techo del gimnasio. También para realizar la instalación anti- incendio. Los trabajos se están ejecutando y aguardamos a la brevedad inaugurar las obras con la presencia de autoridades y medios de prensa. Esperamos que Diario EL PUEBLO de Salto también nos acompañe en esa ocasión.