Comenzaré planteando la situación de aquellos que vinieron al mundo no siendo planificados, pero aceptados; dónde tienen una niñez normal, porque al ser aceptados, comienza ya la espera de las ansias por que nazcan, y reciben amor desde el vientre. Esos, tienen la oportunidad de nacer, ser queridos siempre, y sin lugar a dudas serán adultos normales, exitosos en los que desean ser; porque han tenido el apoyo necesario y suficiente para que eso ocurra durante los años de desarrollo y los más importantes en la vida de toda persona.
Ahora, planteo la otra opción, de no ser deseados, no ser aceptados, por una parte; la que comúnmente conocemos si vamos a las estadísticas, me atrevo a afirmar sin verlas, que la gran mayoría es la no aceptación de su progenitor, pero el bebé se desarrolla en el vientre materno, y es la madre que, a pesar de las circunstancias, lo acepta y decide tener. Ahí comienza el dar amor a esa personita indefensa que ha comenzado a crecer dentro de ella; por nueve meses depende exclusivamente de ella para su desarrollo, alimentación a través de su unión umbilical y de su sentir, porque oímos, sentimos y percibimos el amor, las caricias el deseo a pesar que necesitemos tener veinticuatro horas de haber nacido y tener vida para que nos declaren persona según la Constitución, para que se nos considere persona.
Una caricia en la panza de una mujer, que puede venir de la familia materna, o de simples amigas, eres que están pendientes de su crecimiento y desarrollo. De un médico o de una enfermera, obstetra de trato cordial, porque el tener una profesión y cumplir con un horario de trabajo son cosas diferentes, la diferencia la marca la vocación y el amor con que son tratadas, la madre y el feto que crece dentro.
Hoy existe la legalidad del aborto antes de las 12 semanas, particularmente no lo comparto, pero respeto porque fue un proyecto que lo hicieron ley.
Capaz, sólo capaz, para aquellas mujeres que fueron violada, le de cierta paz, por todo lo que anteriormente entre el horror hayan vivido, capaz la libere de tanto sufrimiento previo, pero solo los profesionales que le hacen el seguimiento son los que sabrán. La realidad es que por más empáticos que las personas sean, nadie logra pensar y sentir cómo el otro. Se pueden acercar con técnicas, pero cada ser es único e irrepetible, y nunca se sabrá el sentir, de lo que sientan después, o simplemente con el pasar de los años, esos “traumas” lo hablo desde la palabra de “quiebre emocional” inesperado en sus vidas, se desconoce lo que les prosigue.
Ahora, sí me dedicaré de aquellos que la mujer gestante (madre es demasiado grande la palabra), intenta por modus propio la eliminación del ser que crece en sus entrañas, dentro de sí, y no logra cumplir su anhelo. Las leyes de Uruguay si bien ya no son tan retrógradas, y se ha avanzado bastante, siguen siendo lentas para dar un bebé en adopción de forma legal. La madre biológica hasta el año de vida del niño, puede retractarse y solicitarlo, la ley la ampara y tiene más derecho que aquella familia que lo adoptó y le dio amor, que seguramente, sería lo mejor para ese lactante aún, ajeno de todo el mundo que gira a su alrededor, no tiene voz para opinar; serán un equipo técnico multi disciplinario y desconocido que lo harán por él. Seguramente todos en algún momento nos hemos preguntado o cuestionado que un hogar dónde por equix razones la naturaleza no les provee de un hijo propio, la llagada de un niño tan deseado sería el mejor contexto que pueda tener, porque de seguro nunca le faltará amor y protección; porque cuánto más cuesten las cosas, más se las atesora.
Después están los otros, que tienen una familia, no convencional (padres e hijos) sino, familiares quién sabe que con qué historias detrás, pero que los aceptan y darán lo mejor de ellos, pero que quizá ya son adultos rotos.
Me atrevo hablar así, de adultos rotos porque leo, escucho mucho, me informo, me capacito, realizo diferentes talleres, cursos presenciales, online. Me sorprendo cada vez más el crecimiento de alternativas que hay, se han hecho mucho más visibles, y las encontramos todos los días en redes sociales, en grupos de WhatsApp, con el mismo fin, buscar los porqués, qué sucedió antes, para que se repitiesen patrones, historias que, a partir de hablar de Constelaciones familiares, biodecoificación. Registros Akáshicos, yoga, meditación entre otros, buscamos saber cosas que sólo de esta forma nos enteramos. A nivel profesional con los licenciados en psicologías especializados en psicoanálisis puede encontrar u subsanar, éstas otras nombradas son alternativas.
Luego de que la plataforma Netflix tuviese la Serie “Mi otra yo”, realizada en oriente con actores turcos, dónde se nombra a Bert Hellinger cómo el pionero y maestro en Constelaciones familiares, y se visualiza el libro “Este dolor no es mío” de Mark Wolynn, discípulo de Hellinger-, se ha visto un incremento en la búsqueda de la sanación de cosas que tienen un sentido, no me refiero a sanar algo físico, sino lo que existe dentro de uno.
Quién mira afuera, sueña; quién mira adentro, despierta.
Carl Jung, Cartas vol. 1
No es una paranoia, sino, han sido herramientas que ya no se ocultan y que estaban en pleno crecimiento, porque toda persona busca un porqué de su sufrir; saber que sucedió antes, dónde ya no quedan los que nos podrían haber dicho algo, pero no supimos preguntar a tiempo. Se repiten paradigmas, o se acentúan; por lo cuál habrá gente que cree y de los otros.
La realidad es que todo ser busca su felicidad, algo que no todos lo logran. El común es escuchar “la felicidad está dentro de ti” no la busques fuera o junto a alguien porque vive en ti. Hasta que no la hallemos seguiremos siendo adultos rotos, a pesar de las ayudas con los profesionales o científicos que se especializan en el tema.
A pesar de que actuemos siempre siendo empáticos y solidarios, porque conocemos y no queremos para otros los que nos dolió a nosotros, pero no siempre se puede lograr.
En un mundo dónde la belleza se mide con la juventud y con logros profesionales y económicos, que comúnmente a eso se le llama “triunfo”, se puede ser brillante estudiante, pero sin oportunidades de un puesto de trabajo, porque si pasaste los treinta años y te convertiste sin darte cuenta en un Adulto Roto.