Ni mejores ni peores, simplemente menos

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    El tema de la basura es uno de los más recurrentes de los gobiernos departamentales y las alcaldías.
    Una de las respuestas más difundidas para enfrentarlo es la utilización de contenedores que para nosotros son una muestra cabal, no sólo de la solidaridad de empresas comerciales, sino también de la respuesta que son capaces de ofrecer los vecinos.
    Sin embargo también hay que saber que hay gente, quizás resentida, quizás más interesadas en el caos y la crisis, que son capaces de romper, destruir y hasta incendiar los contenedores.
    No ignoramos que puede haber un poco de descuido o irresponsabilidad de los propios usuarios, que sobre todo en invierno arrojan cenizas, algunas todavía encendidas, en ellos. Tampoco que hay hurgadores que a falta de luz encienden algún fuego para ver qué hay dentro de los contenedores.
    Pero esto no explica, por ejemplo, que en una misma noche se hayan incendiado varios contenedores de plástico en la ciudad de Salto y en el mismo recorrido. Que en Montevideo, haya decenas de contenedores incendiados por día y la reparación de ellos, cuando es posible, cuesta alrededor de 500 dólares, cada uno, se nos dice.
    Tampoco se puede ignorar, porque lo hemos visto, a la gente que se arrima a un contenedor abierto y arroja hacia él su bolsa de residuos, si cae adentro o afuera ya no les preocupa…
    Es que así somos algunos uruguayos, no todos por suerte. Ni mejores ni peores que otras sociedades, sencillamente que somos pocos, pero si hablamos de porcentajes, seguramente que no somos tan diferentes. Así como hay gente que asume con responsabilidad e incluso hace más de lo que le corresponde, hay otra que tiene una conducta vergonzosa. Pareciera que basta con que no la registren o que el fruto de su mala conducta no se vea para que “esté bien”.
    Es así que los cursos de agua sean los lugares preferidos para arrojar sus desperdicios, si no se los registra no se los multará y del ambiente que se encarguen otros, parecen reflexionar en su necia actitud.
    Lo que debemos tener claro es hacia dónde vamos. ¿Cuál es el camino correcto?. Los contenedores deben de ser el primer paso hacia una clasificación seria, responsable que permita recuperar y reciclar muchos de los materiales que hoy sencillamente arrojamos a la basura.
    Con todo, creemos que el camino es la educación. Más allá de la sanción (que debe de aplicarse a los reincidentes), para nosotros la única respuesta válida llegará por la educación, aunque haya excepciones que siempre las habrá, pero al menos en un número menor.
    A.R.D.

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    Liliana Castro Automóviles