Dos suicidios por día y la mayor parte de “abuelos” que cuentan con 75 años o más (aunque lo que comúnmente trasciende es el suicidio de personas jóvenes), es una pandemia que no hemos logrado dominar y nos gustaría saber cuáles son las causas.
En un país en el que poco a poco nos vamos “acostumbrando” a que haya al menos dos homicidios por día. En un país donde el aborto (para nosotros otra forma de homicidio), ha pasado a ser legal, la cuestión pasa a ser preocupante.
Es más recordamos que hay quienes predicen que de acentuarse este ritmo Uruguay, un país de poco más de 3 millones de pobladores, corre el riesgo de verse despoblado.
Lejos estamos de tomar posición en relación a la “eutanasia” o muerte piadosa, porque es un tema harto complejo. De todas formas no se puede desconocer que se trata de aspectos que inciden en el tema que analizamos hoy.
Que Uruguay además de ser un país “chico” (lo que debatible), tiene además de poca población una población envejecida y cada vez menos jóvenes que trabajen, es innegable.
En primer lugar debemos decir que entendemos que los ancianos que se suicidan se sienten “inútiles”, que ya han cumplido en la vida y no quieren ser “una carga” para sus descendientes.
Pero lo que más nos preocupa, porque lo consideramos propia de una sociedad hedonista, es que se haya admitido el aborto bajo determinadas condiciones. Significa que la vida, ese privilegio que Dios o la naturaleza (para los no cristianos) nos han regalado, sea excluyente y no estemos dispuestos a trasmitirla ni a compartirla, así sea con nuestra propia descendencia.
No hablamos de las violaciones, que a nuestros criterio requieren de un análisis mucho más profundo, pero en cualquier caso o de cualquier forma la víctima el que deba pagar el precio de tamaño delito, deba ser un inocente nos parece totalmente errado.
Claro que pensar en un país que fomente los nacimientos, requiere pensar en un país donde la gente sea feliz, donde haya menos conflictividad, donde las parejas jóvenes tengan resuelto o casi resuelto el tema de la vivienda.
Uruguay está llamado a tener en cuenta estos aspectos y a analizar en profundidad el tema porque como país de inmigrantes, no podemos cometer los mismos errores que hemos cometido antes, por satisfacer las ambiciones de otros.
A.R.D.