Un amigo de nuestra total confianza nos relató un hecho con el que tomó conocimiento recientemente en el marco de su tarea social.
Sucede que una familia formada por varios menores de edad y su madre – situación muy frecuente en los barrios capitalinos – lo único que tenía para vivir con cierta “tranquilidad”, era una vivienda dejada por su difunto padre y en la que vivían.
Sucede un día “una barrita” del lugar les “conminó” a retirarse y dejársela a ella. La amenaza les pareció tan ridícula y fuera del lugar que obviamente hicieron caso omiso de ella.
Pero he aquí que a los pocos días fueron blanco de apedreos y luego la cosa fue subiendo de tono al punto que varias veces fueron blanco de disparos de armas de fuego.
Una imagen que nos impactó y nos pareció muy gráfica fue la de un niño tirando al suelo a su hermano más chico al tiempo que expresaba “tírate el suelo que ahí vuelve la moto…”
Como salida desesperada la familia recurrió a la policía del lugar y la respuesta fue contundente. Ante la indicación de que “son aquellos” (la “barrita” estaba en la esquina), la respuesta fue “no podemos hacer nada…”
La pregunta es entonces…No podemos o no queremos… Nos hace acordar de cuando algunos policías argumentaban que no podían hacer nada con los menores de edad, porque “el juez los larga y llegan a su casa antes que nosotros a la comisaría…”
Este siempre ha sido el argumento de quien está involucrado o no quiere “complicarse”.
Si leyéramos más allá de lo que se nos dice, tendríamos que darnos cuenta que a todas luces hay aquí una omisión, porque no es verdad que en todos los casos suceda. Y si sucediera hay una omisión de informar como es debido, de hacer lo que la ley indica y de cumplir con la tarea de proteger al ciudadano.
Nunca admitiremos que ante el delincuente no se puede hacer nada y por lo tanto cada vez se le deja mayor terreno libre, porque ya sabemos donde termina.
En el caso de la familia de referencia, como de tantas otras, terminó en situación de calle y su vivienda fue saqueada y usada vaya a saber para qué.
¿Es este el Uruguay que queremos?. Definitivamente que no. Que cada cual cumpla con su función y la de la Policía es proteger al ciudadano honesto.
Que conste.
A.R.D.
