«La clasificación de Uruguay al Mundial de Catar implica no solo un logro deportivo, sino que también un ingreso económico muy importante para las arcas de la Asociación Uruguaya de Fútbol, que terminará llegando a diferentes estamentos, en una «torta» que se va a cortar en varias porciones.Para la cita de Rusia 2018 se había votado un sistema de división en 16 partes para cada equipo de Primera División y otras cuatro para repartir entre los conjuntos de la Segunda Profesional, algo que parece perimido con los cambios de estatuto que se registraron en la AUF que ahora se conforma por un Congreso»
Esta es la síntesis de la información que incluye en la víspera, el portal de noticias deportivas, FUTBOL.UY. Se enfatiza en la «torta» a repartir, tras la clasificación de la selección uruguaya al Campeonato Mundial de Qatar. Los colegas especifican una suma superior a los 10 millones de dólares y frente a ello, áreas vinculadas al fútbol que parecen «chuparse los dedos» ante la aludida «torta» de dinero.
Pero se trata de leer y releer el informe, donde no se establece en ninguna línea, que un porcentaje será destinado a la Organización del Fútbol del Interior o a las Ligas o confederaciones. O clubes. Pero nada. Nada.

LOS QUE SALIERON DE AQUÍ
No es necesario plantear un repaso del origen de cada uno de los jugadores que integran el plantel. Sería redescubrir la obviedad: no pocos de ellos, NACIDOS FUTBOLÍSTICAMENTE en departamentos del Interior. Sus aptitudes iniciales se potenciaron desde aquí.
Pero a la hora del reparto (suculento ciertamente y máxima teniendo en cuenta las precariedades económicas del momento), el fútbol «de tierra adentro» postergado otra vez. Sometido otra vez. Extraviado en ese reparto que tan solo beneficiará a sectores donde el poder es un demandante.
El aficionado tiene el legítimo e inolcultable derecho de su grito de liberación por un Uruguay clasificado, pero también que se sepa de estos vaivenes y consecuencias fomentadas de quienes cuando llegan por estos lares, ofrecen lo mejor de sus sonrisas blandientes y simpaticonas. Pero cuando se trata de repartir, los olvidos ganan la partida, a manera de miserable respuesta.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-