Continuando con la exposición de los resultados de la investigación sobre municipios realizada a principios de este año desde el GEPADE (Grupo de Estudios de la Descentralización y la Participación) se puede afirmar que en los municipios del Uruguay la heterogeneidad es la regla, territorios rurales con atracciones turísticas y con mucha producción y otros completamente urbanos como los de Montevideo u otros carentes de todo ello. Los hay los que tienen poblaciones deprimidas como aquellos donde no las hay. Hay municipios con problemáticas endémicas como asentamientos y otros con muchos kilómetros de caminería rural que no pueden mantener y otros con pocos. El municipio en muchos casos abarca campo y ciudad, zonas productivas como turísticas sin duda que la futura herramienta legal deberá ser bastante compleja para contemplar estas diferencias y no fracasar en el intento por estas realidades que son específicas de un territorio heterogéneo. Si a eso le sumamos las debilidades que tiene cada municipio en cuanto a estructura y personal la situación se complica aún más. Los municipios más complejos deberían ir acompañados de complejidad en la organización que abarque integralmente todos los aspectos sean estos calles, caminos, deshechos e iluminación.
La complejidad de los territorios también influye en la marcha del municipio, exigiendo recursos y mostrando cooperación con la Intendencia en casos y otros no tanto. Los entrevistados visualizan la falta de recursos para la gestión teniendo en cuenta la dimensión y la complejidad del municipio, aspecto que se considera clave para llevar a buen puerto los objetivos de desarrollo.
La capacidad de innovación en los territorios también se vuelve limitada por las carencias que tienen los municipios, que son muchas, las restricciones de equipamiento y mano de obra sumado a que en casos el tamaño del municipio es excesivo para los recursos que cuentan. De todas formas el énfasis está puesto en las obras que se van haciendo, menos en el capital humano y menos en la generación de recursos basados en la participación ciudadana.


Aparece el tema de la basura como problema principalmente en los municipios cercanos a la capital donde la cultura de la producción de deshechos es similar a la de la capital del departamento si se considera su proporción y por hogar.
El énfasis de los municipios es el cumplimiento del ABC (alumbrado, basura y calles) pero allí es cuando ven sus debilidades mayores más allá de la gestión y el esfuerzo puesto en la gestión.
Por el contrario a las relaciones multinivel la regla que se visualiza para el funcionamiento del Concejo municipal es la unanimidad. A corto y mediano plazo se funciona de esa forma lo que favorece la construcción democrática del gobierno local. Facilita la concreción de mejoras para el territorio y su perdurabilidad. Impacta poco la diversidad político partidaria en la conformación del municipio sino que priman los intereses de la comunidad lo que resulta muy elogiable.
Uno de los hallazgos de este trabajo es como están resolviendo los asuntos Concejos municipales los asuntos y allí queda en evidencia la unanimidad como mecanismo generalizado de toma de resoluciones. Muchas veces prima el interés de los vecinos contra los intereses partidarios de los integrantes del Concejo. También es cierto que cuando se presentan desavenencias el respeto por las minorías también es una regla elogiable y de buena práctica en el funcionamiento municipal.
En muchos casos como afirman los entrevistados la propia Intendencia no tiene la organización necesaria para solventar el proceso de descentralización territorial, faltan direcciones, falta dedicación del personal, falta voluntad política para desarrollar los municipios, varias cuestiones que los propios Alcaldes y Alcaldesas afirman. Avanzar en un modelo descentralizador de una estructura básica que de respuesta al funcionamiento municipal con personería jurídica parece ser lo recomendable en este caso. Los Alcaldes y Alcaldesas están dando en la diana de su reclamación resolver el problema de la gestión de fondos de forma que lubrique las relaciones, los trámites para el logro de los objetivos que se propone cada municipio.
En la diversidad de realidades aparecen iniciativas elogiables y a estudiar, por ejemplo la Federación de alcaldes en algún departamento (Cerro Largo), parece razonable que se implemente un órgano colectivo periódico que tenga presente la realidad de los municipios en el departamento, cuestiones de ejecución de los fondos, solicitudes a la Intendencia de maquinaria o personal entre otras cosas. Dentro de la variedad de órganos colectivos que aparecen innovando la marcha de los municipios parece ser que reunión periódica de todos los municipios del departamento es un mecanismo interesante para fortalecer y dar visibilidad a las problemáticas que estos enfrentan en su día a día. Debemos reconocer que la otra gran estructura que va adquiriendo cada vez más fuerza es el Plenario de Municipios que tiene un funcionamiento adecuado y también otorga visibilidad a los municipios y sus problemas locales, como también promueve el relacionamiento horizontal entre ellos y da posibilidades de relacionamiento nacional e internacional.
Los municipios la descentralización silenciosa IV
Alejandro Noboa
En la investigación sobre municipios en Uruguay que realizamos en 2024, se puede afirmar que las limitaciones estructurales de la organización departamental se refuerzan cuando el Intendente no acompaña el desarrollo territorial de los municipios, a veces cuando aparece la cohabitación política. Esto agrava aún más las limitaciones y debilidades de los municipios. Se produce lo que llamamos centralización departamental impidiendo el fortalecimiento de los municipios como órganos de cercanía. La dependencia del perfil del Intendente sin proponer una salida estructural a este problema limita y obstruye las posibilidades del municipio.
La microgestión es una de los espacios que presentan ruidos a la hora del funcionamiento y gestiones interórganos, en muchos casos son los propios intendentes quienes la ignoran o no son diligentes a la hora de gestionar los asuntos municipales.
Se les preguntó a los alcaldes y alcaldesas entrevistados por la relación con otros órganos de gobierno y otros entes centrales del país.
En todos los casos se observa además la dependencia estrecha que hay con el Intendente de turno, especialmente en cuanto al manejo del dinero, no se logró alcanzar la automatización de esa ruta del dinero sino que en todos los casos el Intendente tiene injerencia y muchas veces la ejerce en desmedro de los municipios, si bien es cierto se ha tratado de mejorar en ese sentido.
La existencia del Plenario Nacional de Municipios, el cual está logrando visibilizar la realidad de los municipios y facilita las relaciones con otros organismos nacionales e internacionales, los entrevistados valoran mucho esta posibilidad. Los municipios tienen relaciones establecidas con los organismos centrales como UTE, OSE y los Ministerios particularmente Transporte e Interior.
El Plenario cuyo papel fue analizado en este estudio está llamado a tener un protagonismo central a la hora de valorar e impulsar la gestión municipal. De alguna manera puede resultar un amortiguador de las diferencias notorias entre municipios y entre estos y las intendencias.
Las relaciones con el Gobierno Nacional se vinculan con las problemáticas más acuciantes a nivel municipal, siendo ellas la vivienda, en otros casos las problemáticas sociales y en otros la producción y los servicios turísticos.
Las relaciones con los Ministerios tienen diferentes colores habiéndolas en casos fluidas y en otros no tanto, la pertinencia de los asuntos parece ser la regla, aunque depende también de la política del Ministerio de turno incluso algunos ministerios si bien declaran sus buenas intenciones no logran salir de su modorra respecto a sus acciones en el interior profundo de cada departamento. La OPP, tiene por su rol, protagónico.
Las reivindicaciones respecto a la normativa se reduce casi en su totalidad a la personería jurídica y al voto cruzado que implica votar a lo departamental y lo municipal por separado. Particularmente en el primer caso no es homogénea la solución que se plantea, pudiendo en casos reglamentarse de forma gradual o significando algunas capacidades y otras no. Requieren personería para poder conveniar con otros organismos, personería jurídica para administrar sus propios fondos, y para manejar su personal pero no lo ven como un corte con la Intendencia sino como contar con herramientas para gestionar mejor y evadir los obstáculos facilitando de esa forma el funcionamiento municipal.
Reclaman más poder autonómico frente a las problemáticas locales cada vez más complejas y a las demandas por mayor desarrollo de los vecinos y porque no frente a la tortuosidad de los mecanismos existentes para la ejecución de los fondos presupuestales y extrapresupuestales. Se denota la debilidad en cuanto a la asunción de responsabilidades de los municipios a la hora de tomar nuevas atribuciones sin acompañamiento de recursos, este elemento es central y exige la presencia de mayores poderes en los municipios.
Aparecen las diferencias de dimensión entre los municipios a nivel país aquellos que cuentan con infraestructura, equipos, personal técnico y no técnico en fin son todas los elementos que hay que colocar en la balanza. Cuando los territorios son lejanos se vuelve ineficiente el traslado de maquinaria y personal ya que la jornada se acorta y los viáticos aumentan, parece más lógico colocar equipos descentralizados que cumplan funciones en los propios territorios.
Obviamente que la adquisición de mayor autonomía implica mayor estructura de personal especialmente técnica jurídica y contable, en este caso hay que agudizar la imaginación para dotar a los municipios de esa estructura sin que signifique una dilapidación de recursos, hay algunos ejemplos dentro de los propios municipios que pueden ayudar especialmente aquellos que tienen como antecedentes las Juntas Autónomas (Río Branco, San Carlos, Bella Unión).
El diseño de la municipalización es otra debilidad del modelo, la Ley propone criterios para la construcción municipal como son: la división realizada por la Corte electoral de las series y otros criterios como la ubicación geográfica, la conectividad del territorio con la localidad sede, el sentido de pertenencia de la población a determinada zona y la acumulación previa de acciones colectivas.
La personería jurídica se plantea como solución a varios problemas de funcionamiento, especialmente la distribución de fondos y su gestión. Sin duda un tema a tener en cuenta en la nueva ley de descentrlización.
