Integrante del Comité de Adolescencia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría
La redacción de EL PUEBLO mantuvo recientemente diálogo exclusivo con una de las eminencias de nuestro país en el campo de la Psicología, la Lic Karina López Vidal, quien abordó la temática de los adolescentes y su comportamiento frente a los tiempos que corren.
– “La adolescencia es una etapa de muchos cambios en diferentes órdenes, que van desde los físico, psicológico, social, conductual, etc.
Es debido a ello que muchos de esos cambios implican en los y las adolescentes un monto de estrés propio de la etapa. Implica un re – conocerse en el sentido más amplio de la plalabra.
Siempre digo que ser adolescente es complicado pero en pandemia lo es aún más.
Este tiempo ha implicado un monto de estrés adicional a los ya existentes en esta etapa y es por ello que para muchos transitar este periodo ha sido un verdadero desafío.
En tiempos de pandemia han sumado miedos, incertidumbres, pérdidas, duelos y un sinfín de mandatos” – detalla la profesional.
– ¿Cuál ha sido la circunstancia más difícil que los adolescentes han tenido que enfrentar?
-”Lo más difícil de este tiempo ha sido para ellos el aislamiento físico, lo que les implicó la pérdida del contacto directo y el espacio compartido con sus pares, algo sumamente valioso para los y las adolescentes.
Hubo un corte abrupto de las dinámicas de sus vidas, que les demandó una reorganización en sus rutinas y la incorporación de hábitos nuevos que para muchos fue sumamente difícil de comprender al principio.
Como Integrante del Comité de Adolescencia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, hemos visto a lo largo de todo el país, el impacto de la pandemia en esta etapa particularmente. La riqueza humana y profesional del equipo multidisciplinario que integra el Comité de Adolescencia, generó desde el inicio de la pandemia acciones que nos permitiesen estar acompañando el proceso físico y psicológico de los y las adolescentes desde el aporte de nuestros conocimientos y la difusión de los mismos a través de las redes. En este transitar nuestro espíritu fue hacerles llegar que no estaban solos y que muchos de nosotros seguíamos ahí para ellos y ellas”.
– ¿Qué hay de los retos y oportunidades para los adolescentes?
-”Como decimos quienes trabajamos con adolescentes, existen tantas adolescencias como adolescentes, por lo que las formas de transitar este periodo fueron muy diversas, lo que hace que sea muy difícil generalizar pero si podemos decir que existieron factores comunes.
La gran mayoría lo vivió con angustia, ansiedad, miedo y enojo.
Sin dudas el más fuerte de los retos fue sostener el distanciamiento social, pese a que existe la creencia que el celular es un sustituto de lo social en esta etapa, creo que quedó totalmente desestimado. Fue muy difícil sentirse cercanos a sus amigos cuando no tenían los espacios compartidos, lo que llevo a que se perdiesen temas y momentos de lo cotidiano que son los que sostienen mucho de sus vínculos e identidad. Otro reto fue la hiperconvivencia en el ámbito familiar, implicó para ellos un verdadero desafío poder encontrar sus espacios de intimidad. No todas las familias pudieron quedar ajenas del impacto de lo económico y laboral de este periodo, lo que se sumó también en relación al impacto emocional de esta convivencia.
Otro de los retos que no puedo dejar de mencionar es el vinculado al ámbito académico, el desafío de sostener los cursos a través de lo virtual para muchos fue realmente un problema.
Pese a todo, existieron grandes oportunidades, muchos adolescentes pudieron generar espacios compartidos con tiempos disponibles de sus seres queridos que abrieron la oportunidad del dialogo y de intercambio familiar. Realmente muchos y muchas adolescentes ‘descubrieron’ a sus familias”.
-¿Cuáles son las mayores dificultades que están experimentando los jóvenes?
-”Adaptarse a la nueva normalidad considero que es una de las dificultades que estamos viendo. Luego de que se retornara a las instituciones educativas y se flexibilizara un poco mas el contacto, con los cuidados necesarios en cuanto al uso de barbijo y distanciamiento, generó una nueva forma de incertidumbre, muchos se encontraron sin tener claro que y como comportarse frente a esta nueva realidad.
Creo que el seguir sin poder realizar actividades colectivas, asi como el ritmo de asiduidad a centros educativos por un tema de espacios disponibles y el respeto y conocimiento de los protocolos para cada actividad, les está resultando complejo de interpretar, para muchos es como si ya hubiese pasado y para otros aun hay mucho miedo y deseo de volver a lo que fue.
Asimismo encontrar espacios de autonomía es otra de las dificultades, ya que dichos espacios se sostienen en base a otros que los habilitan y hoy hay ámbitos que mantienen restricciones que son sumamente frustrantes y difíciles de comprender por parte de ellos”.
-Desde nuestro lugar de adultos y padres. ¿Cuál es la mejor vía para poder conectar con ellos?
-”Sin dudas los espacios de dialogo e intercambio, las charlas francas, el poder también como adultos compartir nuestros sentires y emociones frente a las situaciones, el poder mostrarles que también nos pasa a nosotros y sobre todas las cosas, ESCUCHARLOS. La escucha atenta, la escucha empática, la que refiere a poder tomarnos el tiempo sin juzgar y sin poner valoraciones a lo que nos puedan decir. El mostrarnos atentos y no preocupados si nos expresan emociones displacenteras, como enojo, tristeza, aburrimiento. Poder brindarles opciones respetando sus tiempos y sus preferencias es vital, el sentido de comprensión real . A los papas no nos gusta ver mal a nuestros hijos, pero hay emociones que también es importante que puedan transitarlas porque forman parte de su crecimiento y les proporcionan herramientas, nuevas estrategias y fortalecen sus mecanismos de defensa”.
-Los adolescentes y jóvenes de por si tienden a soslayar las reglas, como lograr que tomen real conciencia de la situación
-”El pensamiento omnipotente de que nada les va a pasar, la rebeldía y las conductas desafiantes son propias de esta etapa, pero no por ello hace que los y las adolescentes no tengan conciencia de la situación. Muchas de las conductas desafiantes de esta etapa de pandemia son más vinculadas al miedo y a una forma de enfrentarlo, que a un desafío en sí mismo.
Claudio Naranjo, psiquiatra chileno y referente para los gestálticos decía que las crisis profundas son crisis de conciencia y creo que la labor primordial está en que ellos puedan tener esa conciencia que implica cuidarse y cuidar a otros, me refiero a la posibilidad de elegir en cuanto a sus acciones y las elecciones en si mismas son un gran desafío”.
-Como hacer frente a los efectos adversos que trae la pandemia y a los miedos que surgen independientemente de la franja etaria
No hay una formula. Eso va a depender de los recursos personales de cada persona y de cada situación particular. Sin dudas que para un adolescente que tiene una estructura familiar, social, emocional estable y saludable va a ser más fácil hacer frente a los efectos adversos de la pandemia, que para quienes no lo poseen. Por ello es importante no generalizar y poder tomar cada situación en la amplitud de su contexto.
-¿Considera que la post pandemia llevara a la necesidad de terapia a toda la humanidad?
—”No se si a toda la humanidad, pero si, la necesidad de terapia será hacia buena parte de ella. Hemos visto a lo largo de estos meses que la primera necesidad tuvo que ver con el cuidado de nuestra salud física, pero en el correr de los meses el impacto desde el punto de vista psicológico hizo que fueran necesarios buscar recursos que atendiesen temas de salud mental. Existieron repercusiones orgánicas ligadas al impacto psicológico, trastornos en la conducta alimentaria, trastornos del sueño, ansiedad, etc, que se sumaron a la sintomatología depresiva y a conductas vinculadas al incremento del consumo de sustancias y psicofármacos.
Surgieron un montón de iniciativas durante el tiempo de confinamiento. Desde el Estado la línea de atención psicológica, psicólogos particulares ofreciendo solidariamente su tiempo, en la clínica el cambio en las formas de acompañamiento, a través de la teleconsulta, en Asociaciones como la Asociación Gestáltica del Uruguay, ofrecimientos gratuitos a través de sus departamentos y socios, así como la Asociación de Counselors del Uruguay junto a Edhuca, la Escuela de Desarrollo Humano, entre otros, crearon una atención solidaria que permitía sostener con la escucha y a través de la palabra, situaciones de diversa índole y complejidad. Con el tiempo iremos viendo los efectos reales del aislamiento físico así como el impacto a las pérdidas de todo tipo, lo que conlleva estar atentos al surgimiento de trastornos vinculados al estrés post traumático, trastornos de ansiedad, trauma vicario, burnout, depresión, etc. Hoy en día muchos adolescentes piden consultar con un psicólogo porque aún se sienten inseguros o sobrepasados por la situación y por las repercusiones de esta etapa en sus vínculos”.
-¿Como visualiza a la sociedad del futuro?
-”Creo que las vivencias de esta pandemia en nuestros niños, niñas y adolescentes han marcado que las circunstancias dependen directamente de nuestras acciones, así que aspiro a que todos ellos y ellas, en el futuro puedan brindarnos a través de sus acciones un mundo mejor, donde prevalezcan los valores humanos y la capacidad de empatía frente al otro. Un mundo más colectivo y menos individualista. Un mundo de todos y no solo de cada uno. Si lo pensara hoy creo ver en el futuro una sociedad más humana y consciente. Al menos eso ansío”.