En varias zonas del interior, la escuela rural es la única institución pública y, por lo tanto, el centro social y cultural de la localidad en la que se encuentra inmersa.
Hay 1090 escuelas rurales en todo el país, 1.675 docentes y 17.561 niños

Para la maestra Evangelina Cavallo, Directora Coordinadora de Escuelas Rurales,la Escuela Rural “es la continuidad cultural de ese lugar, entonces mantener nuestras escuelas es mantener vivo ese lugar, esa comunidad. Las escuelas rurales son sumamente significativas para la comunidad porque son el centro de encuentro, son el el lugar común que conlleva a que los pobladores tengan donde encontrarse, donde entablar relaciones sociales y donde focalizan sus ganas de perpetuar la comunidad donde están “
“Cuando hay algún evento en la zona, siempre el punto de encuentro es la escuela; si hay algún problema a solucionar, la escuela está allí como un bastión…”
Mtra. Evangelina Cavallo, Directora Coordinadora de Escuelas Rurales:
La maestra Evangelina Cavallo actualmente ocupa el cargo de DI.C.E.R. (Directora Coordinadora de Escuelas Rurales), nombre que lleva desde el presente año lo que anteriormente se denominaba “Maestra CAPDER” (sigla que significa Centro de Apoyo Pedagógico Didáctico de las Escuelas Rurales).

Al conversar con EL PUEBLO para este informe, dijo que el cargo implica “encargarse de coordinar y organizar los proyectos que se llevan adelante, para que los docentes estén en continua comunicación con los inspectores, para un trabajo mancomunado, que la distancia no sea un obstáculo para que los alumnos de las escuelas rurales continúen aprendiendo y obteniendo todas las posibilidades que brinda nuestra educación pública uruguaya… Eso tiene que ver con el pensamiento computacional, con inglés, con otras lenguas, con otros proyectos que se vinculan y que se socializan continuamente”.
En este momento, Salto cuenta a lo largo y ancho de su territorio, con 56 escuelas rurales, con
107 docentes y a las que asisten 1.260 niños.
En nota realizada por este diario hace algunos meses, Evangelina comentaba que «en lo que respecta al departamento de Salto, este festejo (del 15 de Mayo, Día de la Educación Rural) se hace popular dentro de las diferentes comunidades, conllevando diversas actividades a lo largo del mes de mayo y pronunciándose en la semana que enmarca la fecha”. Respecto a las particularidades de las escuelas rurales, reflexionaba: «poseen una particularidad que las caracteriza, un grupo acotado de alumnos, a veces un docente único junto a un auxiliar de limpieza y cocina y el trabajo multigrado que se desarrolla. Esta última característica hace que los estudiantes de diversas edades compartan el docente, el aula y las tareas que se llevan adelante. La circulación del saber se realiza en forma conjunta y el docente es quien se encarga de optimizar las propuestas, teniendo en cuenta la diversidad áulica que posee. Otra característica muy interesante es el trabajo que se lleva a cabo a través de agrupamientos. Las instituciones que se encuentran relativamente cerca, geográficamente, organizan encuentros presenciales y/o virtuales para trabajar colectivamente. Esta estrategia de trabajo potencia el encuentro, la comunicación y el trabajo colaborativo, tanto de docentes, alumnos y comunidad».
“El encuentro de la escuela rural desde Artigas a Río Negro”
Ahora, EL PUEBLO fue una vez más tras su palabra y así transcurría lo medular del diálogo:
-Estos días se están realizando festejos de escuelas rurales en Arapey, ¿es así?
Este año Salto fue sede de región, de lo que se denomina Región 1: Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro. Se hizo esto en la colonia de vacaciones de Termas de Arapey, donde está también la Escuela Nº 58, de Arapey. Participaron todos esos departamentos que mencionaba. Como es una fiesta macro, se seleccionaron algunas escuelas para poder asistir. Vinieron agrupamientos de todos esos departamentos donde pudieron mostrar los diferentes proyectos en los que están trabajando. El encuentro se denominó “El encuentro de la escuela rural desde Artigas a Río Negro”.
-¿Con cuántos niños más o menos?
Estuvieron 200 niños y se hizo este jueves 1º de junio, con la concentración de todas estas delegaciones que en realidad ya estuvieron presentes desde días anteriores. El 31 de mayo llegaron a la colobnia escolar las delegaciones de Artigas y de Río Negro, pernoctaron allí; el 1º llegaron las delegaciones de Salto y Paysandú y estuvieron hasta el viernes 2.
-¿En qué consistió?
Es un encuentro de camaradería donde los niños pueden conocerse con otros niños, relacionarse; y se comparte este formato de trabajo que es especial y que es precisamente la escuela rural…
-¿En qué es especial la escuela rural?
Tiene algunas especificidades que son propias, como el multigrado, la escuela unidocente y el agrupamiento. Esto quiere decir que en muchas de estas escuelas el maestro está solo, es un maestro que tiene a cargo todos los niños de la escuela, de Inicial a 6to. año. Y en otras que tienen mayor matrícula, está el Maestro Director y algún otro maestro de Ayudantía, aunque son las menos. En esta oportunidad en Arapey se concentraron tanto escuelas unidocentes como pluridocentes…
-¿A qué se refiere cuando habla de los “Agrupamientos”?
Al tener una baja matrícula y ser escuelas que pueden tener desde 2 niños hasta 50, entonces se trata de formar trabajos co-educativos, que los maestros puedan planificar juntos las actividades, independientemente que estén en regiones diferentes. Pero es una manera de crecer juntos profesionalmente y volcar eso a la formación de los alumnos, y también beneficia a la interacción de un estudiante de un lugar con otro de otro lugar, porque a través de la virtualidad, esos agrupamientos ahora se hacen mucho más a menudo y con mayor posibilidad. Esto no es algo nuevo, pero antes de internet teníamos que vincularnos únicamente a través de la presencialidad o de la correspondencia, que era muy difícil, el maestro hacía de cartero para encontrarse con otro docente y poder intercambiar. Pero hoy la virtualidad permite que los niños tengan pantallas donde pueden encontrarse a diario si quieren, y si la conectividad es buena, con otras escuelas. Además de ser un aspecto social, de encontrarse con otros, de intercambiar cuestiones lúdicas, también se llevan adelante proyectos curriculares. Por ejemplo algunos con carácter científico, algunos de carácter social, de la comunicación, pero trabajando en forma conjunta niños de diferentes escuelas, de diferentes lugares, pero que tienen temas en común para trabajar y después socializan.
-¿Qué significa la escuela rural en determinada localidad?
La escuela rural es ese representante del Estado que está, pero también es la continuidad de la cultura de ese lugar, entonces mantener nuestras escuelas es mantener vivo ese lugar, esa comunidad. Las escuelas rurales son sumamente significativas para la comunidad porque son el centro de encuentro, son el el lugar común que conlleva a que los pobladores tengan donde encontrarse, donde entablar relaciones sociales y donde focalizan sus ganas de perpetuar la comunidad donde están. Cuando hay algún evento en la zona, siempre el punto de encuentro es la escuela; si hay algún problema a solucionar, la escuela está allí como un bastión, como columna vertebral que está allí para dar orden…Se está trabajando todo el tiempo en red con otras instituciones para que la población tenga todo el servicio que merece. La escuela rural en Salto es el nodo, es la comunicación que existe entre y para esa comunidad. En este año que estamos festejando un año más de la escuela rural, cada escuela está llevando a cabo un proyecto donde la idea es construir la historia de las comunidades de las escuelas rurales, queremos dejar un registro documentado, con notas gráficas, con documentos, con fechas. Esa investigación la tomaron los compañeros docentes, fue una solicitud que se hizo en su momento, los diferentes directores entendieron que sí, que nos hacía falta esa identidad, ese registro escrito y es lo que estamos construyendo. Eso lleva a que los niños investiguen, se apropien del tema, entrevisten, que le den importancia a la población que está en la vuelta y den lugar a esa memoria viva y activa que surge a través de la palabra. Aprender a escuchar al otro a través de las anécdotas que tiene para contar va reconstruyendo la historia del lugar, de esa sociedad, de esas familias. Por eso en este festejo entendimos importante no solo recordar el Día de la Escuela Rural sino que hubo quienes la construyeron en su pasado, que es importante recuperar ese legado y que también nosotros somos los protagonistas que día a día la estamos formando.
Mtro. Ramón Rosconi: “Actualmente sigo muy vinculado a las escuelas rurales y diferentes pueblos o zonas a pesar de estar jubilado”
El maestro Ramón Ariel Rosconi Aguerre aceptó inmediatamente esta entrevista, sobre todo porque es evidente su amor al campo, a la ruralidad, a las actividades campestres; de hecho es un permanente impulsor de eventos donde participan aparcerías y demás.

-¿Desde el inicio de la carrera estuvo vinculado a las escuelas rurales, como casi todos los maestros?
Sí, egresé del IFD en febrero de 1981 y en marzo ya empecé a trabajar como Director Unidocente en la escuela Rural N°71, de Corral de Piedras-Sopas. Al elegir ese cargo no fue una decisión difícil ya que fui alumno de escuela rural toda mi escolaridad de primaria, era de aquellos que iba a caballo, caballo es un decir porque en realidad era un petiso.
-Bien, así que como maestro fue un regreso al campo…
Claro, en camiones de la Intendencia nos trasladaron con nuestras pertenencias, colchones, alimentos, etc., haciéndose un recorrido por diferentes zonas. El camión me dejó y siguió hacia Pepe Núñez, al regresar el camión pararon a preguntarme si no quería volverme a Salto, me habían visto joven, sin experiencia, lugar muy solo, sin casas próximas, además habían ocurrido años antes ese tipo de situaciones de volverse en el camión…
-Pero no volvió…
No. Venía a Salto un fin de semana por mes. Tenía que ir de Corral de Piedras a Pueblo Quintana a caballo para tomar un ómnibus, no recuerdo bien, pero la distancia es de 30 kilómetros. Tenía todas las clases excepto 5° año, además de dar clases cocinaba porque no había auxiliar, recién en agosto fue una señora que quedó hasta diciembre. En julio compré una moto, ya fue diferente el movilizarme, aunque seguía viajando a Salto una vez al mes. Al regreso para ir a la escuela salía los domingos enseguida del mediodía. Uno de esos domingos, aunque llovía salí igual, la ruta 31 era de pedregullo y mucho balastro, cerca de Pueblo Celeste pinché la rueda trasera, desarmar y poner parche a fuego era todo un desafío bajo la lluvia. Me puse a llorar, giré la moto y pensé: “me vuelvo y renuncio”…
-¿Y qué pasó?
Pero ahí afloró la rebeldía y el compromiso con aquellos niños, familias y vecinos donde yo era uno más de ellos y me trataban como un familiar, no podía defraudarlos. Al año siguiente vine a Paso del Parque donde logré la efectividad como maestro y después como Director rural, aunque siempre ocupe el cargo de Director porque éramos dos docentes. También ahí viajaba poco a Salto, malos caminos, cañadas y arroyos que crecían con facilidad dificultaban un traslado cómodo, normalmente salíamos a la Ruta 26 y tomábamos un Chadre que tenía frecuencia Salto-Rivera.
-¿Y es ahí donde empieza a investigar cuestiones históricas de los descendientes de Artigas?
Exactamente…En ese lugar empecé a investigar esa historia casi desconocida de la descendencia de José Artigas. Hice una investigación con varias fuentes y basado en ello se nominó la Escuela Rural N° 57 con el nombre de “Coronel Santiago Artigas”. Esto me permitió cuando fui Edil proponer que se declarara Monumento Histórico al Cementerio Los Talas de Paso del Parque, cosa que se hizo llevando la firma de (Yamandú) Fau como Ministro del MEC y Sanguinetti como Presidente de la República. Con los años propongo realizar encuentros de descendientes y es por eso que anualmente eso se realiza normalmente en octubre, relacionado con esto también propongo organizar una filial de Descendientes de Artigas en Salto.
-Bien, sigamos con su trayectoria como maestro…
En el año 87 me traslado a la Escuela Nº 79 de Colonia Solari, hoy ya no hay escuela en esa zona. También trabajé en otras escuelas rurales como la 60 de Agronomía, la 80 de Campo de Todos, la 26 de Colonia Osimani y Llerena, la 56 de Tropezón…Siempre en el cargo de Director. Luego por traslado fui a la Escuela N° 100 de Villa Constitución, estando allí concursé para Inspector de Zona, teniendo puntaje para la efectividad. De la Escuela 100 me traslado a la Escuela N° 117 de Barrio Ceibal. Estando en ese cargo pasé a Inspector de Zona y volví al reencuentro con las escuelas rurales.
-¿Qué otros recuerdos le vienen de aquellas primeras escuelas rurales en las que estuvo?
En mis inicios en esas escuelas rurales, la 71, la 57, la 79, no había luz, usábamos lámparas o faroles a gas, heladeras a queroseno. A veces nos veíamos limitados, pero siempre con compromiso, dedicación y responsabilidad salimos adelante tanto en lo personal como en lo profesional. La escuela rural era el centro de todo, siempre tuve presente aquello de los “Puentes de Olsen” de las reuniones de Comisión o de una charla con uno u otro vecino salían ideas como gestionar policlínicas rurales, construcción de viviendas por Mevir, electrificación, mejoras de caminería, hacer puentes, alcantarillas, badenes etc. Los actos patrios eran una fiesta del pueblo, de patrones y de los peones de las estancias, almuerzos, buenos asados, eran otras épocas…Yo me sentía parte de ellos y ellos sabían que era así.
-Es decir que siempre había un buen vínculo de la escuela con los alrededores…
Claro, por ejemplo de las estancias nos mandaban mucha carne para el comedor, esto lo organizaba armando una lista de donantes, eso facilitaba la compra de otros alimentos con las partidas que nos daba el Consejo de Educación Primaria. Lo mismo ocurría cuando organizábamos beneficios, venían con consumos, tortas y sobre todo ganas de colaborar, se gastaban todo, porque después veían que se volcaba en beneficio de la escuela.
-Ahí tocamos otro tema importante, la escuela como sustento para la alimentación, ¿verdad?
Y sí, la escuela rural también es una guía en el tema alimentación. Desde siempre tratamos de impulsar alimentación saludable, llevando verduras y frutas para incorporar al menú, y lo normal era que la carne fuese el principal alimento. Por eso actualmente sigo muy vinculado a las escuelas rurales y diferentes pueblos o zonas a pesar de estar jubilado.
-¿El maestro rural es diferente a los demás?
(Piensa)…Creo que ser maestro rural te forma profesionalmente diferente, tener 10, 15, 20 o más alumnos de diferentes clases, diferentes edades y también diferentes capacidades te hace buscar estrategias para que todos esos alumnos tengan verdaderos éxitos educativos y sobre todo como personas. También necesitas de todos y sos útil a todos. Cada vez que vuelvo a zonas rurales lo hago con gusto y disfruto de hacerlo.
“La escuela sigue siendo un lugar muy importante dentro de las comunidades rurales”
Mary Rossi, Maestra Directora de la escuela de Pueblo Biassini
Contar historias de vivencias y querencias por sus propios protagonistas usando las tecnologías que tienen a su alcance, y que estos sean alumnos de escuelas rurales, no deja de ser una experiencia fascinante. La maestra Mary Rossi, Directora de la Escuela N° 33 de Pueblo Biassini comparte con EL PUEBLO esta experiencia enriquecedora que han dado en llamar “Cruzando Fronteras”.

– ¿Cómo es la vida en la Escuela de Pueblo Biassini?
– Dentro de la ruralidad, es una escuela bastante numerosa porque asisten a ella 54 alumnos desde Inicial 3 hasta 6° Año, y somos tres maestras las que trabajamos allí. Es una escuela que presenta muchos desafíos porque tenemos que brindar atención al interés de los alumnos de todos los niveles, para eso tratamos de hacer proyectos y propuestas que les interese a todos los niños. Es por eso que es una escuela que tiene bastante movimiento.
– ¿Cómo es la situación de las maestras? ¿Viajan todos los días, están radicadas en la zona o se quedan ahí durante la semana y viajan luego a la ciudad?
– De las tres maestras, yo soy de Salto y las otras dos maestras son de Artigas. Viajamos todos los días a la escuela, yo vivo en una localidad cercana.
– ¿Cómo se lleva adelante ese sacrificio de tener que viajar todos los días?
– La verdad que después de llevar en esto de ser maestra en escuelas rurales unos cuantos años, el poder viajar diariamente y estar en mi casa, es muy bueno porque en otras escuelas rurales tenemos que quedarnos. Así que poder estar en esta escuela que nos permite viajar todos los días, porque además está sobre la ruta, para las maestras que estamos en el medio rural es excelente esa posibilidad que tenemos.
– ¿En qué consiste ese agrupamiento de escuelas rurales que han formado?
– Somos cinco escuelas rurales que nos hemos agrupados bajo el nombre “Cruzando Fronteras”, inspiradas en que cruzamos las fronteras de los pueblos que integran nuestro agrupamiento y porque de los diez docentes que lo integramos, cinco somos salteñas y cinco de Artigas. Las escuelas que integramos este agrupamiento somos la 33 de Pueblo Biassini, la 43 de Pueblo Celeste, la 49 de Guaviyú de Arapey, la 67 de Pueblo Olivera y la 106 de Pueblo Ferreira, que son las escuelas rurales más cercanas en distancia geográfica y que nos agrupamos para poder tener un proyecto en común.
– ¿De qué trata ese proyecto en común?
– De una radio escolar, que la hacemos a través de podcast, donde le dimos participación a la comunidad proponiendo los temas a las familias. Hicimos un encuentro con las familias de cada comunidad donde propusieron los temas que querían que tratáramos junto con los niños y ahí empezamos a organizar nuestra radio escolar. Vamos transmitiendo a través del canal de YouTube del agrupamiento donde subimos un programa por mes, además de compartirlo con las radios comunitarias de los pueblos, algo que es reimportante para los niños. El último programa que hicimos trata de la educación rural, que justamente festejamos en el pasado mes de mayo. Hicimos entrevistas, se contaron noticias, se investigó sobre el tema y se hizo el programa desde las cinco escuelas.
– ¿Se tiene acceso a ese trabajo que vienen haciendo?
– Sí, totalmente. Se puede acceder por el canal de YouTube del agrupamiento Cruzando Fronteras, se busca así, donde no solo se suben los programas de radio que vamos realizando sino también se van subiendo los encuentros que vamos haciendo, por ejemplo, para festejar el Día de la Educación Rural nos encontramos de forma presencial, y ahí compartimos fotos y videos sobre ese encuentro que tuvimos las cinco escuelas. También tenemos algunos encuentros que fueron realizados de forma virtual.
– ¿Participan también los niños?
– Todo es con la participación de todos los niños de las cinco escuelas. Además, los docentes nos reunimos para hacer las salas docentes, porque una de las escuelas, por ejemplo, es de solo un docente, las otras son de dos maestros. Entonces, al poder juntarnos más docentes, el intercambio que realizamos y el trabajo de organización de proyectos se enriquecen mucho más.
– Después de tantos años de trabajo en la educación rural, ¿qué pensamiento o reflexión le genera?
– La educación rural, sin lugar a dudas, ha tenido muchas transformaciones en los últimos veinte años en los que me ha tocado ser docente, muchos de ellos los he realizado en las escuelas rurales por mi propia elección, he elegido trabajar como maestra rural. Esa transformación es muy evidente por el acceso a la información que se tiene, por la comunicación que hay actualmente, todo eso ha cambiado muchísimo, pero la presencia del docente es muy valiosa en la escuela rural. Estar diariamente presente en la institución representa mucho para los niños y para la comunidad de las escuelas rurales. La escuela sigue siendo un lugar muy importante dentro de las comunidades rurales.
Buscando achicar la brecha entre niños del campo y la ciudad
Carlos Guinovart, proyecto “De Puño y Letra”
Carlos Guinovart es un ingeniero agrónomo que trabaja en Cabaña Bayucuá y además, es uno de los impulsores de una propuesta que está teniendo alcance nacional que lleva por nombre “De Puño y Letra” junto a Inés de Lisa, Gabriela Zabaleta y un grupo humano que se ha ido sumando. Dialogó con EL PUEBLO para contar detalles de esta propuesta llevada adelante entre alumnos de escuelas rurales y de la ciudad.

– ¿En qué consiste este proyecto que se desarrolla entre el campo y la ciudad?
– Desde el año pasado estaba trabajando en la Escuela 30 de Laureles, cada 15 días iba a hacer alguna actividad, y a principios de este año se me ocurrió hacer algo para conectar a los niños de la ciudad con los rurales. Resulta que en el ínterin conocí a Gabriela Zabaleta que tiene un taller de cocina para niños en El Pinar, y que ya lo había hecho el año pasado. Entonces, en principio íbamos a hacerlo entre el taller de ella y la escuela de Laureles, y ahora lo estamos haciendo a nivel nacional. Quienes lo estamos llevando adelante es la maestra Inés de Lisa, que es la maestra de la escuela de Laureles, Gabriela Zabaleta, que es esta promotora cultural de El Pinar, y yo, aunque ahora hay mucho más gente trabajando también.
El sistema trata de ser lo más fácil posible, la iniciativa la tiene la escuela rural donde su maestra se contacta con alguna maestra urbana, le pasa la lista de sus alumnos con las edades, en la escuela urbana buscan niños que quieran sumarse al proyecto y se empiezan a escribir cartas. Tenemos todo el apoyo del Correo, por el que tenemos un sistema que es gratis en el envío de las cartas, las que son escritas en manuscrito y en cursiva, si fuera posible. Hay bastante material que respalda la idea que cuando se escribe de esa manera fluye más la parte de los sentimientos y las cosas más profundas que cuando se escribe en imprenta. Las cartas de los niños son personales, la cosa es entre ellos, si bien pueden pedirle a la maestra que los guíe un poco sobre la forma de organizarse. Y si la maestra quiere saber qué se escriben entre los chicos, tiene que pedirles permiso y preguntarle al niño si desea compartir la carta.
La idea es mantener en el tiempo este proyecto, como forma de achicar la brecha campo-ciudad, generar confianza, y por otro lado, para los niños rurales aumentar la autoestima, que vean que la ruralidad es un valor, porque ellos tienen una cantidad de cosas que quizás los niños no sepan y está bueno que tengan conciencia de ello. Para los niños urbanos también es interesante. Aunque parezca mentira, el tema de escribir una carta les encanta y luego llega la ansiedad de recibir una, se ponen como locos. Luego dependerá de cada maestra que esa ansiedad la canalicen para que sigan escribiendo y que además manden algún recuerdo. Eso es a grandes trazos, es una estructura muy liviana y poco burocrática, donde las maestras mantienen informada a la Inspectora que están llevando adelante este proyecto.
– ¿Qué edades tienen los chicos que están en este proyecto?
– De pre escolar a 12 años.
– ¿Son muy chicos como para pensar que puedan generarse vínculos?
– Seguramente se formen, la idea es no ponerle mucha energía exterior para que se vaya decantando y se queden solo los que tienen interés. No se trata de una tarea. Incluso los preescolares hacen un dibujo, luego le cuentan a un niño más grande qué es lo que quieren decirle al otro niño y los más grandes le escriben atrás del dibujo lo que le dicen.
– Más allá de ser cartas personales, ¿se tiene alguna idea qué es lo que se cuentan?
– En realidad he tratado de no saber cómo sigue la cosa, es un gusto que me estoy dando y ver más adelante un poco los recorridos. Quiero que sea una sorpresa para mí.
– Es algo extraordinario ver cómo en tiempos de la inmediatez de las redes sociales, que los niños esperen con ansiedad la llegada de una carta del Correo.
– Sí, sí, eso es brutal, pero sobre todo ver cómo se enganchan. Incluso cuando la maestra les presentó la idea de hacer este proyecto, uno de los niños dijo, “y por qué no mandamos un WhatsApp”, y otro le dice, “y por los sentimientos”. Inés es una maestra muy especial, vive en Laureles y está de Directora. Se ganó una beca Fulbright con la que viajó a Estados Unidos, ahora vienen a Laureles maestros americanos. La fuerza que le pone ella hace que las cosas caminen. Y esta propuesta se está repicando, primero en el grupo que ganó la beca Fulbright, y ahora lo estamos haciendo de boca en boca y está generando expectativas en todo el país, por suerte. La idea que tenemos sobre fin de año es poder hacer un encuentro nacional donde los niños se reconozcan, se den un abrazo y compartan una comida, eso sería lo ideal.
Recuerda con mucho cariño su participación como alumna y habla con admiración de la escuela rural.
Sara Ferreria ex alumna de escuela No.52
Sara Ferreira creció en el medio rural tras lo cual se radicó en la ciudad de Salto por temas laborales. Luego de algunos años su amor por el campo la llevó nuevamente a vivir en aquel medio.
Es de esta forma que vivió la experiencia como alumna de escuela rural , experiencia que hoy revive con sus dos hijos de 7 y 11 años.

Para Sara la escuela rural, padres y alumnos conforman una familia por el acercamiento que implica ya sea por ayudar en las necesidades de la escuela o simplemente por el cariño que se le toma a la escuela.
Nos comenta en principio que si bien separan muchos años desde que ella concurrió a la escuela rural con la actualidad en la que son sus hijos quienes lo hacen, no ha cambiado la relación que se genera con el maestro y la idiocincracia de esos niños.
«En mi caso ibamos a caballo a la escuela porque no teníamos otro vehículo para ir, eran 5 kmts.que hacíamos con mis hermanos y hoy le toca a mis hijos concurrir también a la escuela rural. Pese aque pasaron muchos años se mantiene esa idiocincracia de los niños de la escuela rural con otra forma de ser , son más unidos y más inocentes. En el caso de mis hijos tienen dos maestros pero comparten el salón con varias clases , porque cada maestro tienen entre tres y cuatro cursos.»
Sara concurrió a la Escuela No. 52 de Cuchilla de Guaviyú y sus hijos cursan en la Escuela 60.
Sara recuerda la unión que había entre todos » y había mucho más respeto por las maestras ,muy diferente además a lo que se da hoy sobre todo en las escuelas urbanas , nosotros eramos más tímidos ,más unidos.»
La situación de compartir varios cursos en un mismo salón para Sara era normal, «no puedo comparar con otro tipo de clase porque no la tuve , incluso en la primera escuela era una sola maestra para todos porque éramos apenas cinco alumnos ,por eso no sé de otra manera que no sea la de compartir la clase con otros cursos»
En relación a la educación que se imparte en la escuela rural actualmente explica que sus hijos tienen la misma que en las escuelas urbanas » trabajan con la tecnología , trabajan en el programa CREA , tienen acceso a cursos de inglés, clases de ajedrez, pero por otra parte al menos la escuela a la que concurren mis hijos tienen un invernáculo y aprenden a sembrar y a cosechar , saben como estodo el proceso, y lo lindo es que en los recreos juegan todos juntos,no importan las edades ,son muy compañeros, eso siempre ha sido así»
EL MAESTRO ES FAMILIA
La relación entre familias y escuela es de mucha cercanía. «Esa relación es diferente a la de las escuelas urbanas , es de mucha cercanía con el maestro ,los padres concurrimos ,participamos en diferentes eventos. Y además el maestro es muy importante para el niño , ellos idolatran a sus maestros , es su referente ,su ejemplo , es una relación de mucho afecto. Y el maestro con los padres también. El horario de la escuela rural es de 10 a 15 por lo que su almuerzo es en la escuela, y eso también genera un vínculo diferente con los maestros. Yo recuerdo que cuando yo era alumna para mí la maestra era un ejemplo y yo quería ser como ella cuando fuera grande , soñaba con hablar como ella, vestirme como ella porque era un ejemplo que yo admiraba y ahora también los niños tienen admiración por sus maestros.»
Sara comenta que ya desde practicante el maestro se encariña mucho con los niños ,»nuestra escuela tiene practicantes todos los años y luego se le hacen despedidas y ya queda un vínculo de cariño y afecto. El maestro termina haciendo mucho sacrificio porque se compenetra mucho con la escuela . Yo he visto maestros que van a caballo ,cruzan cañadas , se esfuerzan por cumplir con los niños «
APOYOS INSTITUCIONALES
Como integrante de la comisión de padres Sara da cuenta de todos los apoyos que reciben de parte de diferentes instituciones.
«Yo integro desde hace unos años la comisión de padres de la escuela y cada vez que se organiza una fiesta o una reunión todos los padres colaboran ,el apoyo de los padres es fundamental y lo hay «
Las escuelas rurales tienen apoyo de otras instituciones , «la fundación Gastesi -Martinicorena que les da mucho apoyo por ejemplo con el programa de salud bucal, está el Consorcio de Rematadores de Pantalla Uruguay que por tercer año lanza un concurso que el año pasado fue sobre como visualizan los alumnos la ganadería dentro de 20 años y plasmar esa idea en un dibujo, esta escuela participó y ganó uno de los premios el año pasado, asi que hay instituciones interesadas en apoyar las escuelas del área rural. Salto Grande también propone concursos año a año que la ecuela ganó en alguna oportunidad y apoya de otras formas como con un micro de traslado , y la UTU ha participado con los estudiantes de recreación de eventos organizado por la escuela.»
Actualmente hay un proyecto que se llama «De puño y letra» del que la Escuela 60 está por participar. «Consiste en que los niños de la ciudad intercambien cartas con alumnos de la escuela rural porque es una forma de que cada uno desde su lugar pueda conocer la realidad del otro «
Nuestra entrevistada recuerda con mucho cariño su participación como alumna y habla con orgullo y admiración por la escuela rural.