En la Parroquia Nuestra Señora del Carmen fue bendecida la boda de Jonathan Mark Souto Heredia e Irene Carolina Caratti Pereira, siendo acompañados por múltiples familiares y amistades testimoniándoles su afecto.
El templo lució una delicada decoración viéndose en los primeros y últimos bancos baldecitos cubiertos de fresias blancas, mientras que en un ángulo del altar se ubicó bouquet de rosas y lilums blancos con algo de follaje natural.
A la hora señalada llegó Irene en un auto de colección, con la marcha nupcial y del brazo de su papá Luis Caratti ingresó al templo la desposada, vistió modelo de ceremonia de gasa blanco, un solo bretel ancho destacado con una flor de raso, bustier y faja de raso drapeado señala el talle,falda larga de suave movimiento y traine, pequeñas flores adornaban el peinado con trencitas y luego recogido hacia el costado, el ramo de novia lo constituyeron varas de liliums blancos.
Se adelantaron a su paso llevando las alianzas de boda, los niños Ezequiel Souto Márquez y Mariano Caratti.
En el altar la esperaban el novio junto al Padre Raúl Dutra, que fue quien ofició la ceremonia; acompañaban los restantes padrinos James Souto Heredia, hermano del novio y Ana María Heredia, vistió elegante modelo largo en gasa crep en dos tonos de verde, corsage de amplio escote en V destacado un bretel con guía de hojas combinando ambos colores y detalles de perlas y canutillos plateados, la parte contraria diseñado con ancho vuelo al sesgo formaba amplio cuello.
La mamá de la novia Marta Pereira de Caratti vistió palazzo negro y blusón recamado en franjas de lentejuelas al tono, plateado y cobre.
Durante la emotiva ceremonia el hermano del novio leyó un trozo bíblico referente a San Pablo a los Corintios, luego el sacerdote leyó el Santo Evangelio según San Juan, versando en él la homilía, la que fue seguida con recogimiento y atención por toda la asamblea. Finalizado el ritual la gentil pareja fue saludada en el atrio, posteriormente con una reunión social fue celebrado el acontecimiento. Recibieron múltiples y prácticos obsequios, los que pasaron alhajar el nuevo hogar.
En la Parroquia Nuestra Señora del Carmen fue bendecida la boda de Jonathan Mark Souto Heredia e Irene Carolina Caratti Pereira, siendo acompañados por múltiples familiares y amistades testimoniándoles su afecto.
El templo lució una delicada decoración viéndose en los primeros y últimos bancos baldecitos cubiertos de fresias blancas, mientras que en un ángulo del altar se ubicó bouquet de rosas y lilums blancos con algo de follaje natural.
A la hora señalada llegó Irene en un auto de colección, con la marcha nupcial y del brazo de su papá Luis Caratti ingresó al templo la desposada, vistió modelo de ceremonia de gasa blanco, un solo bretel ancho destacado con una flor de raso, bustier y faja de raso drapeado señala el talle,falda larga de suave movimiento y traine, pequeñas flores adornaban el peinado con trencitas y luego recogido hacia el costado, el ramo de novia lo constituyeron varas de liliums blancos.
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Se adelantaron a su paso llevando las alianzas de boda, los niños Ezequiel Souto Márquez y Mariano Caratti.
En el altar la esperaban el novio junto al Padre Raúl Dutra, que fue quien ofició la ceremonia; acompañaban los restantes padrinos James Souto Heredia, hermano del novio y Ana María Heredia, vistió elegante modelo largo en gasa crep en dos tonos de verde, corsage de amplio escote en V destacado un bretel con guía de hojas combinando ambos colores y detalles de perlas y canutillos plateados, la parte contraria diseñado con ancho vuelo al sesgo formaba amplio cuello.
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La mamá de la novia Marta Pereira de Caratti vistió palazzo negro y blusón recamado en franjas de lentejuelas al tono, plateado y cobre.
Durante la emotiva ceremonia el hermano del novio leyó un trozo bíblico referente a San Pablo a los Corintios, luego el sacerdote leyó el Santo Evangelio según San Juan, versando en él la homilía, la que fue seguida con recogimiento y atención por toda la asamblea. Finalizado el ritual la gentil pareja fue saludada en el atrio, posteriormente con una reunión social fue celebrado el acontecimiento. Recibieron múltiples y prácticos obsequios, los que pasaron alhajar el nuevo hogar.
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