El nuevo gobierno nacional que asumirá la conducción del país tendrá una gran deuda con el departamento de Salto, deuda que no es diferente a la que se mantiene con otros departamentos del país.
Nos referimos al tema de la seguridad o mejor dicho a la inseguridad que carcome tanto al departamento como al país en su conjunto.
Algunos de los hechos registrados en los últimos días son una prueba más de la situación que se vive. El asesinato a mansalva de un anciano de 80 años, acostumbrado a vivir en la tranquilidad de su hogar semi rural en camino al puente de Salto Grande, nos da la pauta de la situación que se enfrenta y a la que innegablemente no hemos sido capaces de leer debidamente.
No dudamos de la existencia de algunos problemas sociales presentes en la situación, pero no en todos los casos.
No dudamos de la incidencia de las drogas, esencialmente de las más pesadas.
Pero ojo, no nos quedamos con esta visión romántica de creer que todos los que delinquen son “empujados” por la situación.
Siempre hemos sostenido que para opinar sobre este tema, no se puede hacerlo sin haberlo vivido. Quienes han padecido hechos vandálicos y sobre todo asesinatos, copamientos o rapiñas en la familia, seguramente tienen determinada opinión, que pretende erradicar “de raíz” este tema con la consabida ley del Talión (ojo por ojo, diente por diente).
Creemos que no es la solución debida, porque aún en el caso de que se lograra erradicar a todos estos delincuentes, sacándolos de las calles, de no cambiar algunas situaciones de fondo solo haría falta el transcurso de algunos años para enfrentar la misma situación.
Desde estas columnas nos hemos cansado de reclamar medidas más efectivas contra los delincuentes, desde el pasaje del río hasta el ingreso por la frontera seca. Es que al decir de gente que está en la cuestión, Salto “es una viña” para la venida de delincuentes regionales corridos de otros lugares.
Pero no nos equivoquemos. Algunos consideran que hay represores incorruptibles, que no pueden ser tentados y esto es un grave error. La prueba está en lo sucedido recientemente en Artigas, donde se probó y procesó a un integrante de la Policía Republicana, chofer del PADO en Montevideo, al probarse que se había encargado de la “logística” para la rapiña a un cambio del vecino departamento, cometido por delincuentes montevideanos que al escribir estas líneas aún no habían capturados.
Al mismo tiempo, informaciones aportadas por la inteligencia brasileña tiempo atrás permite asegurar que algunos de los principales cabecillas del temible comando brasileño autor de verdaderas masacres y hechos vandálicos sin precedentes, han buscado refugio en nuestro país.
Hasta el momento se considera que el Ministerio del Interior es el “panteón de los cracks” políticamente hablando. Esperemos que esta vez la máxima se equivoque, porque en esto nos va la suerte de todos.
A.R.D.
La mayor deuda en el departamento
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/6a80
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/6a80