eamos claros, sin caer en alguna barbarie argumental propia de lo antojadizo. Porque después de todo, cuando un equipo alcanza determinada recompensa, suelen manejarse argumentos a veces más propios del amor que de la razón. O de las pasiones encendidas, en detrimento del cálculo analítico. Entonces, ahora que Ferro Carril asiste a la consagración en el Campeonato del Interior, válido que en tiendas albinegras se convoque a la magia de lo emotivo, pero en tanto, un pensamiento tendría que aflorar. El mismo pensamiento-valoración, a partir de la siembra de Ferro. Un título que potencia al fútbol salteño, que lo inserta en un estamento superior al de los últimos años, donde la sombra de la frustración se convirtió en aliada de los convencidos respecto a que “por esos lares de Salto, la competencia es fuerte en lo interno, pero la quedan afuera”.
Los antecedentes después de todo, cimentaron esa convicción. Salto Uruguay en 1966 (cuarenta y tres años atrás) de la Liga Salteña y 18 de la Liga Agraria en 1979 (treinta años atrás)… lejanos en la historia.
Asimismo los seleccionados sin prosperar mayormente. Por eso, la historia de los últimos años, no menos que terminante para dejar en claro las dudas competitivas del fútbol salteño fuera de casa. La verdad es esa.
ESO DE VOLVER
A EMPEZAR…
Por una razón esencial, en el calendario de los tiempos: hasta la década de los 70, el fútbol salteño alcanzó determinada dimensión. Después, el ocaso. Solo el Campeonato del Litoral en 1994, quebró tanto silencio acumulado.
Por eso, esta consagración de Ferro Carril, era por sobre todo NECESARIA PARA EL FÚTBOL SALTEÑO. Le hace bien al fútbol de Salto. A sus clubes, a sus jugadores.
Pero conste, lo peor que puede suceder es que a partir de este Ferro, ninguna pretensión de continuidad se produzca.
¿Es posible más Ferro u otros clubes-equipos que empuñen la bandera?.
¿Es solo una cuestión de dinero como base de lanzamiento o sentido organizativo?. Cuánto importa el criterio colectivo para alcanzar bríos de dignidad y perspectivas de evolución real?.
Interrogante básica: ¿tantos años que vendrán para una vuelta olímpica o el fútbol salteño es capaz de acentuar un tiempo de protagonismo auténtico y vital?. ¿Es posible generar una nueva imagen?.
¿Es posible que esta plaza se asiente sobre pilares de mejoramiento general o caso contrario, el dominio otra vez de quienes nunca levantan los ojos al cielo?.
Ese es el tema. Ser o no ser… ¿hasta dónde?.
De lo que no hay dudas: Ferro rescató una gloria extraviada, para este fútbol salteño amargamente postergado de los últimos años. La validez de Ferro Campeón del Interior es incuestionable. El presente gratifica y recompensa. Y el mañana… ¿qué mañana?. ¿O de aquí, a 43 años más?.
-ELEAZAR JOSE SILVA-
