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sábado, 15 de febrero de 2025
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La democracia amenazada

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Muchas veces hemos escuchado decir que los uruguayos podemos quedarnos bien tranquilos, porque el narcotráfico no ha ingresado ni ingresará jamás en nuestro país porque existe un sistema político infranqueable.

Es un error garrafal y los hechos que se van descubriendo cada vez más, así lo demuestran. No podemos sentirnos seguros porque es la mejor forma de entregar un país al narcotráfico.

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No podemos ignorar el gran poder de corrupción del narcotráfico que maneja cuantiosas sumas de dinero y en esto callar o ignorar es otorgar, conceder impunidad a quien se mueve en el mundo delictivo.

Que nadie se haga el distraído, comenzando por el parlamento, porque es allí “donde se juega buena parte de este partido”, cuando las leyes y otras disposiciones, debidamente establecidas y controladas son capaces de representar un obstáculo a toda actividad ilícita. Simplemente dilatarlas o ignorarlas “es jugar para el cuadro contrario”

Cuando faltan controles suceden caso como el que trascendió recientemente. Se pasó abruptamente de 8 casos de prisión domiciliaria, primero a 46 y en lo que va del presente año a más de 50.

Lo peor de todo esto, es que a nadie le ha llamado la atención este aumento explosivo, porque es “vox populi” que las penas establecidas por el sistema judicial son cada vez más permeables.

Con esto no pretendemos sumarnos a quienes sostienen que esto se arregla endureciendo las penas o metiendo más gente en prisión, sino que lo que decimos es que todo aquel que delinque o hace algo fuera de la ley debe ser debidamente sancionado.

Procurar que las penas sean cada vez más “blandas” o “permeables” buscando las formas de reducirlas, es atentar contra el propio sistema democrático y vaya si actualmente este tema no está en el tapete.

Por este camino pronto estaremos a merced de los corruptos. A merced de quienes piensan que todo se lo arregla con dinero, ya sea pagando una multa o comprando la voluntad de quien ha llegado a ocupar una banca.

Opinar que el Uruguay estamos a salvo es de una ignorancia total. Uruguay no es una isla y por lo tanto quienes están todo el día pensando en cómo erosionar el sistema establecido para controlarlos, pueden “trabajar” tranquilos porque saben que de lograr erosionar el sistema de un país, que se siente “infranqueable”, estarían tranquilos.

No cometamos ese error y mantengámonos alertas, por aquello de que “el diablo no duerme…”

A.R.D.

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