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La carne certificada como Angus en Argentina pasa a ser Marca País

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Diario EL PUEBLO digital
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Con motivo de la edición de la 80° Expo Angus de Otoño Indoor se ha presentado el acuerdo entre la Secretaría de Turismo de Argentina y la Asociación Angus por el que la carne certificada de esta raza de vacuno será considerada como Marca País.
La Marca País Argentina es una política de Estado que busca posicionar a la Argentina en el contexto internacional mediante sus factores diferenciales, tradiciones, cultura y productos, entre otros segmentos. Es una herramienta de gran utilidad para la construcción de la identidad argentina en el mundo.
El acuerdo fue firmado por el presidente de Angus Alfonso Bustillo, y por Yanina Martínez, secretaria de promoción turística de la Nación.
Martínez señaló que “para nosotros Angus es una Asociación emblema, con una trayectoria de más de 100 años trabajando en mejorar la calidad de la carne argentina y de sus ejemplares, por lo que este sello distintivo es un aporte más de valor a una entidad que apuesta al desarrollo argentino en la exportación. Esta alianza estratégica público-privada es muy importante y un orgullo poder darle hoy la calidad de Marca País, distinción que no se la damos a cualquiera, si no a quienes cuentan con determinados requisitos como cuestiones vinculadas a la sostenibilidad, innovación, generación de puestos de trabajo y trazabilidad de productos, entre otros”.

Aumenta el consumo per cápita de carnes
El consumo total de carnes bovina, aviar y porcina por habitante en Argentina podría ubicarse en torno a 115,2 kg en el año 2023. De ser así, representaría una mejora del 4,2% respecto al año anterior, y se alcanzarían niveles de consumo cercanos a los del año 2017. Por otra parte, cada habitante consumiría en 2023 un total de 4,0 y 3,4 kg por encima de los promedios de los últimos 5 y 10 años, respectivamente. Esta estimación, publicada en la Bolsa de Comercio de Rosario y que recoge datos hasta el mes de marzo, se realiza en base a los datos de consumo de carnes proporcionados por la Subsecretaría de Ganadería y Producción Animal, de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP).
La composición de la dieta cárnica del habitante promedio sería: 46% de carne bovina, 39% de carne aviar y 15% de carne porcina. La proporción de carne bovina habría aumentado 2,3 puntos porcentuales respecto al 2022, alcanzando niveles cercanos a los de 2019. Una manera interesante de analizar el consumo de carnes a lo largo del tiempo es comparando el porcentaje que se consume de carne vacuna contra el de sus sustitutos, cerdo y pollo. Puede observarse en el gráfico que desde el año 2002 la primera ha ido perdiendo representación en la canasta de consumo, siendo reemplazada por las otras dos fuentes de proteína animal, cuestión que ya ha sido analizada en ediciones previas del Informativo Semanal. En el 2016 el consumo bovino empardó con los sustitutos, y desde entonces representa menos de la mitad de toda la carne que se come anualmente en las mesas argentinas. Sin embargo, en los últimos 2 años la tradicional carne vacuna ha recuperado parcialmente su participación relativa, subiendo dos puntos.

Otro indicador de interés para este análisis es ver la evolución de la capacidad adquisitiva de los salarios en términos de carne. Para esto, se utilizan promedios anuales de las remuneraciones brutas desestacionalizadas, informadas por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), y se dividen por la media anual del precio del kg de asado para el mismo período, relevado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). De este modo, la remuneración bruta promedio del sector asalariado alcanzaría para comprar 163,5 kg de asado en el 2023. Este dato indica una recuperación respecto del piso relativo alcanzado en 2021, cuando el poder de compra de los sueldos era de 134 kg, y puede ser uno de los factores explicativos del incremento en el consumo cárnico que se viene experimentando este año.
Sin embargo, es importante mencionar que, a pesar de ser una recuperación en el corto plazo, el poder de compra de las remuneraciones en términos de carne todavía se encuentra casi 10 kg por debajo del promedio de los últimos 10 años. Otra variable que resulta de interés para explicar la dinámica de los diferentes consumos cárnicos es la relación que existe entre el precio de la carne vacuna y el de sus opciones sustitutas. Para ello, se computa un indicador que calcula el precio relativo entre la cotización de la carne vacuna, medida por el kg de asado, y la de las carnes sustitutas, conformado por un mix compuesto por 0,5 kg de pollo entero y 0,5 kg de pechito de cerdo. Los datos provienen del IPCVA.

Se observa que desde 2021 la carne vacuna se ha abaratado relativamente en términos del mix de pollo y cerdo: mientras que en 2021 se podían comprar 2,1 kg de mix con lo que salía 1 kg de asado, en 2023 esta cantidad bajó a 1,9. Sin embargo, puede afirmarse que la carne vacuna aún está cara si se la compara con el promedio de los últimos 10 años, que es de 1,7 kg.

           Eurocarnedigital
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