El empate 0 a 0 de San José, en su feudo del Estadio «Casto Martínez Laguardia», en la noche de los bríos ofensivos limitados, a tal punto que los 90′ de juego, rescatable solo tres o cuatro situaciones de gol. No más que eso, en medio de tanto cuesta arriba a la hora de articular fútbol y llegar.
Los colegas maragatos, se convencen a pie puntillas:» El equipo ofrece mejor respuesta en calidad de visitante». Lo cierto es que para el Director Técnico, Miguel Calandria, no fue una semana más en los entrenamientos, a la luz de un imperativo: suplir con la más rentable fórmula individual, las ausencias de Ernán (¡sin «H» en este caso!) y Maxi Britos.
Las informaciones que llegan desde San José, apuntan a dos nombres para que Ramón Rivas por estos lares, lo vaya teniendo en cuenta: Sebastián Cabo y Juan Manuel Gómez. Si de Gómez se trata, es sanducero, pasó por algunos equipos menores de Montevideo y no jugó por lesión en el juego de ida. Frente al alejamiento de Pablo Cabrera (se enroló en el fútbol de República Dominicana), el delantero «pay» es el que ha buscado sustituir aquella dimensión ejecutiva de quien ya no está. Desde el propio MIGUEL CALANDRIA, la exposición argumental no ha faltado, «porque es momento de demostrar que estamos vivos y que el empate de local, tampoco es un mal resultado. Después de todo, estamos a tan solo un gol de ser finalista».
El DT fue parco para juzgar a Salto, »sobre todo porque no es fácil para ningún equipo en el mundo, quedar con un jugador de menos a 10 minutos del inicio. Uno como técnico lo sabe. El plan que se tiene puede descompaginarse. El empate nos sigue igualando a los dos con respecto a la chance».
A comienzo de los años 70, Miguel Ángel Calandria fue uno más en Cerro de Montevideo y compartió el plantel superior, con dos futbolistas más del Interior, que dejaron una intransferible huella en el tiempo: el tacuaremboense Felipe Galarragad y el salteño Éver Hugo Almeida.
Ahora como DT en San José. Viene al Dickinson. Con el fuego que no se apaga.
El empate 0 a 0 de San José, en su feudo del Estadio «Casto Martínez Laguardia», en la noche de los bríos ofensivos limitados, a tal punto que los 90′ de juego, rescatable solo tres o cuatro situaciones de gol. No más que eso, en medio de tanto cuesta arriba a la hora de articular fútbol y llegar.
Los colegas maragatos, se convencen a pie puntillas:» El equipo ofrece mejor respuesta en calidad de visitante». Lo cierto es que para el Director Técnico, Miguel Calandria, no fue una semana más en los entrenamientos, a la luz de un imperativo: suplir con la más rentable fórmula individual, las ausencias de Ernán (¡sin «H» en este caso!) y Maxi Britos.
Las informaciones que llegan desde San José, apuntan a dos nombres para que Ramón Rivas por estos lares, lo vaya teniendo en cuenta: Sebastián Cabo y Juan Manuel Gómez. Si de Gómez se trata, es sanducero, pasó por algunos equipos menores de Montevideo y no jugó por lesión en el juego de ida. Frente al alejamiento de Pablo Cabrera (se enroló en el fútbol de República Dominicana), el delantero «pay» es el que ha buscado sustituir aquella dimensión ejecutiva de quien ya no está. Desde el propio MIGUEL CALANDRIA, la exposición argumental no ha faltado, «porque es momento de demostrar que estamos vivos y que el empate de local, tampoco es un mal resultado. Después de todo, estamos a tan solo un gol de ser finalista».
- espacio publicitario -![ASISPER]()
El DT fue parco para juzgar a Salto, »sobre todo porque no es fácil para ningún equipo en el mundo, quedar con un jugador de menos a 10 minutos del inicio. Uno como técnico lo sabe. El plan que se tiene puede descompaginarse. El empate nos sigue igualando a los dos con respecto a la chance».
A comienzo de los años 70, Miguel Ángel Calandria fue uno más en Cerro de Montevideo y compartió el plantel superior, con dos futbolistas más del Interior, que dejaron una intransferible huella en el tiempo: el tacuaremboense Felipe Galarragad y el salteño Éver Hugo Almeida.
- espacio publicitario -![UNICEF]()
Ahora como DT en San José. Viene al Dickinson. Con el fuego que no se apaga.
- espacio publicitario -![Bloom]()
