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domingo, 11 de mayo de 2025
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Hoy: Poemas de Juvenal Torres

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Diario EL PUEBLO digital
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(2da. Parte)

El pasado lunes dedicamos esta página enteramente a compartir poemas del salteño Juvenal Torres, que vive en Mercedes y ha publicado ya varios libros de poemas. Pero como decíamos la semana anterior, en este 2023 ha decidido reunir buena parte de esa producción, además corregida, en un solo volumen titulado “AZUCENAS”.

Vale la pena hoy hacer una segunda entrega de textos de este libro, cuya lectura recomendamos, muy especialmente para que el lector pueda observar el intenso trabajo que hace Torres con la poesía, en una constante búsqueda o exploración en diferentes formas, ritmos, modos de puntuación, estilos.

Recordemos una vez más que este poeta nació aquí en Salto, en el año 1938. Durante años se dedicó a la jardinería (vivero de producción y venta de flores, plantas de jardín y forestales). En 1958 se fue a trabajar y estudiar a Montevideo, donde se recibió de Contador Público. A fines de 1968 se trasladó a Mercedes, ciudad en la que reside.

QUEDA EL CREPÚSCULO

Pasaron siglos/ se ha borrado

el camino./ Queda el crepúsculo.

****

La noche escucha / rasguños

de hojas secas / que el viento lleva.

****

Las aguas cierran / los surcos

de mi barca. / Ni espuma queda.

****

Vagas estrellas/ miran con

ojos turbios / la densa niebla.

****

Mi grillo rasca / sus patas en

el canto/ de su nostalgia.

****

Setiembre libra / al aire los

aromas / de añejos días.

****

Vive el letargo / la roca gris

que asoma / su lomo lánguido.

****

Viste el ocaso / de lilas

melancólicos / su cuerpo flaco.

****

Toca la brisa / en su flauta

de acacias / la queja antigua.

****

El viejo mirlo / en su neblina

anuda / penas con lirios.

****

Ya nunca olvidan / los charcos

que pisaron / los pies descalzos.

****

Ir por la savia / del naranjo,

saber / de mieles ácidas.

****

Parra desnuda / a tus brazos

se aferran / las hojas mustias.

DE LOS ATARDECERES

Golondrinas perdidas que regresan

a decir los murmullos de las noches

calladas de los ríos que renuevan

mientras las sombras

los confusos vapores del abismo

sus reparos sus ínfulas sus bromas.

Ayer fueron las obras pequeñísimas

los silencios de invierno

la noche y su poema

el secreto escondido

las azucenas

los reflejos opacos y amarillos

y las prolongaciones: lumbre lenta

que se apaga en la tarde que se tarda

de gusto en el poema

final que aún no acaba.

Soportes de la huida torpes ecos

del oscuro desvelo en la espesura

Disparos derivando laberintos

prédicas perimidas juramentos quebrados

retoños de mil árboles distintos.

Trizas de trozos trazas fe baldía.

Llanuras brechas hondas.

invertebradas cimas

soledades redondas.

O acaso pasos rotos dolor largo

destartalados dogmas soles negros

flechas lanzadas a improbables blancos

avideces amores náuseas pétalos.

Quizá intuyan un poco del abrazo

y un algo de la pena.

Destemplados rezongos que regresan.

Paz de mares revueltos.

Banalidades serias.

Están y me contienen

me crean me recrean

encubren mis carencias me cuestionan

me alientan.

Me consienten y son mis despertares

mi jarra de agua fresca mis tropiezos

mis júbilos mis ímpetus. Mi puerta

a la exacta razón de mis ensueños.

Mi querida condena.

Mis desamarres. La fe en mis mitos

mis trágicos mohines de comedia

mis ojos sorprendidos

mis liturgias confusas de leyenda

mis escoltas mis duelos mi sentencia.

Mi cielo de papel.

Mis azucenas.

OCURRENCIAS

Fueron y son peregrinos

prismas de orgullos deshechos,

fracasos de pocos brillos,

elegantes desperezos.

Fueron y son fuegos fríos,

bromas del fecundo cero,

hoyos negros del olvido,

alabanzas del recelo.

*****

Los silencios mejores

atesoran secretos de la sombra.

(Que pocos quieren ver,

que pocos nombran.)

*****

Los trémulos ríos entrañan y

extrañan la paz de los lagos.

(Nostalgias de regazo).

*****

El olvido de todo, el hundimiento,

el hueco. La libertad total, intacta,

pura. La busca sin final y sin comienzo.

(Sin timón y sin brújula. Sin lazos,

sin afectos.)

*****

Buscar entre las aguas fugitivas,

escrutar en sus turbias nitideces,

en sus límpidas ciénagas.

(Dejar allí precarias permanencias).

*****

El ímpetu ya estaba en aquel fuego,

que después se hizo lava, musgo,

liquen, suelo, hierba… palabra.

(Para volver por ella a aquellas

llamas).

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