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L a mística de ser salteño

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¿mito o realidad?
¿en qué consiste? Qué significa?

Con la psc. Ana Claudia Acosta
Para comenzar este artículo es necesario determinar algunos conceptos que van a contribuir al entendimiento de lo que se considera la “mística” de un lugar, la esencia de ser salteño.

¿Qué le da identidad a un lugar?
La identidad de un lugar es considerada como una subestructura de la identidad de “self”, de cada sujeto, y consiste en un conjunto de cogniciones referentes a lugares o espacios donde la persona desarrolla su vida cotidiana y en función de los cuales el individuo puede establecer vínculos emocionales y de pertenencia a determinados espacios.

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¿Qué es el sentido de pertenencia?
El sentido de pertenencia o sentimiento de pertenencia es la identificación subjetiva que un individuo experimenta respecto a un grupo, una organización o una comunidad, en donde se siente cómodo, bienvenido y/o aceptado, es decir, en donde siente que pertenece.”
Vamos a hacer un poco de historia, para empezar a adentrarnos en lo que significa ser salteños, para ello hay que remitirse a los registros históricos, aportados a nivel documental, hoy en día brindados a través de medios digitales y públicos que se pueden recabar de los buscadores en línea, avalados por historiadores.

Un poco de historia…
La primer fundación en territorio de Salto fue el fuerte español de San Antonio del Salto Chico fundado el 8 de noviembre de 1756 y abandonado poco después. Fue restaurado en 1768 y al año siguiente trasladado hacia la costa argentina del río Uruguay. La ciudad de Salto comenzó a formarse a partir de un campamento militar portugués en 1817, siendo elevada en el 8 de junio de 1863 a la categoría de ciudad. El departamento fue creado el 17 de junio de 1837 en territorios que antes pertenecían al departamento de Paysandú, e incluía en sus inicios al actual departamento de Artigas Salto había sido República Independiente durante 33 días, desde el 13 de setiembre hasta el 16 de octubre de 1855, dato anecdótico que invito a que puedan recabar mayor información. Salto (también denominada Salto Oriental) es la ciudad capital del departamento de Salto, Uruguay. Se ubica a 498 km de la ciudad de Montevideo (por rutas 1 y 3) sobre la margen oriental del río Uruguay, frente a la ciudad argentina de Concordia, con la cual tiene un fuerte vínculo histórico, existiendo conexión carretera y ferroviaria a través de la represa Salto Grande.

Esta ciudad se llama Salto porque, antes de construirse la represa de Salto Grande, el río Uruguay formaba un extendido salto (llamado Ytú, en guaraní) producto del afloramiento de rocas en su lecho. Para continuar con un poco de historia, se trata del Himno a Salto que fuera estrenado por el Coro Cantares, dirigido por la Profesora Amalia Zaldúa, en el II Festival Cantares, llevado a cabo en la Catedral de Salto, el 27 de setiembre de 1980.


Himno a Salto
Sobre colinas suaves levanta su caserío
la urbe salteña, la del innato porte gentil;
la urbe salteña fragua y antorcha-,
la desposada del porvenir.
Hechura ha sido de pertinaces trabajadores
de los que forjan al hondo impulso del corazón
el fruto ha sido de esfuerzo y lucha
pero hay en ella gracia de flor.
Logren tus hijos, cual tus ilustres antepasados, lauros y lauros para tu frente, noble ciudad;
en convivencia siempre armoniosa
la ruta sigan del ideal.
A todos brindes bondad fluente como tu río;
en tu área toda nadie carezca de pan y luz, ciudad de Salto, todos te admiren amparadora como tu cielo limpio y azul.
Sobre colinas suaves levanta su caserío
la urbe salteña, la del innato porte gentil;
la urbe salteña fragua y antorcha, la desposada del porvenir.
El centro de la ciudad se encuentra a unos 18 km (por ruta) al sur de la represa de Salto Grande y el embalse que forma esta. La ruta nacional 3 es la principal vía de comunicación de Salto con el resto del país. El aeropuerto Internacional de Salto se encuentra a 3 km al sur de la ciudad.

¿Cuál es la característica de Salto Uruguay?

Se caracteriza por ser uno de los principales productores de carne bovina; y es el primer productor de carne y lana ovina del país. En la horticultura intensiva se destacan los cultivos de tomate, morrón, y frutilla. En el rubro Salto es el principal productor a nivel país.


¿Qué caracteriza al Salteño?
En términos psicológicos se puede expresar que el Salteño utiliza muchos “neologismos” (Palabra o expresión de nueva creación en una len-gua. “Los neologismos pueden surgir por composición o derivación, como préstamo de otras lenguas o por pura invención). Hay invenciones que son puramente salteñas, que compartiré a continuación, y que seguramente el lector po-drá agregar tantas otras que vengan a su mente, dada la riqueza que existe en nuestro departamento en relación a la temática, incluso existen palabras que según la entonación pueden gene-rar otro sentido opuesto al que expresa, y según el contexto que se emite producir la conducta contraria al significado establecido a nivel del diccionario de la Real Academia Española, todo esto hace que quien viene a visitar la ciudad, o cuando un Salteño viaja a otra ciudad, y ni que hablar a otro país, se note este lenguaje tan particular, tan salteño. Cabe destacar que se puede acceder a diccionarios de salteñismos, aportados por algunos autores que trabajaron para su elaboración y publicación en medios digitales y formato papel. Aquí van algunas palabras: Análi. Sust. Estudio realizado a una persona para descubrir o profundizar sobre las causas de un síntoma o enfermedad. No varía en plural.

Sinónimo: Análisis.
Ancla. Parte de la moto o bicicleta que sirve para mantenerla parada.
Andar fino. Realizar una determinara tarea con gran rendimiento: “Ando fino pa ́ la tosca”.

Cumple la función de negación, o de “marca de la ironía”, denunciando que el adjetivo que viene después debe ser interpretado como su antónimo. “Bien chico te queda ese sombrero” (El sombrero le quedaba grande) “Bien fea está tu vecina” (La chica era muy atractiva) “Bien cerca vivís vos” (A uno que vive lejos). Bien poco. F. adv. de modo. Mucho, en grandes cantidades, a mansalva, a granel, a cara de perro. “¡Pero bien poco habla tu suegra!” “¡Bien poco tira el guante!”
Bolazo. sust. Juicio asertivo que se emite sobre una materia que se desconoce: “Agachate que pasa el bolazo”; “¿Te dijo que tiene estancia? ¡Terrible bolazo!”
Bolacear. V. int. Arremeter a fuerza de bolazos contra la cándida credulidad de nuestro incauto interlocutor. No siempre implica la conciencia de estar bolaceando.
Bollo. Sust. Bizcocho de industria básica y poco refinada elaboración, cuya principal virtud es la ecuanimidad y el equilibrio sabor precio. Fig. Persona que no desempeña su tarea con éxito: “Ese arquero es un bollo” o también, tarea ex-tremadamente fácil de desempeñar: “El examen fue un bollito”.
Bujía. Lámpara o bombita de luz “Prendé la bu-jía”
Caliburato. Sust. Bebida alcohólica, por lo gene-ral de alta graduación y bajo precio.
Calor. Su acepción es la misma que en el resto del mundo, pero en Salto lleva artículo femeni-no “ ́Ta brava la calor y el mormazo”
Clavar la uña. Huir de un lugar o situación (véase dejar el pozo, taparse ́e bicho, pelarse como un tejo).
Colero. Gomita para el pelo.
Cuchilar. En primer lugar, refiere a la abundan-cia de algo “En el río cuchilan los jejenes”. Por otro lado, también es una siesta corta “Me viá echar una cuchiladita y sigo”
Cururú. Señor Sapo, que se hace amigo de las familias en las noches de verano, cuando sale a alimentarse de los insectos, que en esa época, cuchilan. Cuentan en el campo que se los ha vis-to fumar tabaco criollo.
Cuyanito. Desaparecida marca de alpargatas con suela de goma.
Chaira. Cansancio, agotamiento físico y mental. Chante. Juego similar al tejo, pero que se juega usando un Manero, y no tiene cancha delimitada. Muy útil para recorrer trayectos largos sin aburrirse.
Chino. Grosero, ordinario, maleducado. Chopp. Sust. Cerveza que al principio es de un litro, pero puede terminar siendo de 10 o 12. Chuleta. Corte de carne. En Mdeo “Costilla” Dibujado/a. Yapado/a.
Dejar el pozo. Huir de un lugar o situación (véa-se clavar la uña, pelarse como un tejo, taparse ́e bicho).
Doblarse. Emborracharse.
Embrollón. Enredador, persona proclive a entreverar siempre algo, de manera de salir beneficiado y en caso de que ello no fuera posible, al menos de perjudicar al contrario. Enchorrada. Aluvión de agua que desborda los cauces de un humilde curso de agua, como ser un arroyo.
Estragar. Desgastar por el uso “No te pongas ese pantalón, que está todo estragado”
Gómito. Sust Desagradable resultado de la extereorizacion de un grave malestar estomacal. Parónimo: vómito.
¡Haceme reír! Indica incredulidad ante los di-chos de un interlocutor.
Lambucear. Llenar de baba un alimento sin llegar a terminarlo (como hacen los bebés, por ejemplo).
Mascarito. Disfraz popular de factura casera usado en el corso de carnaval.

Mormazo. Bochorno. Sofocamiento provocado por el sol y las condiciones atmosféricas extre-mas veraniegas.


Mosca. Persona que siempre anda en la vuelta, que conoce y es conocido por todo el mundo, en distintos lugares. A veces incluye el hábito de “hacerse convidar” constantemente con lo que sea que esté consumiendo el interlocutor de turno. En una esquina del cerro se dio el siguiente diálogo:
Nomedú o Anomedú. Apócope de “No me di cuenta” o “Ah, no me di cuenta”.Cumple la misma función irónica contraria que “No poco”. No poco. Interjección. ¡Efectivamente!, ¡sin dudas!
Pan de cuarto. Pan flauta. Se supone que tiene que pesar 250 grs., por eso es “de cuarto”. Pandorga. Sust. Cometa en general. Cuando es de industria casera infantil y materiales recicla-dos, se denomina específicamente, Tarasca. Se ha constatado su uso en regiones del Paraguay. Pelarse como un tejo. Huir de un lugar o situación (véase clavar lauña, dejar el pozo, taparse ́e bicho).
Plancha. Puede ser tanto flotar en el agua sin moverse, como un electrodoméstico para alisar la ropa, como en todos lados, pero en Salto también puede ser un sandwich caliente. Portalina. Marca de hipoclorito de sodio, que acabó por cederle el nombre, como pasó con el Agua Jane.
Sorongo. Moño, rodete. Peinado muy caractrístico de las bailarinas de danza española. Ta: Quiere decir está, o muletilla luego de cada frase para reafirmarla.
Topa. Juego de niños casi igual a “las escondida” sólo que al terminar de contar se grita, “¡se va la topa”; y cuando se descubre a un competidor se grita: “Topa el André ayatrá del árbol” Topadora. Vehículo de gran tamaño, usado principalmente por las cuadrillas de vialidad de la intendencia para el trazado de calles, o para arrasar con un obstáculo.
Toro. Cansancio, agotamiento físico. Por extensión, también se usa para situaciones de penuria económica “Tirame unas balas, que estoy re entorao”
Tosca. Piedra.
Vayapéise. Literalmente “Vaya a peerse”, al parecer un poco abrasilerado da fronteira. Se usa como negación rotunda ante determina-da propuesta.

Vuelta cambota. Apoyar las manos en el piso y girar sobre la espalda “vuelta carnero” en el resto de los países de habla hispana.
¡Ya era! o ¡Ya era ya! Interj. ¡Pamplinas! ¡No te creo! Suele ir acompañada de “¡Qué hacé nomá!”
Yaga. Pobreza, escasez. “¡Pero yaguita nomá!” Ye. Nombre de la vigésimo séptima letra del abecedario. También “Y griega”.
Zapallito coreano. Calabacín, en Montevideo. Sin dudas que existen más palabras y frases que nos caracterizan, pero no nos darían las líneas para mencionarlas.
¿Qué actividades caracterizan a la cultura salteña?
Sin lugar a dudas, la práctica de socializar los Domingos en la costanera de la ciudad. Sujeto a diversos análisis sociales, el asistir a la ese espacio geográfico, Domingos, e incluso días de semana, y ubicar los vehículos nos frente a otros de cada lado de la calle, es una práctica tradicional que acompaña a las características de nuestra ciudad. Más allá de cualquier mirada analítica desde el punto de vista psicológico, objetivamente es un hecho que se ha instaurado en la cultura popular salteña, que se ha convertido en tradición, y se ha convertido en una de las tantas particularidades que nos caracterizan. Hilando en la historia salteña, por narrativa de abuelos, tíos, y personajes de la ciudad, en antaño en las plazas principales, Artigas y Treinta y Tres, los fines de semana, damas y caballeros giraban caminando y hablando por la plaza, lo que producía un acto social y de interacción, a modo de conocerse y generar así una dinámica de intercambio. Por tanto, la práctica actual, antes mencionada también ha generado los mismos efectos de producir una interacción social con un sentido, que caracteriza nuestra población.
¿Qué significa la “mística” de ser salteños?

Habiendo hecho el recorrido histórico, hasta la actualidad, la mística de ser salteños significa generar un fuerte sentido de pertenencia al departamento, y a sus tradiciones, el cual persiste más allá de tener que distanciarse física y geo-gráficamente del mismo, hay miles de salteños por el mundo, pero por más años que hace que se hayan ido, su sentido de pertenencia siempre está.


Quiero compartir la canción de nuestro querido Víctor Lima.
Adiós a Salto (o Adiós, mi Salto)
(Víctor Lima)(1966)
Adiós, mi Salto, te dije un día
mirando el último naranjal.
Desde una rama del alba verde
me despedía triste un sabiá.
Adiós, mi Salto, te dije un día
mirando el último naranjal.
Casas y lomas, aves y frutas
me despedían quedando atrás.
Hoy el camino tiene mil huellas
para mis ansias de caminar.
Nadie camina mejor, te juro,
que aquel que aprende sobre su andar. Adiós, mi Salto, te dije un día
mirando el último naranjal.
Mi pena en viaje sobre el rocío
te saludaba por no llorar.
Aún humedecen mis lejanías
las aguas dulces del Uruguay,
el cielo abierto de tus otoños
y el aire verde del naranjal.


En suma, lo que caracteriza al salteño es: el asa-do criollo, carne vacuna u ovina acompañada con achuras, es la comida tradicional de todo el Uruguay, también de Salto. Las parrilladas ofrecen esta delicia en modalidad espeto corrido o a la carta. El fútbol, la cultura, los artistas, la educación.
Pensar en la mística Salteña es: llevar el mate y la silla plegable para sentarse en la costa,caminar por “calle” Uruguay para mirar vidrieras, dar una vuelta por el shopping, sentarse en el puerto, comer tortas fritas, cocinar un guiso, hacer una olla popular, ir a una “juntada”, quedar en la costa hasta tarde mirando el río y hablando, y más…todo eso es ser salteño… Para ir finalizando es necesario expresar que quien viene a Salto se enamora de la ciudad, de la gente, de su comida, de sus tradiciones, y vuelven a venir..

Prof. Emilio Guarino:    “Nosotros también tenemos una identidad social que a diario tenemos que afirmarla con actos sencillos”

El profesor de Historia Emilio Guarino también brindó su palabra respecto al tema de este infome. Así conversaba con EL PUEBLO:

-¿Cree que hay un «ser salteño» que se diferencia de otros?

Pienso que sí, por supuesto que hay un «ser salteño», es el que nos enorgullece cada vez que un coterráneo alcanza un logro. También todos llevamos algo propio, particular, con lo que nos sentimos oriundos de esta tierra, para algunos serán escritores, deportistas, figuras políticas, de la música, es muy variado.

-¿Son características de la gente que van cambiando a lo largo de la historia?

Claro, esa identidad propia está relacionada con el momento histórico y si es individual o colectiva, o ambas cosas a la vez, o por los tiempos que corren hasta podríamos decir que la identidad atraviesa un momento de crisis tal vez. Mirá…(revisa materiales, lee): «El sujeto posmoderno es conceptualizado como no teniendo una identidad ni fija, ni permanente ni escencial. Por el contrario, este sujeto posmoderno es formado y    transformado continuamente en relación con las distintas maneras en que los sujetos son representados o interpelados en los sistemas culturales a los que pertenecen». Eso es de Hall, año 1992. Es decir, el sujeto posmoderno es un sujeto que asume distintas identidades en momentos diferentes, identidades que no están unificadas, alrededor de un yo único, la unidad del yo es imaginaria, producto de una narrativa identitaria que le da una coherencia ficticia, narrada.

-¿Nota esa identidad por ejemplo dentro de un aula?

Hablando desde mi experiencia personal, puedo decir que en el aula podés ver que los chiquilínes son producto de esa sociedad descentrada y fragmentada respecto a la identidad o identidades. Sus valores identitarios no están en su entorno, hay una permeabilidad de valores identitarios que van y vienen, ahí la que hace esa dinámica es la globalización quizás. Hay una suerte de confrontación de identidades, y si ampliamos la mirada, aquí entran la lengua, religión, las figuras culturales, símbolos, etc. Eso puesto en un desorden organizado, sería una identidad local, nacional, continental y global. Pero también acá hay un factor que son las tecnologías de la comunicación y la información que hace su parte. Esto ha desatado algunos hechos llamativos donde entran en escena el Estado-Nación, por ejemplo, con medidas que no deterioren su rol como constructor del sentimiento nacional en relación a la identidad como un todo.

-Volviendo a lo salteño específicamente, ¿nota diferencias culturales entre los alumnos de acá y los que tiene o ha tenido en otros lugares?

Hay siempre diferencias evidentes,    es además algo natural y lógico, y juegan su parte en eso que denominamos sentido de pertenencia, que nos da una marca registrada de cómo y con qué nos identificamos, el barrio, el club o clubes, el centro educativo, la capilla o el templo, la murga , la comparsa, etc. Hay una convivencia de identidades que se pone a prueba cotidianamente con la identidad o identidades con que nos identificamos, esto puede producir muchos sentimientos y estados de ánimo muy diversos. La rebeldía, el amor propio, la vergüenza tal vez por querer revertir una situación adversa quizás sea algo con lo que nos identificamos, no sé si hay mística, eso es algo con lo que los pueblos o las culturas buscan afirmar un mito, que quizás nunca existió, a nosotros nos pasa con la “garra charrúa” y me atrevo a decir que también con Artigas. Pero a eso en    otra oportunidad lo podemos abordar a lo de los mitos fundacionales y la identidad del ser uruguayo y salteño, a la misma vez o separados. Desde mi experiencia como salteño, a veces utilizo la ironía o el absurdo cuando me o nos identifican con algo que en realidad no se percibe con nuestra identidad o puede ser una mirada de algo con lo    que no nos identificamos o forme parte mi identidad.

-¿Por ejemplo?

Tengo anécdotas de amigos que son muy salteños y no lo reflejan como tal donde trabajan o viven actualmente…Muchas veces se nos generaliza con una identidad que es ajena, más bien del sur, donde vive más gente y desde donde se ejerce un centralismo hegemónico que pesa y mucho cuando nos ven desde afuera y nos llaman de uruguayos que estamos muy marcados por esa eterna dualidad, de ser del interior o de afuera, con identidades propias y cambiantes. Creo que los valores propios de nuestra identidad como salteños se ven reflejados en los logros y avances nuestros, individuales y    colectivos. También en los errores que cometemos y nos pesa superarlos muchas veces. Hay una enorme riqueza identitaria en nosotros que deberíamos ver bien cómo mejor nos beneficiaría, explotarla o quizás buscar el mejor exponente o representante, pero eso es un planteo que deberíamos hacernos todos como sociedad.

-No aprovechamos nuestras características más distintivas, digamos…

Nos hemos quedado solo en algunos emblemas o exponentes de ámbitos que a veces no llegan a todos, sí lo hacen a nivel regional o nacional pero aquí no tienen el reconocimiento que se merecen o tal vez en el peor de los casos, no refleja nuestra identidad, y con esto no me refiero a personas solo, o instituciones, sino a valores identitarios que están en baja, y no podemos solo echarle la culpa a los cambios o al vecino, debemos y tenemos que ser autocríticos como sociedad de nuestra identidad o identidades que son amenazadas por el descreimiento o la posmodernidad que provocó una sociedad descentrada y una subjetividad fragmentada en cuanto a las identidades sociales. También la identidad o identidades son sostenidas y defendidas por las tradiciones, que ofrecen una resistencia que a veces es permeada por valores identitarios de otras latitudes y son adoptadas y no por eso rompe con la tradición. Nosotros también tenemos una identidad social que a diario tenemos que afirmarla con actos sencillos, la solidaridad, el respeto, el gesto amable, la mano tendida, esa es la identidad que debemos demostrar, pero me da la sensación que no siempre ocurre. En alguna oportunidad pude convivir con extranjeros de distintos lugares y que veían cosas que eran parte de la identidad con la que nos identificamos y sentimos orgullosos, aunque a veces pienso o me queda una sensación distinta.

Para Martín Gamboa, Licenciado en Antropología

La mística salteña se comienza a construir a mediados del Siglo XIX en adelante

Martín Gamboa es Licenciado en Antropología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Universidad de la República). Es docente e investigador en el Departamento de Turismo, Historia y Comunicación en el CENUR Litoral Norte (Sede Salto), Universidad de la República. Desde el año 2018 integra el Sistema Nacional de Investigadores en la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). EL PUEBLO consultó a Gamboa sobre la perspectiva y visión que se tiene desde la antropología al misticismo de los pueblos.

LA IDENTIDAD Y SU DEVENIR

“Todos los pueblos –comenzó diciendo Gamboa- autoconstruyen su identidad en base siempre a un otro. Obviamente que la identidad de un pueblo que tiene que ver con una matriz cultural determinada no es estática sino dinámica. Ahí entramos en el famoso dilema entre la identidad y su devenir. Toda identidad posee elementos de ficción, es decir que en el fondo cada identidad es ficcionada. Esto significa que aspectos como la mística, la fuerza, el orgullo, sobreponerse a condiciones más adversas que pueda generar una cultura en particular a través de sus diferentes relatos no son esenciales, sino que son construidos”.

“Ninguna identidad de ningún pueblo escapa a estos elementos de ficción. Es importante señalar que no existe identidad, en el caso que alguien pueda hablar de mística salteña o de esa fuerza diferente que podrían tener los salteños para sobreponerse a cierta adversidad, subvertir ciertas dificultades, especialmente en los campos que tienen que ver la competencia, pienso en lo deportivo, por ejemplo. Es que no puede haber identidad, obviamente, sin un ‘patho’, sin una forma de manifestar los afectos. Es como el llamado de Aristóteles en la retórica, el pathos”.

“Cuando digo que el problema es entre la identidad y el devenir histórico, obviamente que cuando hablamos de la mística salteña esta no es la misma que, por ejemplo, tenía a fines del siglo XIX, sino que la sociedad cambia y las concepciones sobre determinadas dimensiones de esa sociedad cambian. Es decir que al igual que como la identidad no es algo estático, la cultura tampoco es algo estático, sino que son dinámicos y que devienen”.

“Obviamente que, si tenemos que hacer una genealogía histórica o histórica antropológica de lo que puede ser la mística salteña o esa diferencia que tendríamos los salteños con respecto a los demás departamentos, especialmente contra el centralismo, contra Montevideo tenemos que ir a buscarla desde mediados del siglo XIX en adelante. Ahí es cuando se comienza a construir esto”.

“Y tiene mucho que ver con la matriz productiva que la sociedad salteña que genera un tipo de identidad determinada con una especie de aristocracia vernácula o criolla que otros departamentos no la poseen y que en gran parte, la mística salteña que nosotros podemos concebir en la actualidad tiene que ver con eso. Esto significa que la matriz productiva genera una estructura social determinada que después va a permear, a tamizar a toda la sociedad, y que va a generar eso. Obviamente que esto va cambiando de significación a través de las diferentes décadas. Por ejemplo, lo que se conoce en realidad como idiosincrasia de un pueblo o de una sociedad, es una traducción casi literal del término volkgeist, acuñado por (Johann Gottfried von) Herder, por 1770, que significa espíritu de un pueblo”.

“Hoy en día, el término técnico para designar lo que sería la idiosincrasia de un pueblo y de una sociedad, o el volkgeist, como decía Herder, es el término de cultura. Una característica cultural de cómo se fue forjando la identidad salteña liada a la mística salteña, el orgullo de ser salteño como algo diferente, se encuentra plasmada en una novela que fue olvidada y que es muy interesante, que en realidad es una novela ficción de María Inés Silva Vila, una escritora salteña que terminó su vida en Montevideo. En el año 1969 ella escribe una novela corta que se llama ‘Salto cancán’ donde ella describe ciertos aspectos típicos de la sociedad salteña que no se repiten en otros departamentos”.

“Ninguna cultura, ningún pueblo carece de identidad o de aspectos identitarios, en los cuales obviamente se ven como un espejo, es decir, se auto identifican, y la mística salteña, el orgullo salteño lo que lo hace diferente supuestamente al resto de los otros departamentos del Uruguay, siempre se construye en relación y en oposición a un otro, a otra edad”.

“Hoy en día es importante señalar que no se concibe la identidad desde un punto esencialista, sino desde un punto de vista anti esencialista, ya que toda identidad deviene, está en un constante devenir”, concluyó Gamboa.

Para el Doctor Carlos Orihuela

Siempre fue una característica que Salto se destacara frente al resto del país”

Si hablamos de referentes que tiene la sociedad salteña, no puede dejar de pensarse en el Doctor Carlos Orihuela como uno de ellos, que ocupara destacados cargos en la vida pública más allá de la Lista 1 del Partido Colorado, acompañando siempre a quien fuera en tres oportunidades intendente de Salto, el Escribano Eduardo Malaquina. Es así que EL PUEBLO lo contactó por haber sido un testigo privilegiado durante tantos años del transcurrir de la vida salteña, y en cierta forma también partícipe en algunos momentos de esplendor del departamento, y que tanto orgullo ha sabido tener el salteño de su tierra.

SALTO SE DESTACABA EN EL PAÍS

“La verdad que recuerdo esos tiempos”, comenzó diciendo Orihuela. “Desde que éramos jóvenes y terminada ya la adolescencia cuando entrábamos en la madurez, siempre fue una característica como que Salto se destacaba frente al resto del país, y las comparaciones que se hacían de Paysandú”.

“El fenómeno de las termas, por ejemplo, impactó mucho en un determinado momento. Recuerdo haberme bañado en la primera pileta de las termas del Arapey, que era una chiquitita, y todo el desarrollo posterior que hubo con aquella comisión, y después la explosión de las termas del Daymán. Todo eso con el pasar del tiempo se fue transformando por una serie de razones. El fenómeno termal, por ejemplo, tuvo la aparición de las termas en Argentina, que cambió sustancialmente todo. Me acuerdo que Malaquina era muy riguroso y celoso en el tema de las nuevas perforaciones y se oponía para preservar el acuífero y aquellas riquezas de Salto”.

SALTO BAJÓ EL PERFIL

“Todo eso cambió bastante con el tiempo. En el momento actual, desde hace unos años a esta parte, lo que uno oye y ve, es que lamentablemente Salto ha bajado el perfil de esa belleza que llegó a tener. Hoy tenemos problemas serios con el tema de la basura, en el tema de recolección de residuos, que uno iba a cualquier ciudad, como un hermano que tengo en Melo a quien le pedí que me llevara a recorrer los barrios de allí, aquello era una prolijidad impresionante. Claro, igualmente se trata de una ciudad más chica, pero de cualquier manera, en determinado momento eso fue un impacto. Eso mejoró en gran medida, pero de cualquier manera lo que no ha mejorado y lo que toda la gente dice es que Salto ha perdido ese perfil, como que el estado de las calles y las entradas de Salto, ese problema de los basureros en la Ruta 31, es algo complicado, un tema difícil”.

“De la citricultura podríamos hablar horas de cómo se ha venido trabajando desde hace muchísimos años para tratar de mejorar cada año la producción, y del esfuerzo de tantos salteños para sacarla adelante, pasando por momento difíciles, como cuando se luchó contra el cancro, por ejemplo. También tenemos el tema de Salto Grande, que ha definido gran parte de la región, y que nos ha marcado en el tema de la profunda erosión que el río ha venido haciendo sobre nuestras costas, que además se iba a promover la pesca en el río y desarrollar el riego para los productores hortícolas, bueno, todo eso quedó en el tintero. Pero también hay que destacar que se trata de un organismo binacional, y que del lado uruguayo, una Delegación que hoy está compuesta por personas de Salto y Paysandú, es decir, de la región, liderados por el salteño Carlos Albisu, hoy están realizando un gran trabajo en la búsqueda de soluciones en lo que tiene que ver con la producción y el desarrollo que merece su especial destaque”.

¿VOLVERÁ LA MÍSTICA PERDIDA?

Consultado sobre la posibilidad que esa mística que se perdió del orgullo de ser salteño podría o no recuperarse, el Doctor Orihuela recordó “un cuento que recién se lo hice a mi señora. Vengo en este momento del Club Remeros, tenía un dolor en la cintura y me metí en la pileta de agua caliente. Mirando la entrada del sol y la cantidad de pájaros, los tordos negros, esa imagen fantástica del río, es una belleza, es un privilegio que tenemos y que muchas veces no apreciamos. Yo sinceramente creo que sí, que se puede y se debe ir por ese camino de sentirnos orgullosos de lo que tenemos. Recién comenté que tengo un hermano viviendo en Melo pero que vivió en Salto, que me ha dicho que ha extrañado toda la vida la costa del río, esa belleza que tiene Salto. Todo eso no se muere ni olvida por la erosión ni porque las calles estén feas, es algo natural que está, hay que cuidarlo, mejorarlo, pero tengo fe y soy optimista, a pesar que soy un hombre viejo, que eso es un futuro para Salto, y que está en las manos de los gobernantes, no solo de los intendentes, de todos los grupos políticos”.

Los salteños opinan en la calle…

Una vez más, como en otras ocasiones, para el informe dominical EL PUEBLO quiso tener la palabra de salteños a los que abordó en la calle, espontáneamente, elegidos al azar. Y al preguntárseles cuá-les entendían que eran las principales características de un salteño, esto respondieron:

Juan Luis, 45 años, reparti-dor de comercio:
“Para mí lo característico del salteño son los lugares que va y de los que habla siempre, como las costane-ras, que sirven también para los fines de semana encon-trarse unos con otros. Aho-ra me parece que no tanto, pero en un tiempo se habla-ba mucho de ir a los carritos, que acá sabíamos lo que era, pero si lo decís en otro lado, nadie sabe que son lu-gares de comida en el puer-to. Y después lugares como El Peñón, que íbamos a bai-lar, que era un clásico…”.

  • Carlos, 38 años, maestro panadero:
    “Es evidente que ha cambia-do mucho lo que nos carac-teriza como salteños pro-piamente dicho; hace unos años recuerdo que nos de-cíamos a nosotros mismos que éramos una capital, una segunda capital, y nos creía-mos eso, nos convencíamos (risas)…y hasta nos iden-tificaba creer eso. Me pa-rece que de ahí viene cier-ta fama que tenemos de agrandados o soberbios. Después, quizás porque la comunicación avanzó y fui-mos conociendo otras rea-lidades, no solo de acá sino del mundo, empezamos a entender que cada lugar tiene lo suyo, y que cada lugar es valioso, al menos para quien es de ahí”.
  • Romina, 19 años, estu-diante de profesorado
    “Ser salteño es tener orgullo de lo nuestro, de las termas, de la naranja, de Suárez y Cavani. Y está bueno eso, que cada uno se sienta or-gulloso de su lugar y de las cosas propias…”.
  • Mariela, 46 años, em-presaria:
    “Hay una cosa que observo de los salteños y que me di cuenta que no es así en to-dos lados, viví en Maldona-do y en Montevideo y puedo decir que es un rasgo bien salteño: dejar todo para últi-mo momento, trabajar bajo presión, es decir presionado por el tiempo, llegar tarde… Sé que no es algo bueno ca-paz, pero yo lo veo sí. Aparte lo de siempre, como decir que somos los mejores en la naranja, en las termas…”.

-Nelson, 54 años, ca -mionero:
“Algo que caracteriza a Salto es el calorcito, no hay dudas (risas)…Reco-rro prácticamente todo el país desde hace años y en ningún lado se disfruta tanto el verano como acá en Salto, yo al menos que soy una persona que me encanta el calor.
Obvio que encuentro mu-cha gente que dice al re-vés, que eso es lo peor de Salto, va en gustos de cada uno.
¡Pero ojo!, mirá que hay calor humano también, quiero decir que los sal-teños somos de hacer gauchadas, que eso es algo que se ve cada vez menos en todos lados. Por experienia propia digo, y no es porque yo sea salteño, que en la ruta siempre te va a ayu-dar un salteño, el salte-ño te va a dar una mano, otros no siempre”.

-María Angélica, 50 años, ama de casa:
“Ahora no se me ocurre ninguna, pero hay palabras que sé que son bien salte-ñas, así como al artiguense por ejemplo, o al riverense, lo sacás enseguida por el acento, a nosotros por algu-nas palabras que usamos… El Uruguay es chiquito pero hay grandes diferencias en cómo hablamos. Y las cos-tumbres también, ir a tomar mate a la costa los domin-gos de tarde, no sé si pasa tanto en otros lados, creo que no. No debe ser tan común como acá que todo el mundo vaya como a mi-rar un desfile los domingos en la costa, porque es eso, es como un desfile que los otros miran parados a los costados, adentro de los autos. Sé que antes, salir de nochecita a mirar vidrieras por calle Uruguay era co-mún acá, sería otra caracte-rística del salteño, aunque ya no tanto me parece”.

Juan José, 77 años, jubilado:
“Caracteristicas, las mismas de siempre, que yo recuerde por lo menos…El trabajo en la naranja, que salgan de-portistas muy importantes, que siempre estemos opi-nando de cosas de política, que nos guste competir por quién tiene el mejor auto, o un mejor trabajo, o la me-jor casa, criticar al vecino, me parece que somos un poco envidiosos también, pero entiendo que no es solo de Salto, en otros la-dos vas a encontrar gente así también…”.

  • Ana, 61 años, ama de casa: “Yo digo que el salteño es solidario, al contrario de lo que dicen muchas veces en otros lados. Te doy un ejem-plo, fijate cada vez que hay una campaña para ayudar a una persona enferma o co-sas así, la gente ayuda, cola-bora…Solidaridad, para mí eso es bien de los salteños”.
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