«Horacio Quiroga escribió una vez que el lugar que nos ha visto felices es el mejor de todos.
¿Cómo es ese lugar?
Donde tus pies dieron sus primeros pasos entreverados a una pelota de gajos.
Donde aprendiste que es única la alegría de una tarde compartida con bandadas de niños de rodillas sucias y miradas de ilusión.
Donde sentiste el orgullo de ser «mascota» del plantel de primera, y entendiste la emoción del festejo de un vestuario luego de un triunfo anhelado.
Donde fuiste conociendo el rol de los mayores en los grupos. Y a personas que quisiste para siempre..
Los lugares donde fuimos felices se quedan dentro de nosotros. Ahora es tu nombre el que quedará aquí para siempre, como una guía para los niños y niñas que renovarán, una y mil veces, la simple ilusión de jugar.
Al correr por este pasto, sabrán que aquí comenzó su historia una de las mayores figuras del fútbol uruguayo, y lo hizo simplemente siendo un niño: sin presiones, querido por sus compañeros, jugando para divertirse..
La casa de nuestros niños es tu casa, y a partir de ahora es «ESTADIO DE BABY FÚTBOL EDINSON CAVANI» ¡ Gracias Edi !»
El texto que acompañó el video proyectado el viernes a la noche en el gimnasio de Nacional, válida transcripción desde EL PUEBLO, porque implica la síntesis de aquellas secuencias con sabor a fútbol de campito. En ese remanso de la zona portuaria, cuando los gurises le daban lindo a la globa y EDINSON CAVANI, era uno más.
En esa canchita humilde como tantas en el país, porque además se dijo con vuelo de realidad que «son humildes porque es una característica de la que no se reniega», sume el nombre del goleador para que se la distinga ahora, es la justicia misma.
Lo admitió el presidente Francisco Cano e igualmente Omar Feris y Carmelo Cesarini, quienes tanto relación alcanzaron con el aquel tiempo fermental de los gurises celebrando la vivificante ilusión….de tan solo jugar.
DE ÉL…PARA LA GENTE
Las vacaciones de Cavani, como anillo al dedo para la dirigencia de Nacional, que programó la velada y le metió candeleros de ayeres y de presentes. En tanto esos casi 150 niños de sus categorías en Baby Fútbol, la muestra generosa de una siembra prolongada.
El guerrero del área llegó bien puntual a la sede y fue siendo blanco de todas las miradas. No le faltaron abrazos, tantos de ellos sobre el mandato de la gratitud.
«Donde todo comenzó», se estampa como frase acuñada. Y es así.
Por eso Carmelo Cesarini, uno de sus primeros técnicos, se hizo humano aliado de la emoción. Entre él y Edison, contrapunto de voces que se fueron quebrando, porque la sensibilidad y el ayer, se mezclaron en la fecunda escena del reencuentro.
Pero sobre todo, en esa noche de viernes, fue el Cavani de la gente. Y sobre todo, con,los niños como receptores directos. Al fin de cuentas, el ídolo que aparece goleando en la tele, está ahí. Junto a ellos. Con ellos. Cavani dejó en claro que tiene carne y tiene huesos.
Que es un ser humano. Que no oculta los latidos de un corazón capaz de abrirse….buenamente.
Y no renegará de más de una lágrima, porque al fin de cuentas el pasado que pasó, siente la ocurrencia de volver….
