«Lamentablemente estamos muy lejos de tener una conciencia al respecto»

Carlos Artegoytia – Asociación de Ciegos de Salto
EL PUEBLO dialogó con Carlos Artegoytia, Asociación de Ciegos de Salto (ACISA), quien manifestó su deseo de que aquellas personas con baja visión o ciegas, se arrimen a la institución, la cual, de a poco, comenzará a desarrollar sus actividades.

LA CONCIENCIA SOCIAL
Lamentablemente estamos muy lejos de tener una conciencia como puede tenerse, por ejemplo, en los países escandinavos. Yo hace 20 años que estoy en la asociación, y con todos los gobiernos que han pasado es una continua lucha para que nos reconozcan como sociedad y lo que precisamos.
Por ejemplo. En lo que tiene que ver con la formación de los Maestros, estamos muy atrasados. No se les enseña a trabajar específicamente con niños ciegos. A lo que se le podría agregar, el enseñarles a trabajar no sólo con la discapacidad visual, sino también, con discapacidad total. Podría existir una asignatura, una materia en Magisterio, que tenga como temática el trabajar con personas discapacitadas, y que aquel futuro maestro que se interese en esas personas, vaya y la aprenda. Lamentablemente, hoy en día, no hay dentro de Magisterio alguien que se dedique solamente a la parte de discapacidad.
En su momento hablamos con los candidatos a Diputados, y les presentamos documentos para tratar el tema, por lo que esperamos que, algunos, ya siendo ahora Diputados, puedan impulsarlo.
En lo que respecta a la Intendencia, también estamos en permanente lucha sobre lo que son, para nosotros, obstáculos como la circulación en las veredas, las cebras, los semáforos, etc. Continuas luchas que nosotros, los ciegos, tenemos a diario para poder integrarnos a la sociedad. Ahora, es una situación a nivel país, no es solamente en Salto. Así lo manifiestan contactos que tenemos en todo el Uruguay. Por eso, juega un papel importante la autoestima y la seguridad de cada uno. Unos prefieren quedarse en sus casas porque las motos, los autos, no respetan, y ahí están seguros. Otros, con ayuda familiar y psicológica, enfrentamos esos riesgos. De todas formas debería darse más importancia.
A modo de ejemplo, desde el 2016 ACISA se encuentra en su nueva sede de calle 8 de Octubre 2083, entre 1° de Mayo y Arregui, y solicitamos a la Intendencia que nos colocaran señalización en la esquina de 1° de Mayo y 8 de Octubre y, hasta el día de hoy, no hay nada. Hemos hablado con todos, y no tuvimos suerte. Solicitamos que se colocara una señalización o un semáforo intermitente para que se avise que hay una zona de peligro, y nada. Tampoco la cebra para poder ir a tomar el ómnibus. No hay voluntad.
SOCIOS
Somos relativamente pocos. Para que tenga una idea, se calcula, más o menos, que representamos un 10% de la población a nivel nacional. Me refiero a personas ciegas y de baja visión. Acá en Salto, en la Asociación, tenemos cerca de 90 personas.
PERSONAS DE BAJA VISIÓN
La asociación también está conformada por personas de baja visión. ¿Quiénes son? Son las personas que ven bultos, sin lograr identificar un rostro o un auto que se aproxima. Esa persona, a diferencia del ciego que utiliza un bastón blanco, usa un bastón verde con blanco.
En estos momentos, en la asociación tenemos a más personas de baja visión que personas ciegas y explico el motivo. La persona ciega, al no poder ver nada y al no estar acostumbrada a usar un bastón, lo que hace relativamente poco se está aplicando en la sociedad salteña, unos 20 años aproximadamente, por lo cual, no es cualquier persona que toma un bastón y sale a la calle. Eso hace que la persona ciega sea reacia a ir a la asociación porque, justamente, precisa de otra persona para concurrir, y se identifica a sí misma como una persona que tiene que estar encerrada en su casa. Pero, la de baja visión, como puede ver bultos, se defiende un poco más y es la que concurre más. En nuestra asociación hay un gran porcentaje de personas con baja visión, más que ciegas.
Sabemos que hay mucha más gente ciegas, a las que hay que ir a buscar a sus casas y concientizarlas de que todo se puede, de que se puede salir adelante. Pongo como ejemplo mi caso. Gracias a gente que me impulsó a salir adelante, es que hoy salgo a la calle a hacer mandados, a ir a un banco, al centro médico, etc. Pero claro, si no tenemos a alguien que nos dé ese empujón, ese impulso, es realmente difícil salir adelante; uno se siente acorralado en su casa.
Ese es un error en el caso de los pequeños. Por cuidarlos, y quizás por temor, no se los envía a un centro educativo, por ejemplo. Por suerte hoy tenemos la Escuela N° 5 que es la que se desempeña con niños ciegos y de baja visión.
ACTIVIDADES
Este año, lamentablemente, hemos vistas truncas nuestras actividades. En verdad, solamente vamos a la sede a darnos una vuelta, los cursos que se realizaban no los hemos podido realizar a causa de la pandemia, si bien estamos con ganas de empezar ahora en noviembre a hacer alguna cosa. Fuimos a hablar con la Directora Departamental de Salud, Dra. Rosa Blanco para saber cuál sería nuestra situación, y nos dijo que, de a poco, sí podíamos comenzar a desarrollar nuestras actividades, sin juntar a muchas personas, cuatro, como mucho, tratando de tener el lugar ventilado y con todas las demás precauciones. Veremos si tenemos suerte de empezar los cursos. También, teníamos planificado para este año, lo cual se nos truncó, era el fútbol para ciegos. Fútbol 5, empezamos el pasado sábado, en Salto Uruguay, será los jueves de 8.00 a 9.00 hrs. El año pasado tuvimos la visita desde Montevideo de la gente de Golball, que es un club paraolímpico, teniendo, también, las ganas de ver si podemos incursionar en eso. Aunque, por ahora, se optó por el fútbol. Queremos que, la gente, de apoco, vea que una persona ciega, también, puede servir para el deporte.
«No es lo mismo nacer ciego que quedar ciego durante el trayecto de la vida, es muy distinto»
José Luis Sica:

José Luis Sica tiene 64 años de edad y hace 31 años que perdió la visión. Siempre vinculado a las distintas actividades de la Asociación de Ciegos de Salto, durante algunos años también ocupó el cargo de Presidente. Con él dialogó EL PUEBLO al momento de elaborar el presente informe.
-¿Cómo se da esa pérdida de la vista?
Fue hace 31 años. Todo referido a un virus, el virus herpes, la popular «culebrilla» que se me pegó. Queda el virus circulando en la sangre y yo tuve la mala suerte que se me pegó en la retina y me afectó las dos retinas. Y tantos años atrás no había tecnología ni medicación como hay ahora para tratar eso, cuando lograron combatirlo, el virus ya había hecho estragos…
-¿Lo operaron?
Sí, me operaron en Montevideo, en la clínica del doctor Rodríguez Barrios, y acá en Salto me atendía Lorenzo Zaldúa.
-¿Y cómo resultaron esas cirugías?
Como te decía, no había en aquel momento tanta medicina ni técnicas como hoy las hay. Lo único era hacer un trasplante en Estados Unidos, y costaba muchísimo dinero, era la única alternativa que tenía en aquel momento.
-¿Cómo fue su vida en cuanto a lo laboral antes y después de quedar ciego?
Al quedar ciego fue muy poco o nada. En el 2010 empecé a trabajar en lana cruda y es lo que hago hasta ahora, hilar, así como viene la lana cruda de la estancia hacemos el hilo, lo lavamos y queda pronto para tejer. Antes de quedar ciego era chofer de una barraca, repartidor, y anteriormente había ido como chofer al Mercado Modelo durante trece años.
-¿Qué es lo fundamental para superar una situación así?
Nosotros tenemos un período de duelo hasta que se asume, y se asume gracias a la familia, aunque no todas las personas logran salir. Lo que siempre trato de decir es que el apoyo de la familia es fundamental, que la familia lleve a la persona ciega a donde quiera ir, por ejemplo a la Asociación de Ciegos. Pero creo que para salir, el ciego depende mucho de él mismo, diría que es un 50% de la familia y otro 50% de la voluntad y el positivismo de la persona. Claro que no es lo mismo nacer ciego que quedar ciego durante el trayecto de la vida, es muy distinto. Los que quedamos ciego tenemos un panorama de tamaño, de peso, de colores, que el que nació ciego no tiene ni idea.
-Usted hablaba hoy de la tecnología en la medicina. En otros ámbitos ¿los ha favorecido?
Indudablemente. Hace 31 años la parte médica no era lo que es hoy, la tecnología para los ciegos prácticamente no existía. Pero además, ¿cuándo íbamos a soñar manejar una computadora? Sin embargo hoy trabajaos en Excel, buscamos cosas en internet, buscamos y escuchamos música…Hoy gracias a la tecnología usamos teléfono, computadora, todo lo mismo que ustedes hacen viendo nosotros lo hacemos escuchando y escribiendo.
-¿Cómo es andar día a día por las calles?
Siempre decimos que no queremos entorpecer la venta de los comercios en las veredas, pero tienen que entender que nosotros necesitamos las veredas libres. Porque hay carteles, parlantes, cajones…y aparte de todo eso están las roturas de las veredas. La reglamentación sobre ocupación de las veredas existe, pero no se cumple mucho. Hemos tenido compañeros lastimados, porque el bastón va palpando los obstáculos pero un posa pie de una moto por ejemplo no lo palpa y un manubrio tampoco, golpes de manubrios en el estómago hemos tenido mucho, las motos sobre las veredas son terribles…
-A propósito de andar en la calle, ¿qué nos puede decir del semáforo que hace unos años se instaló en la esquina de calle Uruguay y Gutiérrez Ruiz?
Fue una gran propaganda para la foto (risas)…nada más. No está funcionando.
-¿Por qué?
Porque fue mal instalado, por ejemplo las «bocinas» indicadoras los pusieron en una sola esquina cuando tendrían que estar en los distintos puntos cardinales; los botones eran muy sencillos y económicos, muy delicados, y se rompieron enseguida.
Es una lástima porque en lugares como Concordia y Montevideo hay muy buenos sistemas, pero hay que invertir. Sería bueno que hubiera en las esquinas que más frecuentamos, como las cercanas al Hospital y Centro Médico, alguna vez se prometió pero quedó en un proyecto nomás.
Jesús Diez, locutor: debió reinventar su vida cuando hace 22 años perdió la vista
Me llamo Jesús Edgardo Diez Sosa, tengo 56 años y soy ciego», así comienza presentándose el entrevistado, para luego, al consultársele cómo es el mundo de un ciego, responde: «un mundo donde aprendí a valorar cosas que de repente se miran y no se ven, disfrutar el canto de los pájaros al atravesar una plaza o el perfume de las plantas o de una flor, apreciar sonidos de cosas que cuando ves, por andar siempre corriendo, a lo loco, no te das cuenta, o el correr y el gritar de los niños cuando están jugando, su alegría».

Jesús es el conductor de «Cantar de dos orillas», programa musical que ya tiene 17 años en Radio Libertadores. Pero también es panadero, y además, apasionado por el monte, el fogón, los campamentos, donde su ceguera no es impedimento por ejemplo para cocinar.
-¿Cómo se produce la pérdida de la visión?
Era el 10 de enero de 1998, trabajaba en una editorial y distribuidora de libros con sede en Paysandú. En la ruta se me rompió el auto y tuve que sacarlo a pedido de la Policía Caminera. Hice un esfuerzo mal hecho, un poco por la impotencia por no llegar en tiempo y forma, otro poco por la manera que me exigieron los agentes que sacara el auto, lo cierto es que hice fuerza y como no pude me di vuelta y de espaldas lo intenté sacar y lo levanté, esa fuerza me produjo el desprendimiento de retina de ambos ojos. A las 2 o 3 horas vino el auxilio que llevó el auto y yo tomé un ómnibus, pero ya empecé a notar algunas deficiencias para ver. Luego vine para Salto directamente a la emergencia, llamaron a la oculista y me atendió de una manera muy particular, de pie, sin mirarme, sin examinarme, y me mandó un campo visual computarizado, pero la única profesional que lo hacía estaba de licencia. Hasta no tener resultado del campo visual me dijo la oculista que ella no podía hacer nada. En febrero, el óptico Lorenzo Menoni fue quien me dijo que lo mío era desprendimiento de retina. El examen de la doctora, las conclusiones que sacó y el diagnóstico que me dio, nada que ver con lo que fue la realidad.
-¿Y entonces debió ir a Montevideo?
Sí, cuando llegué a Montevideo había pasado casi un mes. Cuando me revisó la Dra. Rosa Morales en el Hospital Pasteur enseguida se puso en contacto con otros profesionales y resolvieron operarme. La operación había salido bastante bien, pero el ojo por dentro tiene una especie de globitos que juntan líquido y uno de ellos quedó detrás de la retina, por lo que empezó a juntar líquido, la retina hizo fuerza y se volvió a desprender. El 9 de marzo tenía consulta en Montevideo y al llegar se me estaba cayendo la retina. Ahí empezó la sucesión de operaciones, siete en total.
-Desde allí se va de Salto, ¿verdad?
Un año y algunos meses estuve más tiempo metido en el sanatorio que fuera de él, por ese motivo, como me quedaba más cerca me radiqué en mi pueblo natal (Batlle y Ordóñez, Depto. de Lavalleja), tenía que viajar hasta dos veces por semana y al estar más cerca se abarataban los costos; dependíamos solo del ingreso de mi señora, que es maestra. Cuando me di cuenta que la cosa venía difícil, me mentalicé que tenía que valerme por mí mismo.
-¿Cómo fue esa etapa?
Lo primero fue empezar a ir a ducharme solo, tratar de ir solo al baño contando las baldosas, porque en el sanatorio tenía que salir de la sala para recién operados de ojos, que no tenía ducha, e ir a un baño general. La primera vez me acompañó una de mis hermanas y yo fui contando los obstáculos: un macetero de madera, nueve sillas, etc.
-¿Y empezar a independizarse en lo laboral?
Pensando en el esfuerzo que estaba haciendo ella (señora) en una escuela de campaña, y con tres hijas chicas, empecé a pensar que no podía depender de nadie, tenía que movilizarme por mí mismo. Ella consiguió trabajo en un colegio de Batlle y Ordóñez y se fue conmigo. Y yo empecé a pensar qué hacer para obtener ingresos. Entonces se me ocurrió hacer publicidad, como no podía hacer publicidad callejera traté de conseguir un lugar en el centro del pueblo, me dieron un local y empecé a hacer publicidad estática con parlante, consola, micrófono, y un locutor me grababa las publicidades que los comercios me daban. Pero de pronto me tuve que acostumbrar al micrófono, ahí empecé con mis primeras incursiones en la locución y me gustó. Cuando llega fin de año, estamos hablando del 99, mi señora me plantea venirnos nuevamente a Salto que tendríamos más posibilidades.
-¿Y acá siempre como locutor?
Sí, escuché una publicidad de instituto Mundo Nuevo que ofrecía curso de locución y me fui a averiguar. En aquella época ya había tramitado una pensión, unos 900 pesos, y cuando averigüé el curso costaba 695 pesos por mes, era difícil soportar económicamente, pero tengo que valorar, y estaré siempre agradecido a Margarita Baldassini y toda la gente de Mundo Nuevo que me propusieron empezar el curso a ver si me adaptaba. Me trataron espectacular, no como ciego, sino como uno más del grupo. Al vencer el primer mes, hablo con Margarita a ver cómo podía pagar y me dice: estamos muy contento con vos, el grupo, los profesores, la dirección, así que hablamos con mi esposo y te vamos a becar, el curso no te cuesta absolutamente nada. A ese gesto estoy y estaré siempre agradecido. Yo frecuentaba también la Asociación Impedido de Salto y la comisión directiva me pide si les grababa la promo para publicitar un evento, por lo que voy a Radio Libertadores – también estaban allí Tabaré y Siglo XXI- a que me ayuden a grabar. Por medio de Nelson Cunha que estaba en la siglo XXI me ayudan a grabar los textos, pero con mi voz. Carlos Arzaguet se interesó en mi voz y quiso entrevistarse conmigo. Nelson le dijo que yo era ciego pero Carlos no creía. Me dijo que le había gustado mi voz y que ese año iban a haber unos cambios en la radio y necesitaba alguien para folklore de 6 a 8 de la mañana. Y empecé «De lo nuestro», en Siglo XXI FM. Ese mismo día que me llamó tomé un ómnibus con mi hija mayor, yo iba con una cañita como bastón, y llegamos a la parada de Córdoba y Brasil, pero ahí le dije que me dejara solo para saber cómo llegar a la radio, ya que al otro día las 6 de la mañana no iba a ir con ella.
Entonces conté los pasos hasta llegar a la puerta de la radio; eso sí, pasaba la primer puerta y ahí quedaba esperando hasta que llegara mi operador, porque para el fondo no sabía llegar, pero después me fui acostumbrando. Más adelante le planteo al Chencho (Inocencio Di Giácomo) hacer un programa de folklore en Libertadores. Era 2002, momento sumamente difícil, pero en enero del año siguiente me llama a ver si seguía con la idea. Entonces me dijo: bueno, nos jugamos. Y arrancamos el 3 de marzo del 2003. Era una prueba por unos meses, pero ya van 17 años. Es lo más hermoso este trabajo cuando uno lo hace con ganas, con amor.
-¿Cómo es desenvolverse en ese trabajo sin ver?
No manejo mucho la computadora, pero estoy tranquilo porque en Libertadores tengo siempre un operador. Siempre le digo: si es muy complicado trabajar conmigo avisame (risas)… pero felizmente me facilitan mi trabajo.
-Cuéntenos algo más sobre el mundo de los no videntes…
Andamos en la calle muchas veces asustados, hay un montón de obstáculos en calles y veredas, más la imprudencia de muchos conductores. Igualmente la gente ha cambiado; antes si veían que ibas a chocar contra un banco u otra cosa, algunos se arrimaban y te empujaban, pero nada de hablarte, otros dejaban que chocaras.
Ahora noto a la gente más colaboradora. Creo que el mundo de los ciegos es difícil para quien nació ciego, para quién quedó ciego después quizá sea un poco más llevadero, por lo menos en mi caso, si me dicen que el semáforo está en rojo yo sé lo que es, lo vi, sé los colores…
«Estamos a la altura de los países más avanzados en
el mundo en cuanto a tecnologías aplicadas a la baja visión»
Para la Lic. Ana Balta, Licenciada en Oftalmología de La Española
Ana Balta es Licenciada en Oftalmología especializada en Baja Visión y Estrabismo, trabaja en La Española en Montevideo, y aceptó gustoso a dialogar con EL PUEBLO para este informe, donde claramente explica el trabajo que realiza con pacientes que tienen baja visión y cuáles pueden ser las distintas alternativas y técnicas que pueden aplicarse para tratar de mejorar la calidad de vida de aquellas personas que de a poco van perdiendo su vista.

«Los pacientes llegan a mí por un doctor oftalmólogo –comenzó diciendo Balta-, tratándose que en lo posible tenga estudios actualizados de angiografía, tomografía oftalmológica (HRT y/o OCT) acompañados de datos clínicos».
«Siendo parte del equipo de salud multidisciplinario junto con el Oftalmólogo, así como el Óptico, y en aquellos casos donde sea necesario también, deben incluirse disciplinas como especialistas en Orientación y Movilidad además de la introducción del Sistema Braille».
«Pero la realidad es que en mi caso particular no trabajo con pacientes ciegos, pero sí con pacientes que tengan baja visión, que vienen a mí con diferentes diagnósticos. Dentro de las patologías más frecuentes que causan baja visión o que pueden conducir a la ceguera, se encuentran el glaucoma, cataratas, degeneración macular, enfermedad de Stargardt, retinopatía diabética, albinismo, miopía magna, retinosis pigmentaria, uveítis y nistagmus».
«Siempre serán de mejor pronóstico aquellos pacientes que además de reunir ciertas características de campo visual, contraste y agudeza visual, tengan una buena motivación», subrayó Balta. «Por lo general –acotó-, las funciones que se alteran en baja visión son la agudeza visual, el campo visual, la visión de contraste, la sensibilidad de la luz, la percepción del color y la coordinación motora. Teniendo esto en cuenta, se debe priorizar el deseo del paciente de retomar alguna actividad, en especial alguna de aquellas que sea de la vida diaria».
«En ese caso, se puede trabajar básicamente para rehabilitación de su resto visual útil con ayudas ópticas, ayudas electrónicas, ayudas no ópticas y filtros, que también pueden considerarse como ayudas ópticas. Dentro de estas ayudas ópticas se pueden distinguir cuatro tipos de aumentos, ampliación de tamaño relativo, ampliación por disminución de la distancia, ampliación angular, como el telescopio, y la ampliación por proyección y electrónica. Como puede verse, estas ayudas pueden ir desde una distribución adecuada del mobiliario en el domicilio del paciente como también, por ejemplo, en la iluminación focalizada, el uso de vajilla contraste, etcétera, pasando por el uso de lentes con prismas y súper aumentos, cuya ventaja pasa por dejarle las manos libres al paciente, así como también el uso de telescopios, lupas, hasta el uso de ayudas electrónicas de diferente tipo, siendo una de las más avanzadas los lentes Retiplus, que son SmartGlasses de realidad aumentada, que le brinda posibilidades de mejorar su autonomía y su calidad de vida mediante el aprovechamiento de su resto visual».
«Es muy importante que la gente de nuestro país sepa que estamos a la altura de los países más avanzados en el mundo en cuanto a tecnologías aplicadas a la baja visión. Esto implica tener prácticamente la obligación de estar permanentemente aggiornándonos todo el equipo multidisciplinario y teniendo que viajar al exterior al menos una vez al año, ya que quienes trabajamos con certificados para trabajar con este equipo, somos un grupo de unos veinte especialistas en baja visión en el mundo».
«Aprovecho la oportunidad para agradecer a su diario de poder informar de estas posibilidades para aquellas personas que sienten que están perdiendo su vista o que tienen baja visión, para que sepan que siempre hay una ventanita abierta para aquellos potenciales pacientes que tengan la inquietud de informarse y poder tener así una posibilidad más de rehabilitación», concluyó la Licenciada Balta.
¿Qué dicen los reglamentos municipales?
Una demostración contundente del poco conocimiento –y cumplimiento- de reglamentaciones municipales tendientes a facilitar la circulación de personas no videntes o de baja visión por los espacios públicos de la ciudad, es el hecho que fueron varias las personas cercanas laboralmente a la Intendencia a las que consultó este diario y las respuestas se repetían: «no sé…», «creo que no hay nada…», «creo que hubo alguna vez pero ahora no creo…», «puede ser que algún intendente haya hecho algún decreto pero más nada…».
Sin embargo EL PUEBLO pudo finalmente saber que en primer lugar existe una reglamentación general –no pensada únicamente para ciegos- que establece la prohibición de ocupar las veredas «por ser espacio público», por lo que tienen que estar despejadas para permitir la libre circulación de los peatones.
Pero además, personas vinculadas a la Asociación de Ciegos de Salto (ACISA) informaron que en el año 2008 se llegó a un acuerdo entre esta asociación y la administración departamental del momento, a cuyo frente estaba el Intendente Ramón Fonticiella, para redactar un reglamento. En él se hace énfasis en mantener siempre las veredas despejadas, sobre todo de vehículos, y exigir a los comercios que no ocupen (con mercadería, carteles, etc.) más de 60 centímetros (tres baldosas) desde la pared.
El problema, según coinciden todos, es que «por más que haya reglamentación por escrito, si no se controla y fiscaliza, es como si no hubiera, porque en general no se respeta». Ese control está a cargo del Departamento de Tránsito, pero lamentablemente no es habitual que se realice.
En cuanto al tránsito vehicular, lo que está escrito es la promesa de instalar en distintas esquinas de la ciudad, «semáforos para no videntes», que además de las tres luces tradicionales, cuentan con sonido, que mediante parlantes indica el color de la luz. Pero hasta el momento no se ha podido concretar más que la instalación de uno (en Uruguay y Gutiérrez Ruiz-Zelmar Michellini), que actualmente ya no funciona.
Recomendaciones para relacionarse con personas con discapacidad visual
as siguientes sugerencias apuntan a informar acerca de cómo ayudar a una persona con discapacidad visual, en tanto existen en la actualidad diversas barreras. Una de ellas es la utilización del bastón. En Salto, los socios de ACISA han aprendido el manejo del mismo, a través de las enseñanzas de Victoria Pérez, quien, estudió en la Asociación Braile de Montevideo, impartiendo instrucción. Hoy en día, la misma se dicta en el Ministerio de Desarrollo Social, donde son derivadas las personas no videntes o de baja visión. Que le impiden manejarse con total autonomía.
Estas recomendaciones, lejos de basarse en una concepción que ve a la persona con discapacidad como necesitada de protección y ayuda, intentan fortalecer su autonomía brindándole los apoyos que requiera para superar los obstáculos de la sociedad actual.
• Si ve a una persona con un bastón blanco o verde en la vía pública y considera que puede necesitar ayuda (porque está parada en una esquina, en una parada de colectivo, en el andén de un tren o un subterráneo), acérquese y pregúntele si requiere ayuda. No se moleste si rechaza su pedido
• Evite tocarlo/a antes de hacerse presente con la voz, de lo contrario puede asustarse
• Para guiarlo/a, no lo/a tome del brazo ni estorbe el movimiento del bastón, simplemente ubicándose un paso adelante, ofrézcale su hombro o su codo • Indíquele con la voz si hay obstáculos en el camino, como pozos, veredas rotas, ramas de árboles, etc.
• Si hay una escalera, indíquele si sube o baja y la cantidad aproximada de escalones
• Recuerde que el bastón sólo detecta obstáculos de la cintura para abajo. Si ve que una persona con bastón blanco o verde está por atravesar un obstáculo que el bastón no detectará, avísele
• Para dirigirse a una persona ciega o con disminución visual no es necesario levantar la voz
• Para ayudarlo/a a subir al bus, anticipándole la acción con la voz, guíe su mano hacia el pasamano
• Para ayudarlo/a a sentarse, anticipándole la acción con la voz, guíe su mano hacia el respaldo del asiento
• Avísele cuando usted llega y se retira, para que no se quede hablando solo
• Si maneja dinero, puede ser que requiera de su colaboración para conocer el valor del mismo • Las plazas y los espacios abiertos, por lo general, resultan desorientadores para las personas ciegas, ya que no tienen referencias como la pared • Considere que existen determinadas palabras que, para ser significativas, requieren de la información visual. Por ejemplo, «acá», «allá», «ahí». En la medida de lo posible, evite utilizarlas. Utilice en cambio expresiones como «a la derecha», «a la izquierda», «adelante», «atrás»
• No se sienta incómodo/a si tiene que utilizar la palabra «ver» o «mirar». Es una palabra del lenguaje coloquial que todos utilizamos
• No hable de la persona con discapacidad como si no estuviera presente. Diríjase directamente a la persona con discapacidad y no haga hablar a otra persona por él/ella
• Si usted va caminando por la calle y ve que viene una persona ciega no se quede callado/a, de esa manera hará que la persona piense que no hay nadie en el camino. En la medida de lo posible, libere el espacio por el que está circulando la persona ciega. Si no es posible, pídale que se detenga
• Si está compartiendo el espacio con una persona albina, evite la iluminación excesiva así como los cambios repentinos de luz (de oscuridad total a luz encendida).
• Si hay una persona con discapacidad visual en un establecimiento que requiere ser evacuada, colabore guiándola hacia un lugar seguro.
• Si comparte un espacio físico con una persona con discapacidad visual (oficina, casa, etc.), evite dejar obstáculos como cajones abiertos, sillas o cualquier otro objeto que obstruya el camino. Si se ve obligado a obstruir el camino, avísele, ya que suelen caminar sin bastón por los lugares que conocen
• Al comunicarse a través de correo electrónico o mensaje de texto, evite utilizar abreviaciones que puedan resultar confusas («x» en vez de «por»). Tenga presente que la persona accederá a la información a través del canal auditivo.
Día Mundial del Bastón Blanco
El 15 de octubre se conmemora el Día Mundial del Bastón Blanco. Este día fue instituido por representantes de todas las organizaciones e instituciones que constituyeron la Unión Mundial de Ciegos, en París en 1980, quienes destacaron la importancia de establecer una fecha que hiciera alusión al bastón blanco como símbolo de independencia, igualdad de oportunidades e inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.
¿Cómo surgió el uso del bastón blanco?
El uso de este instrumento se atribuye a la iniciativa del inventor y político argentino José Mario Fallótico, que nunca patentó su invento creado en los años 20.
En el año 1925, durante la Convención Anual de la Asociación de Leones, Hellen Keller planteó las dificultades que afrontan las personas ciegas en su cotidianidad, manifestando la necesidad de utilizar algún instrumento de apoyo para el desplazamiento de personas con discapacidad visual.
Posteriormente, en el año 1930 George Benham, presidente del Club de Leones de Illinois, propuso el uso de un bastón blanco para invidentes con extremo inferior rojo, para darles prioridad en su desplazamiento en lugares públicos. Esta propuesta fue aceptada y aplicada universalmente.
El oftalmólogo Richard Hoover observó que al tratar a ex veteranos de guerra ciegos, estos se desplazaban con bastones gruesos de madera que no eran funcionales para su condición, diseñando en el año 1946 un bastón prototipo que es utilizado en la actualidad.
¿Sabes que significa cada color?
Bastón Blanco
El bastón blanco lo utiliza una persona ciega o con discapacidad visual.
Bastón Rojo-blanco
La Federación Mundial de Sordociegos estableció el bastón rojo y blanco como el símbolo que identifica a las personas con sordo-ceguera. No se han establecido normas estrictas sobre cómo deben ser estos bastones, aunque en España normalmente el tramo final, el más cercano al suelo, es blanco y luego se van alternando los colores rojo y blanco.
Así que cuando vemos a alguien con un bastón con estos colores, ya podemos identificar que es una persona con sordo-ceguera y prestarle ayuda de acuerdo a sus circunstancias, y es que no es igual ser invidente que no ver ni oír.
Bastón Verde
Su aparición es la más reciente. El origen del bastón verde está en Argentina, donde se usa por ley desde 2002, y se reserva como elemento de orientación y movilidad para personas con baja visión.
La función de este color es identificar a las personas con baja visión, cuyas necesidades y circunstancias no son las mismas que las personas con ceguera total. Las personas con baja visión son las que tiene entre 1/3 y un 1/10 de la visión normal o un campo visual igual o menor de 20° (cuando lo normal es 180°).
Bastón Amarillo
El uso del bastón amarillo es más específico, ya que en algunos países se emplea como sustituto del bastón blanco. En América Latina, hay algunos países que utilizan el bastón amarillo en lugar del bastón verde que identifica a las personas con baja visión.