Hace ya unos meses que el servicio de hostel que funcionaba en calle Uruguay, al 900, clausuró actividades, pero no todas las personas dadas a este tipo de turismo parecen haberse enterado, al punto que anoche, un joven extranjero, con un gran bolso, verificaba la dirección parado frente a la puerta del local donde funcionaba.
Evidentemente alguien se la había proporcionado, sin saber que dicho hostel, el único que funcionaba en la ciudad, ya no existe.
El turismo de estas características está teniendo una gran difusión, sobre todo entre las personas más jóvenes. Lo lamentable en estos casos es que el visitante desorientado ante un contratiempo de este tipo tampoco puede buscar información en la Oficina de Turismo, porque ésta hace horario de oficina, vale decir que a la hora 20, si mal no recordamos cierra y no abre hasta las 8 del día siguiente.
No parece este ser un buen concepto de lo que es servicio, sobre todo en el área de turismo, donde el visitante que sufre cualquier contratiempo y es cuando más requiere información y asesoramiento, necesita recurrir a un servicio de este tipo. Ni que hablar cuando el cl ima es tan inhóspito como en estos días.
¿No sería oportuno establecer un horario continuo, por lo menos con un par de personas dedicadas a atender estos casos?
Sara Ferreira